18 de octubre 2017
A los largo de dos décadas, Arturo Talavera y su familia han construido una cadena de 15 restaurantes de tres marcas distintas, y aunque en los últimos años han visto cómo diversas franquicias internacionales abrían sus puertas en algunas de las plazas donde ellos tienen presencia, la llegada de esos competidores no es su principal problema, sino la situación económica del país.
“No sentimos presión de las franquicias, pero sí baja en las ventas, porque hay un caída en el consumo. Eso se ve en todas las plazas comerciales. De hecho, la combinación de esta caída, con la construcción de tantas plazas comerciales, nos hace pensar que de dónde irán a salir los clientes para los negocios que se instalen en esos lugares, si la gente no tiene dinero”, reflexionó.
Talavera fue elegido por la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), para recibir el galardón como Empresario del Año, durante la celebración del Día Nacional del Empresario, que organiza el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep).
Su biografía detalla que en 1997 abrió en carretera a Masaya, un local llamado ‘Mi Viejo Ranchito’, que comenzó vendiendo quesillos y tiste, y luego amplió su menú con otros platos típicos, como vigorón, baho, indio viejo, etc.
Lo que inició como un pequeño negocio donde empleaba a una sola persona, se transformó en una cadena de 15 restaurantes en tres especialidades distintas, (seis de Mi Viejo Ranchito; seis más del restaurante de comida mexicana El Zócalo, y tres cafeterías La Nani Café), que generan más de 200 empleos en Managua, Masaya y Rivas.
Talavera advierte que así como ha crecido su negocio, y como crece la disponibilidad de nuevos espacios comerciales, crece también la infraestructura en el país. “Están terminando de construir el estadio, vemos el malecón de Managua y obras en otros lugares, incluido mi Rivas, pero no crece el poder adquisitivo de la gente para que puedan consumir más”, lamentó.
El año pasado fue mejor
Junto con la limitación en las ventas, el también presidente de la Junta Directiva del Grupo Talavera Sevilla S.A., lamenta que los nuevos espacios disponibles en los centros comerciales que ve surgir, especialmente en el eje Managua-Rivas, “tienen un costo por metro cuadrado que no coincide con el nivel de ventas que uno puede esperar si se instala en esos lugares”.
Señala a modo de ejemplo, la “tendencia a la baja” que reporta la mayor parte de los restaurantes que conforman su cadena: los ‘Viejos Ranchitos’ y los ‘Zócalos’, cuando compara las ventas de 2017 con las de 2016.
“En julio y agosto, las ventas suben (por la llegada de turistas que escapan de los intensos calores del verano en el norte del planeta). Luego baja en septiembre y mantiene una tendencia a la baja en octubre: pues bien, los cuatro meses que mencioné reportaron menos ventas este año que en 2016”, aseguró.
Por todo ello, concluye que “es increíble el número de negocios que abre en un año, y el número de los que cierra”.
Su repuesta como empresario es aumentar la calidad de la atención y de los servicios que presta a sus clientes, aunque agradecería que el Estado invirtiera más en promover en el extranjero, a Nicaragua como destino turístico.
“Creo que podrían hacer un mejor trabajo en publicidad en el exterior. Los turistas no se enteran de los buenos precios, la calidad y las bellezas que tiene Nicaragua por la promoción oficial, sino por el ‘boca a boca’ de los turistas”, sentenció.
En ese sentido, explicó que sus restaurantes de Catarina y Rivas se benefician de la alta afluencia de turistas, en especial costarricenses, que llegan al país aprovechando los bajos precios que encuentran en el país, al punto que “la presencia de extranjeros es lo que mantiene funcionando los negocios en estas temporadas bajas”.