4 de septiembre 2021
En los primeros seis meses del año, el Estado recaudó 52 173.6 millones de córdobas, que equivale al monto que esperaba recaudar en unos ocho meses del año, superando en 10 009.7 millones (23.7%), la meta programada para el semestre entero, según datos oficiales reflejados en el Informe de Ejecución Presupuestaria del primer semestre de 2021, elaborado por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, (MHCP).
Al comparar con la recaudación observada en el primer semestre de 2020, se observa un crecimiento de 30.1%, equivalente a 12 081.2 millones. “Similar evolución presentan los ingresos tributarios, cuyo monto percibido es de 48 261.3 millones, para un desempeño de 64.3% del presupuesto anual, superior en 21.8% (8639.3 millones) a la meta programada del período y de 28.3% (10 651.3 millones) respecto a lo observado entre enero y junio de 2020”.
Al analizarlo por tipo de impuestos, el documento detalla que 21 890.6 millones provienen del Impuesto sobre la Renta; 10 806.7 millones, provienen del IVA importado; 5558.0 millones son fruto del IVA interno; 2696.7 millones tienen su origen en el impuesto selectivo al consumo por importación o internación de bienes, y que 3517.7 millones son del impuesto conglobado a los combustibles.
Al traducirlo en porcentajes, se nota que la progresividad del sistema, disminuyó por segundo año consecutivo, después de los avances mostrados en 2019. Los expertos consideran que un esquema impositivo es ‘progresivo’, cuando cobra más impuestos directos (que afectan más a quienes más tienen), que impuestos indirectos. Si ocurre lo contrario, se le considera ‘regresivo’.
“Se observa en este período un incremento en la regresividad del sistema tributario, dado que los impuestos directos disminuyen su participación como porcentaje de los ingresos tributarios de 49.4% en 2019, a 45.4% en 2021, mientras que los impuestos indirectos incrementaron su participación de 50.6% en 2019 a 54.6% en 2021”, admite el informe.
La recuperación del IR
El detalle muestra que la recaudación del Impuesto sobre la Renta se incrementó 23.9% como resultado de incrementos en el Impuesto sobre las Rentas del Trabajo del 11%, en el Impuesto sobre la Renta de Actividades Económicas en 26.5%, en el Impuesto sobre las Rentas del Capital (dividendos y rentas financieras básicamente) en 26.3%, y en el Impuesto sobre Ganancias y Pérdidas de Capital en 54.1%.
“El incremento en la recaudación del IR sobre Rentas del Trabajo estaría reflejando la moderada recuperación del empleo formal que se habría producido en comparación con el año anterior, tal como lo reflejan las cifras sobre afiliados activos del INSS”, explicó un economista que accedió a compartir su interpretación del documento, con la condición de mantenerse en el anonimato.
Después de caer por 34 meses consecutivos, la tasa de variación mensual interanual del número de afiliados activos al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), comenzó a crecer de forma apenas perceptible en enero y febrero de 2021, para acelerarse a partir de marzo, hasta llegar al 9.4% de crecimiento observado en julio pasado.
“La recuperación del IR sobre Actividades Económicas y sobre Rentas del Capital reflejarían la importante recuperación del nivel de actividad económica en curso, en comparación con el periodo anterior, tal como lo sugiere el informe de visitas de Google, que muestran un incremento apreciable de las visitas a tiendas, centros comerciales, bares y restaurantes, mercados, supermercados y farmacias”, añadió.
El otro gran componente de los tributos en el país, es el Impuesto al Valor Agregado (IVA) doméstico, cuya recaudación experimentó un aumento del 36.5%, “lo cual resulta consistente con la recuperación de la actividad económica que estaría en curso, en comparación con el periodo precedente, que alcanzó niveles sumamente bajos”, observó el economista citado antes.
“La recaudación del IVA sobre Importaciones incrementó en 35.8%, lo cual obedecería al impulso a las importaciones de bienes gravados por el IVA que resultaría de la recuperación de la demanda interna. Téngase en cuenta siempre que estas tasas de incremento interanual se calculan sobre el mismo periodo del año anterior, y si el nivel de la variable era entonces muy bajo, la tasa interanual aparecerá magnificada”, explicó.
Los débiles criterios del BCIE
El pasado 23 de agosto, Nicaragua recibió de parte del FMI, 353.5 millones de dólares para fortalecer reservas internacionales y para hacer frente al impacto económico de la pandemia del covid-19, pese a que el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo se esfuerzan por realizar actividades culturales, comerciales, deportivas, etc., que conlleven aglomeración de personas, y a que cada día criminalizan a quienes alertan a la población en contra de ese mal.
Esos 353.3 millones son solo una muestra más de la flexibilidad de la comunidad donante, que a lo largo del primer semestre desembolsó casi 9200 millones de córdobas que oxigenaron al régimen, mientras se seguía ignorando el riesgo de contagio del covid-19; se fortalecía el estado policíaco, y aumentaba la presión en contra de la oposición, hasta el punto de que el proceso electoral fue reducido a un día para ir a votar, pero no a elegir.
“De los multilaterales, como el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la CAF, y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), sin duda, el más débil en la aplicación de criterios para aprobación de proyectos y desembolsos, es el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE)”, señaló el politólogo y catedrático de la UCR, Alberto Cortés.
Ese banco multilateral, no tiene cláusulas de carácter democrático, o que relacionen en su análisis de aprobación de proyectos, el tema de Derechos Humanos, sino que se atiene a criterios que tienen que ver con prácticas bancarias, y con el financiamiento de proyectos y programas que sean económicamente sanos, y técnicamente viables, lo que tiene que ver más con criterios financieros, señaló.
Por fuentes, los 3303.4 millones de córdobas aportados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo hacen el más flexible. Le sigue el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), con 1981.6 millones; el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con 797.1 millones; Taiwán, con 606.9 millones; el Banco Mundial (BM), con 604.6 millones; y la Unión Europea, con 168.1 millones.