11 de agosto 2018
Aunque el Gobierno se esfuerza al máximo para hacer que parezca que todo está normal (el Banco Central organizó una exposición de trajes folklóricos, mientras los canales de la familia presidencial intentan demostrar que todo es felicidad en los mercados populares y en los negocios turísticos), los datos cuentan una verdad muy preocupante: las reservas y los depósitos siguen cayendo, así como el número de afiliados al seguro social.
Las estadísticas muestran que el país acumuló 136.2 millones de dólares en Reservas Internacionales Netas Ajustadas (Rinas), entre el uno de enero y el 30 de abril, cuando alcanzó un pico de 1,938.4 millones, comenzando un declive constante a partir de ese momento, que le llevó a perder 449.3 millones de dólares, para quedar en 1,489.1 millones al 31 de julio.
La mayor parte de esa ‘desacumulación’, como le llaman los economistas, se explica por el retiro de los depósitos del público en los bancos comerciales, además del retiro de los depósitos del Gobierno en el Banco Central.
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El temor a no poder recuperar su dinero (o simplemente, la necesidad de disponer de efectivo), llevó a que los ahorrantes retiraran 582.2 millones de dólares de sus cuentas bancarias entre el 31 de diciembre y finales de julio, aunque la cifra es mucho mayor si se compara contra la cifra máxima de 5,472.8 millones acumulados al 31 de marzo, en cuyo caso la pérdida de depósitos se eleva hasta 844.1 millones de dólares.
El Gobierno no se queda atrás en su apetito por recuperar sus depósitos: desde el inesperado inicio de la crisis, el pasado 18 de abril y hasta el 6 de agosto, los retiros gubernamentales sumaban 5,595.7 millones de córdobas, equivalentes a 177.3 millones de dólares.
La mayor parte (79.7%) de esos retiros, equivalentes a 4,460.5 millones de córdobas (141.4 millones de dólares), se efectuaron en el lapso de las cinco semanas transcurridas entre el 30 de junio y el 6 de agosto.
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Una estadística más, incluida en Informe sobre la Evolución del Mercado Laboral a junio 2018, muestra que el país está lejos de volver a la normalidad: desde noviembre del año pasado, cuando el número de afiliados al INSS era de 921,328 personas, la cifra no ha dejado de bajar mes a mes. Incluso antes del inicio de la crisis.
El acumulado de pérdida de afiliados entre noviembre 2017 y junio de 2018 era de 110,898 personas (12.1%), con lo que el nuevo número de afiliados al INSS es de 810,430.