23 de octubre 2024
Nicaragua y Honduras registraron una caída en su producción agrícola durante los meses de junio y julio de 2024, según cifras del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE).
La variabilidad climática y la escasez de mano de obra, por los altos flujos migratorios desde ambos países, es una de las razones de la disminución de la agricultura, según el Banco Central de Honduras y el Banco Central de Nicaragua.
La producción agrícola de Nicaragua tuvo una disminución interanual de 3.8% en 2023, y sigue disminuyendo en 2024. Economistas de la organización Consultores para el Desarrollo Empresarial (COPADES) comentan que el comportamiento de la agricultura debe vigilarse.
En Honduras también se han perdido 446 643 empleos en el sector agrícola, durante los últimos cinco años, según el Instituto Nacional de Estadísticas de Honduras (INE). De 2023 a 2024, el Banco Central hondureño indicó que la actividad económica presentó una variación relativa de -1.7 % en la producción agrícola.
Disminución en agricultura tradicional
A junio de 2024, Nicaragua reportó en el IMAE una caída del -1.0% por menores labores en los cultivos de café, sorgo, ajonjolí y banano. Mientras, a mayo de 2024, Honduras reflejó una disminución de -2.1% en la agricultura y una disminución en la producción de café y palma africana, específicamente, debido a factores climáticos y la migración irregular.
Las proyecciones del comportamiento de otros cultivos importantes como el maíz tampoco son alentadores. Su rendimiento en 2025 podría caer un 17.7% en Nicaragua y un 16.2% en Honduras, si las condiciones laborales, migratorias y climáticas no se contrarrestan con medidas de adaptación, según prevé el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo.
Nicas y hondureños dejan el campo para emigrar
Honduras y Nicaragua son países con un importante porcentaje de población migrante. Durante décadas, desde ambos países han salido cientos de miles de personas, principalmente en busca de mejores oportunidades laborales y mayor estabilidad.
Se estima que actualmente, más del 20% de la población nicaragüense ha emigrado. La migración nicaragüense incrementó a partir de 2018, debido a la crisis sociopolítica del país. En 2022, más de 300 000 nicaragüenses emigraron del país. La tendencia continuó en 2023, con la salida de 115 000 nicaragüenses más, principalmente hacia Estados Unidos y Costa Rica, según datos del especialista en temas migratorios y remesas e investigador de Diálogo Interamericano, Manuel Orozco.
Mientras tanto, Honduras registra, hasta 2023, una emigración del 18% de su población, según la Encuesta Nacional de Migración y Remesas 2023. El INE explica que el 3% de la población reporta que ha sido desplazada internamente, es decir, ha sido forzada a cambiar de lugar de residencia habitual a otro lugar dentro de Honduras en los últimos cinco años, principalmente del campo a las ciudades. Se estima que 348 445 personas hondureñas han emigrado en los últimos cinco años. Los principales países de destino son Estados Unidos y España.
Según el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, la migración creciente de 1990 a 2020 desde ambos países centroamericanos “sugiere una respuesta a la falta de oportunidades en el campo y ha conducido a una escasez de mano de obra en el sector, aumentado los costos de producción y la reducción en el rubro”.
“La migración irregular reduce la cantidad de trabajadores disponibles, lo que puede afectar la producción agrícola, especialmente durante las épocas de cosecha”, apuntó la Cancillería de Honduras ante una consulta de CONFIDENCIAL.
Agregó que la salida de hondureños afecta el tejido social en áreas rurales, dejando a las comunidades sin jóvenes que podrían contribuir a la fuerza laboral agrícola, se incrementa la presión sobre quienes se quedan, como las mujeres y los ancianos, para mantener la producción, indicó la Cancillería hondureña.
El Niño disminuye producción agrícola
El fenómeno climático de El Niño provocó escasez en el Corredor Seco Centroamericano en 2023. El Programa Mundial de Alimentos (WFP) estimó que 486 000 personas en los cuatro países del Corredor Seco (Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala) fueron expuestas a sequía severa durante el mismo año. En consecuencia, la WFP “predice que entre 1.7 y 2.7 millones de personas necesitarán asistencia alimentaria en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua”.
Hector Ferreira, presidente de la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (Fenagh), indicó que el cambio climático también incide en la pérdida de empleo en el campo hondureño. Las tierras agrícolas representan el empleo de casi el 39% de su población. Después de la pandemia, el sector se ha recuperado de forma lenta hasta lograr ocupar 847 908 empleos. Sin embargo, no llega a los niveles registrados para 2019, con 1 212 269 puestos ocupados.
La migración de mano de obra experimentada en manejo de cultivos y técnicas agrícolas también incide en la poca capacidad para responder y adaptarse ante los cambios climáticos, añadió la Cancillería hondureña.
En Nicaragua, el ciclo agrícola 2023- 2024 se vio afectado por la incidencia del fenómeno El Niño, que se caracterizó por lluvias escasas y altas temperaturas que afectaron los rendimientos y la producción agrícola esperada, coincidió el Banco Central de Nicaragua.
Menos lluvias y menos trabajadores en el campo implica menos producción agrícola para la venta y para consumo propio de las familias productoras. El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo avista en su estudio que aproximadamente 5.8 millones de personas sufren una inseguridad alimentaria aguda en Guatemala, Honduras y El Salvador, según datos del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) lo que, a su vez, genera más migración desde estos países.
“Los flujos migratorios desde la región han aumentado drásticamente después del pico de la pandemia, con cientos de miles de personas de países afectados por crisis que se dirigen hacia el norte, en un intento de llegar a Estados Unidos a través de México”, mencionó Bram Govaerts, director general de la Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, sobre la inseguridad alimentaria en la región.