25 de septiembre 2022
Los gobernadores del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), rechazaron la petición del presidente ejecutivo de la entidad, Dante Mossi, de aumentar la capitalización del banco, desde los 7000 millones de dólares en que está en la actualidad, hasta un nuevo techo de 10 000 millones, lo que dos fuentes catalogaron como “un voto de desconfianza”, que normalmente llevaría a la renuncia del rechazado.
La Asamblea de Gobernadores (integrada normalmente por el ministro de Economía, o el de Finanzas, el de Crédito Público, o el titular del Banco Central de cada país), se reúne una vez al año para tomar “decisiones de impacto que inciden positivamente en el desarrollo socioeconómico de los habitantes de los países miembros”, según una cita del Banco. La reunión de este año fue en Mérida, Yucatán, (México).
“La capitalización es el único tema de importancia para esa asamblea en México”, declaró a CONFIDENCIAL el exrepresentante de Costa Rica ante el BCIE, Ottón Solís. El tema era, en efecto, muy importante para el propio Mossi, quien a finales de julio declaró en el canal 12 de televisión que, ante la necesidad de que el Banco creciera “para satisfacer las necesidades de la región”, en 2020 se decidió ampliar la capitalización de 5000 millones a 7000 millones de dólares.
En esa entrevista, Mossi también dijo que “estamos pensando en una capitalización a 10 000 millones, para ser un banco mucho más grande y mucho más fuerte. En ese entonces, [2020] el Banco alcanzó una calificación de Doble A, que es la mejor calificación de riesgo de una institución latinoamericana… y mejor que la del Gobierno de Chile”.
Aunque hasta el momento de redactar esta nota, el departamento de Relaciones Públicas del Banco no había publicado una nota informando los resultados de la Asamblea de Gobernadores, dos fuentes dijeron a CONFIDENCIAL que tres países (Guatemala, Costa Rica y Panamá), presentaron objeciones. Al conocer los detalles, la propuesta estaba tan incompleta, que fue considerada “poco seria” y hasta “vergonzosa”.
Al final, el plan de capitalización presentado por Mossi fue rechazado con los votos en contra, entre otros, de Argentina, México, Panamá, España, Guatemala, y Corea.
El rechazo a la capitalización
Ampliar la capitalización del Banco es deseable para todos los países… a pesar de que ello implica que cada uno de ellos desembolse grandes cantidades de dinero para cumplir con esa decisión. A modo de ejemplo, Nicaragua (y el resto de socios regionales) tuvo que aportar alrededor de 180 millones de dólares para cumplir su parte cuando se decidió aumentar el capital del Banco, y llevarlo hasta los 7000 millones de dólares.
A pesar de eso, pagar para elevar el capital del Banco hasta los 10 000 millones de dólares, es una decisión deseable para los países, porque eso implicaba que el BCIE habría dispuesto de más fondos para prestarlo a los mismos países aportantes… pero lo rechazaron, lo que a juicio de un catedrático que conoce el funcionamiento de una entidad multilateral como el BCIE, indica que hay “desconfianza por el manejo de las finanzas del banco”.
Al respecto, esta fuente recordó que ya existe una denuncia y una solicitud de investigación que fue presentada por nueve directores en diciembre pasado, “pero aún no se ha atendido”, en referencia a la carta presentada por Argentina, España, Colombia, Guatemala, Costa Rica, Honduras, El Salvador, México y Panamá, expresando “suma preocupación sobre los parámetros de administración y financieros del Banco, y las serias inquietudes generadas sobre su adecuada gobernanza”.
“Existe una duda razonable sobre el comportamiento de Mossi. Este aumento de capital sería para congraciarse con los países fundadores, con los cuales quiere quedar bien, pero con sombrero ajeno. Lo que esta noticia me dice es que Mossi ha perdido credibilidad ante los directores y la Asamblea de Gobernadores”, complementó.
Para Solís, “lo normal es que un presidente renuncie ante un rechazo como este. En cualquier organización, eso significa renuncia, porque dice: ‘no queremos confiarle más capital a usted’. Y eso que a todos nuestros países les interesa esta capitalización, porque incrementa la capacidad de préstamos del Banco”.
Los 10 000 millones de dólares
En su discurso de apertura ante los gobernadores del Banco en la reunión de Mérida, Mossi destacó “el apoyo que hemos recibido de los países durante el octavo incremento de capital”, (a partir de 2020), al que tildó de “muy importante”, en especial después que varios de los socios —y no solo los fundadores— hicieron adelantos en sus pagos, “para fortalecer aún más la posición patrimonial”.
La idea de subirlo hasta 10 000 millones está ligada al hecho que “nos preocupan los vientos de recesión globales, y el incremento de las tasas de interés en todos los mercados donde el BCIE capta fondos”, por lo que trabajan “muy duro” para demostrar por qué es importante que “este banco de Centroamérica sea un banco fuerte, con un capital más elevado, para atender [rápidamente] las necesidades de nuestros países… y quizás, llegar al sueño de ser el banco Triple A que atienda nuestra región”.
Aunque en el papel ese discurso es plausible de ser cierto, Solís cree que el trasfondo es otro, y tiene que ver con la urgente necesidad de Mossi, de “poder mejorar los índices”, en particular, el índice de gasto administrativo (IGA), que se calcula comparándolo con el capital del Banco, de modo que, a mayor capital, menor el índice de gastos.
“El IGA se ha venido deteriorando por el despilfarro en los salarios, pero si se incrementa la capacidad de préstamo, esos altos gastos se disimulan”, explicó aseverando que el antecesor de Mossi (Nick Rischbieth) “fue muy cuidadoso: limitó el número de empleados que podía tener el Banco”, considerando que las calificadoras revisan el IGA a la hora de ofrecer una calificación a la entidad.
El costarricense insistió en denunciar las acciones que ha tomado Mossi “para permitir a los directores del BCIE mantener el salario abusivo, detestablemente abusivo”, que disfrutan, recordando que “todos los privilegios que tienen él los ha protegido. Ha pagado abogados externos, además de poner al staff a trabajar para proteger esos salarios”, porque es su manera de garantizar el voto de los directores, que no cuestionaron -por ejemplo- las declaraciones de Mossi, solidarizándose con Daniel Ortega.
Si “el directorio del BCIE está callado”, es porque Mossi “les ha ayudado entusiastamente a proteger sus enormes privilegios”, insistió. De regreso a la decisión de los gobernadores en Mérida, dijo que “me agrada que la Asamblea haya tomado una decisión como esta, y ojalá que haya entrado a ver otros temas clave”.