18 de enero 2018
El desplome de las exportaciones de leche y carne a Venezuela, golpea al sector ganadero, que se ha visto obligado a recurrir a técnicas y estrategias productivas para minimizar las pérdidas.
“Cero. Las ventas de leche, carne y ganado en pie a Venezuela es cero”, aseguró Álvaro Vargas, presidente de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua, (Faganic), al ser entrevistado para el segmento Cuentas Claras, del programa de televisión Esta Noche, que se transmite por Canal 12.
La caída de la cooperación venezolana –cuyo ‘mecanismo de compensación comercial’ era el fondo con el que se pagaban las exportaciones a ese país- afectó sensiblemente la venta de alimentos a esa nación sudamericana, que llegó a ser el segundo socio comercial de Nicaragua.
El descenso –o cese total- de las exportaciones de algunos productos, obligó a las industrias afectadas a buscar nuevos mercados, lo que no representó mayor nivel de complicación para rubros como la carne o el azúcar, cuya demanda es mayor a la capacidad del país, pero sí para segmentos como el lácteo.
“El efecto será peor en leche que en carne, porque la carne tiene más opciones”, declaró Vargas. Una de esas opciones es “convertir la leche en carne”.
Se refiere a algunas decisiones de ‘ingeniería productiva’, como permitir que los terneros consuman más leche, (en vez de ordeñar a la madre y vender el líquido), para que crezcan más rápido y con mayor peso, lo que permite obtener mayores ganancias más pronto.
El ganadero ve pocas posibilidades de que las exportaciones a ese país vuelvan a levantar cabeza –al menos en el contexto actual- a la luz de las sanciones de Estados Unidos contra Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa), empresa dueña del 51% de las acciones de Alba de Nicaragua, S.A., encargada de operar el citado Mecanismo de Compensación Comercial.
De forma precavida, los bancos nacionales están optando por no hacer negocios con Albanisa, en especial, siendo que en la mayor parte de los casos sus ‘bancos corresponsales’ están en Estados Unidos, lo que hace a aquellos, sujetos de sanción por parte de su propio gobierno.
21 millones de dólares para un matadero
Más allá de la necesidad de buscar y consolidar mercados alternativos, el sector ganadero confía en que este año también crecerán 5% “naturalmente”, aunque ello dependerá en gran medida del comportamiento del clima, en especial, de si hay “Niño” o “Niña”. Y si lo hay, de qué tan fuerte sea.
Vargas cree que ese crecimiento podría ser aún mayor “si pudiéramos mejorar nuestras relaciones con la industria cárnica y láctea”, en referencia a la lucha de los ganaderos por obtener mejores precios, lo que a la larga incentivaría al gremio a producir más, con lo que los mataderos mismos terminarían aumentando su actividad.
El dirigente gremial detalló que “pedimos que se establezca un precio de referencia”, utilizando para ello un promedio ponderado de los precios al que los mataderos pudieron colocar el producto en los mercados que abastecen, de modo que las ganancias adicionales sean compartidas por ambos gremios.
Mientras ello ocurre, los ganaderos decidieron implementar un viejo plan: construir su propio matadero, en el que pondrían en práctica la petición que ellos mismos hacen: aplicar un mecanismo matemático transparente para fijar los precios al productor.
“Hemos intentado mejorar la relación con la industria en Nicaragua”, asegura Vargas, pero al ver que no ha sido posible, decidieron seguir adelante con su plan de construir su matadero. El lugar elegido es el empalme de Boaco, aun admitiendo que en Nicaragua existe suficiente capacidad instalada en cuanto a mataderos concierne.
La decisión de construirlo en ese lugar se debe a que por ahí pasa el 70% del ganado que se transporta en el país, por lo que se convierte en un excelente punto de acopio. El plan está valorado entres USD21 millones y USD22 millones, de los que USD17 millones serían para construirlo, y el resto para financiar sus operaciones iniciales.
Aunque no descartan recaudar parte de esa suma por medio de la venta de acciones, Vargas dijo que acudirán a la banca para conseguir el dinero. Mientras tanto, preparan los estudios ambientales, los permisos de aprovechamiento de agua, diseñan las estructuras, cercan el terreno, y adelantan parte del movimiento de tierras, con el fin expreso de tenerlo listo para hacerlo ‘bancable’ de aquí a junio.