12 de diciembre 2019
La reforma tributaria puesta en vigencia el 1 de marzo del presente año, dejó como único ganador al Gobierno, en perjuicio de las familias (al aumentar el desempleo y la pobreza) y las empresas, que vieron cómo disminuían sus ventas y su liquidez, mientras desmejoraba su perfil crediticio, y se elevaban sus costos operativos.
Entre enero y febrero, la Administración de Daniel Ortega impuso una reforma tributaria diseñada para mejorar su posición fiscal, a la vez que castigaba a sus antiguos socios, ahora devenidos en críticos del Gobierno.
El resultado neto es una recaudación adicional de 7855.5 millones de córdobas, que Ortega mandó añadir al Presupuesto 2019, mientras en paralelo aumentaba la inflación. Pero mientras las recaudaciones volverán a caer en 2020, la mayor parte de las personas que perdió sus empleos, así como los que regresaron a la pobreza, seguirán estando desempleados y siendo pobres el próximo año, y los venideros.
El presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, recalcó que “esta reforma tributaria hizo que aumentara la pobreza”, lo que afecta a las familias nicaragüenses sin hacer distinción alguna, porque todos son consumidores en una situación de precios al alza.
El líder gremial dijo, citando una evaluación de la reforma tributaria, preparada por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), que, gracias a esa reforma, hubo un incremento de la inflación en dos puntos; que 7800 familias pasaron a ser pobres, y que más de 49 000 personas dejarán de tener empleo formal.
Este aumento de precios, combinado con los efectos negativos de la reforma, entre los que destaca la pérdida de empleos “aumenta en cinco puntos porcentuales los niveles de pobreza en el país. Como sector privado, insistimos en lo inapropiado de seguir tratando de vender hacia afuera esta narrativa”, que niega la realidad que vive la familia nicaragüense ante las decisiones gubernamentales, señaló.
Rendimientos menguantes
El documento de Funides muestra que, después de obligar a las empresas a pagar hasta el triple del Pago Mínimo Definitivo, de eliminar algunas exenciones, y aumentar varios tributos, la reforma tributaria le generó un rendimiento de 20.7% al Gobierno.
Si bien el porcentaje suena muy bien, los números cuentan otra historia: uno, la base contra la que se está comparando es el deprimido año 2018 y, dos, que los datos completos, trimestre a trimestre del 2018, muestran el declive en ese rendimiento.
Si bien al cierre de marzo 2019, el Fisco percibió 2584.8 millones de córdobas (-11.2%) menos que en el primer trimestre del año anterior, los datos que recopiló Funides muestran que el rendimiento de la reforma (que para entonces solo tenía un mes de estar en vigencia), fue de 12.6 por ciento.
La razón, como explicaron los economistas a cargo de la evaluación, es que el resultado “se compara contra un contrafactual”, en este caso, contra las recaudaciones que se habrían obtenido de no mediar la citada reforma.
Que marzo revirtiera la tendencia negativa de enero y febrero, para dejarla en un positivo 12.6% puede considerarse un logro, que solo pareció confirmarse al revisar los datos del segundo semestre, cuando se generó un rendimiento de 33.9%... hasta que llegó el todavía alto –pero menguante- 24.4% del tercer trimestre, y el otra vez menor 14.0% del cuarto trimestre.
Al observar cómo el rendimiento cae 9.5 puntos porcentuales entre el segundo trimestre y el tercero, y luego, 10.4 puntos entre el tercero y cuarto trimestre, la Fundación señaló en su Informe de Coyuntura a noviembre de 2019, que “la evidencia indica que la reforma tributaria sigue generando ingresos adicionales con respecto a un escenario sin reforma, aunque su rendimiento viene reduciéndose gradualmente”.
En referencia a la caída de casi diez puntos en la recaudación trimestral, Sergio Maltez, presidente de la Cámara de Industrias de Nicaragua (Cadin), explica que eso muestra que las empresas están resistiendo, pero que no podrán hacerlo por mucho tiempo más.
Recaudación volverá a caer
De forma adicional, el Informe detalla que los montos colectados en concepto de IR al cierre del año fiscal, que será en febrero de 2020, serán menores a las de 2019 “porque las empresas grandes están pagando mayores anticipos al IR, de tal forma que al cierre del año fiscal habrán adelantado al fisco un mayor porcentaje de sus ganancias”.
“Esto significa que el rendimiento de la reforma, de 20.7% en enero-diciembre 2019, estaría parcialmente contrarrestado por este efecto”, advierte.
Si el Gobierno celebrar sus 7855.5 millones adicionales, las empresas pueden lamentar en esa misma proporción, los efectos de una medida que les sacó el dinero del bolsillo y mermó sus posibilidades de invertir para crecer… y contratar más personal.
El resultado, tal como lo demuestra el estudio de Funides, es, en primer lugar, la citada reducción de la liquidez de las empresas, así como de sus utilidades, lo que las llevó a implementar estrategias que las mantuvieron con vida, al costo de contraerse y reducir la productividad.
“Así como se requiere tiempo para abrir una empresa, también se requiere cierto tiempo para poder cerrarla”, detalló Maltez, para explicar por qué el panorama no es peor en este momento.
“Hace dos semanas celebraban haber elevado los porcentajes de recaudación, pero eso hizo que 49 000 perdieran sus empleos; que las empresas se quedaran sin inventario, que las ventas cayeran en 87%, y también las inversiones… así que se han tenido que tomar medidas de sobrevivencia”, refirió.
“Las empresas apenas pueden operar para no cerrar, pero esa decisión no es sostenible en el tiempo”, advirtió.
Desde el punto de vista financiero, los negocios tuvieron que aceptar operaciones de alto costo, para conseguir un poco de la liquidez requerida para operar y hacer frente a sus obligaciones, en un entorno en que hay muchas dificultades para recuperar su cartera, y pagar deudas.
De forma específica, se señala que la menor disponibilidad de liquidez “afecta la productividad agrícola”, y que “la informalidad y el comercio ilícito han sido los grandes beneficiados por estas medidas”.
El resumen es que “la reforma aplicada, combinada con el contexto socioeconómico ha limitado a las empresas a buscar únicamente la sobrevivencia”, reduciendo gastos de personal, especialmente en incentivos y capacitaciones, a la vez que se reducía la planilla, generando una sobrecarga de trabajo para los afortunados que conservaban el empleo.