25 de enero 2018
El anuncio de que esta vez sí, los productores de leche y carne afiliados a la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), construirán el matadero que vienen planeando desde hace años, no inquieta a la Cámara Nicaragüense de la Carne (Canicarne), entidad en la que se aglutinan los mataderos del país.
“Le deseamos mucho éxito a Faganic, y desde luego que serían bienvenidos”, aseguró Onel Pérez, director ejecutivo de la Cámara.
Esa aceptación depende de satisfacer unas reglas que son iguales para cualquier matadero que quiera ingresar: cumplir las exigencias de calidad e inocuidad, y que el aspirante esté certificado para exportar al menos a tres de los siguientes destinos: Estados Unidos, México, Japón, la Unión Europea, o Taiwán, entre otros.
Aunque productores e industriales son dos elementos fundamentales de la actividad ganadera, los dos sectores están enfrentados desde hace años por razones económicas, ya que Faganic alega que los mataderos se quedan con las ganancias adicionales que generan los buenos precios internacionales de la carne que ellos producen.
A juicio de los ganaderos, debería establecerse un precio de referencia, usando un promedio ponderado de los precios al que los mataderos pudieron colocar el producto en los mercados que abastecen, de modo que las ganancias adicionales sean compartidas por ambos gremios, explicó Álvaro Vargas, presidente de la Federación.
Siendo que nunca lograron el entendimiento que buscaban, los ganaderos decidieron pasar a la acción: a mediados de 2017 conformaron una sociedad anónima, eligieron una junta directiva, vendieron acciones a cien productores fundadores del matadero, y se espera que a mediados de 2018, estén terminados los estudios de mercado, factibilidad, medio ambiente, agua y diseño, para aplicar a un préstamo bancario por un poco más de USD21 millones.
La meta principal es que al tener su propio matadero, (con capacidad para procesar unas 100,000 reses al año) podrán poner en práctica la petición que ellos mismos hacen, de “aplicar un mecanismo matemático transparente para fijar los precios al productor”, tal como lo detalló Vargas.
Alguien tendrá que perecer
Construir un nuevo matadero sí mejoraría los precios que se pagaran a los ganaderos, por la más simple de las leyes del mercado: al aumentar la demanda, pero no la oferta, sube el precio del bien demandado.
Esas mismas leyes sugieren que al aumentar la cantidad de mataderos, pero no de la materia prima a procesar, alguno de ellos se verá obligado a salir del mercado. “El que tiene más posibilidad de éxito es el que tiene mayor experiencia y conocimiento, y menores costos”, recitó Pérez.
Por definición, el matadero de los ganaderos tendría menos experiencia, y mayores costos, si cumplen su promesa de pagar mejor.
El país tiene en este momento una capacidad instalada para procesar cerca de 1.2 millones de reses al año, pero en 2017 solo procesó unas 700,000, lo que significa que solo se usó el 58.3% de la capacidad instalada. Aumentar en 100,000 unidades al año, disminuye ese número y lo deja en 53.8%, aumentando la agonía de la industria.
“Lo que te da capacidad de pagarle mejor a los ganaderos, es el precio de venta del producto, y eso depende del mercado internacional”. Si este tiende hacia la baja, los ganaderos no pueden esperar que aumenten los precios, dijo Pérez.
A partir de eso, recomienda “hacer los números para saber si ese venture tiene expectativa de ser exitoso”, en especial, recordando iniciativas similares establecidas en Costa Rica, Guatemala, Honduras, y El Salvador, donde hubo “proliferación de mataderos, y algunos tienden a desaparecer: los que tienen menos ventajas competitivas, o el que tiene costos más altos”, que en este caso sería el que le pague más a los ganaderos.
“Veo muy bueno que Faganic establezca su propio matadero, porque así vería la realidad de las cosas. Mucho se dice ‘hagamos un matadero para pagar mejor al ganadero’, pero uno no puede pagar más allá de lo que el mercado dicta. El que ponga un matadero se dará cuenta que es un negocio bien complicado, en el que inciden muchos factores para determinar si es exitoso o no”, señaló Pérez.