21 de mayo 2017
Financiera Fundeser espera que su cartera crezca cerca de 40% en 2017. Aunque parezca extraño, para ellos la meta puede considerarse modesta cuando la comparan con el desempeño alcanzado en 2016, que tuvo un crecimiento de 51.5% medido en córdobas, y de 44% al medirlo en dólares.
René Romero, gerente general de la Financiera, explica que ese menor crecimiento se explica porque “somos parte del sistema financiero nacional, que este año crecerá entre 18% y 22%, y nosotros tenemos que acercarnos a esos estándares. Hasta ahora, nuestro crecimiento ha sido mayor porque nuestra base es menor”, explicó.
Además de esa razón estadística, se vislumbra cierta ‘turbulencia’ para el presente año, en especial por lo que pueda hacer la administración Trump en Estados Unidos, y el hecho que, aun sin haber sido aprobada, la sola idea de que se formulara un proyecto de ley como la Nica Act, tiene efecto en la economía nacional, al elevar el riesgo país.
“Aunque la ley no está vigente, con solo que se haya hecho el anuncio los inversionistas se ponen más vigilantes. Quizás no van a dejar de invertir, pero la van a pensar un poco más”, explicó Romero.
Vea también: Las operaciones de FUNDESER en el sector agropecuario
La ralentización del crecimiento económico “se nota de alguna manera en los sectores que atendemos. De hecho, lo estamos viendo en las cifras de los primeros cuatro o cinco meses del año, pero esperamos que el movimiento, la aceleración, las mayores colocaciones, vengan a partir de estas lluvias de mayo”, vaticinó.
Desde que se separara de la Fundación Fundeser para convertirse en la Financiera Fundeser (ambas entidades siguen funcionando, pero son personas jurídicas distintas. De hecho, la Fundación es uno de los cuatro accionistas principales de la Financiera), la cartera de crédito de la entidad de microfinanzas ha crecido gracias a la disponibilidad de recursos y a la necesidad de los clientes.
Dinero para producir y comerciar
Romero explica que la ubicación de sus 27 sucursales, que operan en las zonas de mayor actividad agropecuaria del país, han sido claves para mantener sus ritmos de crecimiento: la institución colocó casi US$60 millones en créditos en 2016, año que cerró con un saldo de cartera de US$51.6 millones.
Esos recursos están destinados para financiar principalmente a pequeños y micro empresarios de las zonas rurales, pero también de las ciudades.
Romero detalló que a diciembre de 2016, el 58% del saldo de su cartera se encontraba distribuido entre pequeños productores agrícolas y ganaderos. Si se mide por las colocaciones totales, resulta que el 52% de esos US$60 millones (o sea US$31.2 millones), fueron entregados a ese sector.
En comparación, el sistema financiero nacional entregó solo el 11.6% de su cartera a ese rubro, (esto es, más de US$550 millones), pero es claramente insuficiente ante las necesidades del sector, que requiere no menos de US$1,200 millones en tecnología de punta, financiamiento, asesoría técnica, etc., para explotar su potencial.
Al cerrar el año, Fundeser atiende a unos 27,000 clientes que reciben préstamos promedio menores a US$2,000, aunque hay prestatarios que reciben de US$75,000 a US$100,000 en algunos casos.
Aunque las tasas de interés que cobran los bancos son menores que las de las entidades de microfinanzas, el número de pequeños empresarios y productores que trabaja con ellas sigue creciendo, dado que muchos no son considerados sujetos de crédito por la banca nacional, y no pueden llenar los requisitos que impone esta.
En el caso de Fundeser, Romero dijo que esa financiera tiene la ventaja de su ubicación, al encontrarse más cerca de donde están los principales núcleos productivos, además que ya han establecido una relación que les permite conocer a sus clientes, y definir su capacidad de endeudamiento y de pago.
¿Depósitos? Todavía no
La disponibilidad de llevar el crédito hasta donde lo necesita el pequeño y mediano productor agropecuario o comerciante, se vio complementada en 2016, con el acceso a unos US$6 millones adicionales para ampliar la cartera.
La mitad de esos recursos fueron aportados por los accionistas, que decidieron capitalizar la empresa “para soportar su acelerado crecimiento”, lo que debería permitirles ampliar su base de clientes -o prestarles cantidades mayores- para sus negocios agrícolas, ganaderos, comerciales y de vivienda, entre otros.
El resto del dinero fue ‘levantado’ en el mercado bursátil nacional, después que Fundeser recibiera la autorización de la Superintendencia de Valores para colocar US$5 millones en deuda, de los que al final se decidieron a colocar dos lotes de US$1.5 millones cada uno, lo que les permite diversificar la fuente de sus recursos.
Una tercera fuente a futuro serían los depósitos del público, lo que depende de que la Superintendencia de Bancos les autorice a ello, aunque el mismo Romero admitió que todavía falta algún tiempo para que eso suceda, porque “la Superintendencia de Bancos, por prudencia, y por la historia de los últimos 17 años, otorga licencias a financieras para brindar créditos, pero no para captar recursos del público”.
Para ello, la entidad solicitante debe demostrar “solidez, solvencia, buen capital, buena gestión de riesgos operativos: en suma, tener una institución sólida, si se quiere trabajar con el dinero del público”, en especial, siendo que los ahorradores de una entidad como Financiera Fundeser serían “pequeños empresarios, microempresarios, personas sencillas, profesionales”, lo que obliga a extremar las previsiones para cuidar el dinero del público.
Fundeser facilita gestiones con iCredIT
La tecnología tendrá un papel primordial en el desarrollo financiero y comercial del país, siempre y cuando los actores principales de esa ecuación (el sector público y el sector privado) hagan su parte.
“El Estado debe crear el ecosistema necesario para que las empresas puedan llevar sus servicios a los ciudadanos. Si se crean las leyes apropiadas, y se cuenta con la tecnología necesaria, llegarán los inversionistas dispuestos a invertir en ese campo”, opina René Romero, gerente general de Financiera Fundeser.
Su vaticinio es que poco a poco irá creciendo el uso de medios electrónicos para hacer diversas transacciones, comenzando con Fundeser, que a mediano plazo, debería adoptar la tecnología como un medio de pago.
Romero imagina una transacción electrónica en la que una autoridad de esa financiera aprueba la entrega de un préstamo a determinado cliente, al que se le deposita de manera virtual en una cuenta que él o ella puede manejar por medio de un celular.
“Ese cliente no tendrá que ir a nuestra oficina a recoger el dinero, sino que lo tendrá en su celular, y con eso podrá comprar insumos o semillas, y hacer los pagos que corresponda”, detalla.
De hecho, la financiera ya está usando algunos implementos tecnológicos para atender a sus clientes.
Romero detalló que los oficiales de crédito de esa institución financiera cuentan con una aplicación denominada iCredIT, con la que más de 140 oficiales de crédito, basados en sus 27 sucursales, levantan la información de los clientes para elaborar o actualizar su perfil, mientras consultan su historial en el buró de crédito, y le aprueba o reprueba ese crédito de forma temporal, a la espera de que un comité de crédito revise la transacción en línea, y la sostenga o rechace.