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Pérdidas ya superan los cien millones de dólares

Economistas advierten: deterioro de la economía, urge salida política. Paro nacional debe considerarse solo como última medida

Imágenes del saqueo y destrucción en un plaza comercial cerca del Mercado Roberto Huembes, inaugurada hace menos de dos años. Confidencial | Carlos Herrera

Iván Olivares

10 de mayo 2018

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La crisis política que vive el país desde que estalló la rebelión de abril, ha causado ya, además de 46 muertos y centenares de heridos, daños a la economía nacional equivalentes a medio punto del Producto Interno Bruto (PIB), así como afectaciones directas a muchos rubros económicos.

“En términos generales, todas las actividades económicas se están desacelerando, excepto la minería”, cuya mejora se explica por la subida del precio internacional del oro, aunque cayó el volumen de extracción, explicó Néstor Avendaño, presidente de Consultores Para el Desarrollo Empresarial (Copades), en el segmento Cuentas Claras, del programa de televisión Esta Noche, que se transmite por canal 12.

Consultado en el mismo programa, el director de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), Mario Arana, explicó que uno de los rubros más afectados es el turismo, con hoteles y restaurantes a 20% o menos de su capacidad.

En el caso de la inversión extranjera directa, el economista asegura que “esta está tomando una pausa para ver cómo se desarrollan los acontecimientos, y dependiendo de eso ver qué ocurre”.


“Desde que comenzó esta crisis política, causada por la violenta represión desatada pr el régimen, la inversión salió afectada. Se ha detenido la inversión. Incluso objetivos inversionistas de muy corto plazo, que estaban discutiéndose en la mesa, se han paralizado”, dijo Avendaño.

“Empresas que iban a integrar el régimen de zona franca, y ya estaban haciendo movimiento de tierra para edificar, dejaron la actividad y se marcharon. Creo que se ha paralizado la inversión en construcción, y adquisición de maquinaria y equipo. El aparato productivo está funcionando con la disponibilidad de bienes de capital que tiene en este momento”, añadió.

Arana conoce que se están suspendiendo algunos contratos de exportación –que han ido a parar a manos de competidores directos de las empresas nicaragüenses- porque el comprador tiene dudas sobre la capacidad de abastecimiento del exportador nicaragüense.

“El comercio habla de afectaciones por 70 millones de dólares. Mi estimación es que en la primera semana podíamos haber perdido medio punto del PIB, o sea, entre 50 a 60 millones de dólares, si a eso le añadimos esas nuevas estimaciones de 70 millones que dice el comercio, vemos que los números comienzan a acumularse, y ese es el problema”, señaló.

Recaudación también cae

Si diversos rubros productivos están siendo afectados, las repercusiones de ese frenazo también se reflejarán en otras cuentas: las del Banco Central y las del Ministerio de Hacienda en primer lugar, así como las de los bancos, aunque en menor grado… hasta este momento.

Avendaño recordó que antes de la crisis, la previsión oficial es que el país crecería entre 4.5% y 5.0%, mientras el FMI calculaba 4.7%, y Copades 4.4%, considerando la desaceleración que ya venía experimentando la economía nacional, con lo que “el desempleo y subempleo crecen”.

“Copades ha reestimado -si la crisis no dura mucho tiempo y se resuelve en forma civilizada- un crecimiento a lo sumo cercano a 3% este año. Esto golpea especialmente al sector servicio, que es el que más aporta al PIB”, dijo el experto.

Avendaño opina que “sería fatal” no encontrar una solución civilizada en un plazo corto y razonable, y que el país se empantane en una situación sin solución a corto plazo, porque en ese caso, le podría “un signo negativo al crecimiento económico esperado, o sea que tendríamos caída del PIB. Veo una solución de corto plazo, no más de 15 días. Si esto se prolonga más de un mes, todas las metas y objetivos tendrán que ser reestimados”, valoró.

Una de las afectaciones del menor crecimiento medido por el economista, es un consumo menor al que ya se venía desacelerando, por la política monetaria contractiva jugada por el BCN, en respuesta “al primer problema político que sufrió el país, y se le dio poca importancia, como fue la salida de Venezuela de nuestro mapa de cooperación oficial”.

De paso, también afecta las finanzas públicas, porque hay menos recaudación de impuestos, “y recordemos que la imposición indirecta es el 65% de la recaudación total de ingresos tributarios del gobierno central”, añadió.

Las alternativas que tiene a su disposición quien quiera que sea que esté dirigiendo la política económica del país, son “dos nada más: recortar gasto corriente, o sea, consumo público, o emitir más deuda pública para financiar un mayor déficit fiscal. Ojalá que hagan lo primero”, rogó.

El tema de las finanzas es crítico. Avendaño explicó que el BCN está comprando dólares para mantener reservas. El BCN llama a los grupos financieros locales para que le vendan dólares, (que paga con papeles -letras- con mantenimiento de valor, lo que es bueno para los bancos), mientras por otro lado saca córdobas de circulación.

Lo hace para que la razón entre reserva y base monetaria se mantenga en –al menos- 2.5 veces, aunque ya cayó de la barrera de 3 veces.

“Se está dando una contracción monetaria muy intensa, lo que me lleva a pensar que si ya la crisis está desacelerando, la política monetaria está imprimiendo más desaceleración a los resultados productivos esperados. O sea, menos consumo”, ilustró.

La situación no es muy mala para los bancos privados, porque “no hay mora. La mora se ha manejado saludablemente”, además que entre el 31 de marzo y el 8 de mayo, los depósitos en dólares disminuyeron entre 72 a 74 millones de dólares, lo que representa poco menos del 2% de los 4,000 millones de dólares que guardan en concepto de depósitos del público no bancario, por lo que no se puede decir que haya fuga de depósitos.

Paro nacional como último recurso

La amenaza de un paro nacional ha estado en el tapete desde el inicio de la crisis, y ahí se mantiene, sin que nadie se decida a embarcarse en una decisión tan extrema, porque todo el país pierde.

El director de APEN, Mario Arana, entiende que el sector privado está manejando la amenaza de un paro, como un recurso más que se usa en las manifestaciones, como una estrategia cívica, no violenta, para lograr una transición a la democracia.

“No es algo que se quisiera. Inclusive los estudiantes te dicen ‘que sea el último recurso’. Esa es la gran responsabilidad que tienen los estadistas, que no lleguemos ahí y que entiendan que están poniendo en riesgo mucho del futuro de todos, en dependencia de cómo se actúe en los próximos días”, alertó.

Su colega Néstor Avendaño, de Copades, asevera que “el paro no es una medida económica. Es una medida política que lograría desplomar toda la producción de este país. Yo diría que esa es una medida in extremis”, para aplicar “en última instancia”.

Así como en economía se considera que la devaluación de una moneda es una acción extrema de política económica… en el plano político veo el paro empresarial como una medida extrema. Si me lo preguntaran como economista, yo diría que hagamos todo lo posible en la mesa del diálogo para que esta medida política no se concrete”, recomendó.

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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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