1 de diciembre 2015
La Asamblea Nacional aprobó el Presupuesto General de la República 2016 de C$71,946.9 millones (US$2,515.6 millones), con un déficit de C$8,634 millones, ya que está proyectado un ingreso de C$63,312.9 millones (US$2,213.7 millones). El Presupuesto fue aprobado en solitario por 66 votos de la bancada del Frente Sandinista, luego que la del Partido Liberal Independiente (Bapli) se retirara en protesta por la desaforación de los diputados Eddie Gómez y Raúl Herrera.
El diputado José Figueroa, que leyó las 24 páginas del dictamen de la Comisión de Producción, Economía y Presupuesto, se abstuvo de leer el dictamen de minoría, asegurando que éste había sido rechazado por la Primera Secretaría del Parlamento, “por estar mal hecho”.
La administración de Daniel Ortega espera suplir esos C$8,634 millones (US$301.9 millones), con C$5,101 millones en donaciones externas y una buena parte de los C$3,533.4 millones restantes, con una emisión de C$2,870 millones (US$100 millones) en bonos.
A juicio del citado dictamen de mayoría, el Presupuesto 2016 es acorde con el Programa Económico Financiero; coherente con el objetivo de garantizar la estabilidad macro, la sostenibilidad del gasto público, el financiamiento de los programas dirigidos a la reducción de la pobreza y desarrollo, y garantizar la fluidez ininterrumpida de los recursos de la cooperación externa” que financian parte importante de ese mismo presupuesto.
El gobierno espera que en el 2016, la economía crezca 4.5%, tener una inflación acumulada de 5.8%, un tipo de cambio promedio de C$28.6 por US$1.0 y que pagará, en promedio, US$56 por barril de petróleo, mientras que mantiene constante la devaluación nominal en 5% anual. La carga fiscal sube hasta el 17.4%.
Los legisladores opinan que “la caída de los precios del petróleo favorece el dinamismo de la economía nacional”. Esa opinión se sustenta en la disminución del déficit de comercio exterior; la disminución de los costos de producción de energía térmica, y la reducción del precio de los combustibles, “lo que suscitará mayor consumo privado”.
En sentido contrario, destacan un elemento adverso que se mantiene persistente, como es la baja en los precios internacionales de los principales productos de exportación (oro, café, carne de res y azúcar) lo que podría provocar una desaceleración de la economía nacional.