30 de enero 2022
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El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), con base en Guatemala, emitió un informe denominado Contexto Fiscal de Centroamérica, en el que mostró que el altísimo crecimiento del producto interno bruto (PIB) de los países de la región en 2021, se debe a una combinación inusual de factores internos y externos, más que a la eficiencia de los gobernantes.
Citando datos oficiales de las naciones del istmo, el Icefi muestra a Panamá (12.4%), Honduras (10.5%), y El Salvador (10.3%), liderando el crecimiento regional en 2021, con Guatemala (7.5%), Nicaragua (6.0%), y Costa Rica (5.4%), cerrando el bloque con desempeños comparativamente moderados.
A pesar de lo que sugieren los números a primera vista, los expertos del Instituto destacan la necesidad de hacer un análisis más profundo de los datos, para desestimar el triunfalismo de gobernantes que reclaman el aplauso de sus sociedades, al presentarlos como “hitos históricos”, “resultados extraordinarios de gestión gubernamental”, y hasta como “ejemplo mundial de cómo sostener la economía”.
“Los comentarios de los gobernantes son un espejismo”, aseguró Abelardo Medina Bermejo, economista senior del Icefi, atribuyendo esos resultados a “una serie de condiciones socioproductivas mundiales -y también nacionales- que dan la ilusión, generan la idea de que mejoramos, cuando en realidad lo que observamos es el rebote de la actividad económica”.
En el caso de Nicaragua, aunque el último dato ofrecido por el Banco Central (BCN), situaba el crecimiento en un rango de entre 7.5% y 9.5%, el Icefi trabajó con un estimado de 6.0%, al tener que hacer sus propios cálculos sin acceso a información confiable, atendiendo más bien “al rebote y al comportamiento especial del comercio, así como por el aumento de las remesas y del consumo derivado”, explicó el experto.
Basado en ese 6.0%, y en el supuesto de que la actividad crecerá a razón de 3.2% en 2022, el Icefi muestra que al final del presente año, Nicaragua habrá regresado al nivel de crecimiento observado en 2017, mientras que el resto de la región habrá retomado el ritmo que traía hasta antes del inicio de la pandemia.
Esta gráfica muestra que si Nicaragua crece 3.2% en 2022, la economía habrá regresado al nivel acumulado que tenía en 2017.
En 2022, Nicaragua volverá a 2017
El ejercicio estadístico se hizo estableciendo a 2013 como el año base para todos. Partiendo de esa premisa, en 2017, Nicaragua mostraba el segundo crecimiento acumulado más alto de la región (20% más que en 2013), solo superado por Panamá, que en ese momento tenía más del 23%.
Al ser Nicaragua el único país del istmo que reportó decrecimientos en 2018 y 2019, a lo que se le suma la debacle compartida de 2020, el país es el que sale en peores condiciones de esta crisis, porque el acumulado de crecimiento 2013 - 2022 suma 19.9%, mientras Centroamérica retoma la velocidad que traía, de tal modo que, en el otro extremo, Guatemala crecería 36.6%.
Panamá (31.2%); Honduras (30.2%); y Costa Rica (29.2%), completan la parte alta de la tabla, mientras que El Salvador (21.2%) acompaña a Nicaragua como las dos naciones con menor desempeño en el período.
Esos porcentajes toman en cuenta el crecimiento esperado para 2022, que también tiene a Panamá liderando el pelotón, con un aumento del PIB por el orden del 8.2%, mientras Costa Rica y Guatemala, (las tres economías más desarrolladas de la región) esperan crecer 4.5%.
Más abajo, pronostican que Honduras crecerá 4.2%; El Salvador 4.0%, y Nicaragua 3.2%.
Medina Bermejo dijo que seguirán observando cómo se comporta la economía nacional. “A partir de esta aparente recuperación de su normalidad, estaríamos hablando de un crecimiento de entre el 4.0% y 4.5% en los próximos años”, vaticinó.
Aunque no presentó datos específicos sobre el desempleo y la pobreza en Nicaragua, el economista dijo que “la decisión de los gobiernos de compensar -al menos parcialmente- los efectos nocivos de la pandemia eran apropiados, pero debemos reconocer que esos esfuerzos, sobre todo en países como Nicaragua -también Guatemala- fueron muy, pero muy limitados, al extremo que los niveles de pobreza extrema se incrementaron”.
Dos puntos menos del PIB en recaudación 2022
La inestabilidad política y económica observada en Nicaragua a partir de 2018, se reflejó también en los vaivenes de la recaudación fiscal, expresada como porcentaje del PIB. Si entre 2015 y 2017, los ingresos tributarios crecían a razón de medio punto porcentual anual, los impuestos captados en 2018 se desplomaron 0.9 puntos, para cerrar en el equivalente al 15.7% del PIB.
En los dos años siguientes, las recaudaciones superaron el 17% del PIB, alcanzando en 2021, el récord de 18.4% del producto, por causa, entre otras razones, del incremento de los precios internacionales del petróleo, así como por el abandono del confinamiento voluntario de las personas, que permitió una mayor recuperación de la actividad económica.
La perspectiva no es tan buena para 2022, año en que el Icefi pronostica un descenso de dos puntos porcentuales, para dejar la recaudación en el equivalente al 16.4% del PIB.
El Instituto considera que Nicaragua presenta una “fuerte subestimación de los valores recaudatorios esperados para 2022”, recordando que esa práctica “es común en los últimos tiempos”, para luego dar lugar a varias reformas presupuestarias durante cada año calendario, lo que permite acomodar el presupuesto.
La recaudación tributaria nicaragüense caerá dos puntos porcentuales del PIB en el presente año.
A juicio de los expertos del Icefi, “dicha práctica, que refleja falta de transparencia en la presupuestación, y la carencia de planes efectivos de mediano y largo plazo, ha tendido a plantear valores muy conservadores en los presupuestos, pero también niveles más bajos de gasto esperado”.
Eso explicaría que, “luego de una recaudación esperada del 18.4% del PIB en 2021, el presupuesto de Nicaragua plantea apenas una del 16.4% del PIB en 2022, muy por debajo de lo observado, incluso en los períodos más severos de la crisis política reciente”.
Al referirse al desempeño de Centroamérica en 2021 y lo que se espera para 2022 en materia de recaudación tributaria, el Informe explica que, en su mayor parte, “los resultados obtenidos son simplemente producto del cambio en el denominador de la serie, por lo que el retorno paulatino a la normalidad de crecimiento económico en 2022, evidenciará nuevamente la trayectoria de las variables fiscales”.
“De allí que los valores esperados para el presente año por la mayor parte de las autoridades fiscales de los países, representan un baño de realidad y un recordatorio de que los problemas fiscales que aquejan a los Estados, no desaparecieron”, alerta la entidad.
