23 de marzo 2017
El director del Banco Mundial para Centroamérica, Humberto López, dijo en una entrevista con Confidencial, que Nicaragua tiene unas tasas de educación muy bajas, lo que no contribuye al crecimiento económico y a la reducción de la pobreza en el país. La educación y la infraestructura son dos elementos fundamentales para el crecimiento de cualquier país, explicó el funcionario, quien argumentó que el problema educativo no se resuelve aportando más dinero, sino realizando una reforma en el sector.
“La experiencia que tenemos en el Banco Mundial es que poner dinero a veces no es la única solución, sino que muchas veces uno tiene que preguntarse hasta qué punto las estructuras educativas son las necesarias para que los chicos aprendan en las escuelas”, aseguró López.
Durante la entrevista, el experto destacó que Nicaragua todavía se mantiene como el segundo país más pobre de la región, y que para potenciar aún más el crecimiento económico, se deben encontrar tasas más altas de desarrollo, pues de esta manera se podrían disminuir los índices de pobreza.
¿De qué manera se podría lograr que los niveles de inversión y crecimiento de la economía se traduzcan en mayor reducción de la pobreza?
En el año 2005 Nicaragua tenía una tasa de pobreza por encima del 70 por ciento. Esto ha venido bajando hasta un 30 por ciento y ha ocurrido por una combinación de factores: gracias al buen manejo macroeconómico, el crecimiento ha sido relativamente alto y esperamos que Nicaragua tenga la tercera tasa más alta de toda Latinoamérica. Estas son buenas noticias, porque el crecimiento se va a convertir en bajadas de la pobreza general.
Pero la realidad en las calles es distinta ¿Por qué no vemos este cambio?
Creo que hay que reconocer las caídas en las tasas de pobreza que ha habido en Nicaragua, al mismo tiempo que es importante reconocer que Nicaragua ha entrado en estos procesos desde una base muy baja. En 1990 eran el segundo país más pobre de Latinoamérica. Incluso con tasas de crecimiento muy altas, lo que uno se encuentra es que es muy difícil ascender a las expectativas de las demandas que tiene la población. Pero esa decepción que pudiera tener alguna persona, no es motivo para no reconocer que el comportamiento económico y el crecimiento han sido muy positivos últimamente.
Nicaragua continúa en el mismo lugar ¿En qué se ha mejorado entonces?
Sí, siguen siendo el segundo país más pobre pero están muy cerquita de Honduras. Lo que sí se ha reconocido es el cambio de estatus que ha tenido. En el Banco Mundial, dependiendo del nivel de ingreso que tienen los países, en un determinado momento se le da una clasificación que se le llama IDA o Clasificación Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento. En el caso de Nicaragua han pasado ya por la línea de los países IDA que son países pobres, y lo que se está viendo es si se mantiene en esa posición para en un futuro, no muy lejano, se puedan graduar y entrar en otro grupo de países.
Entonces ¿cómo se puede acelerar el proceso de reducción de la pobreza?
Lo principal es encontrar tasas más altas de crecimiento económico. Mira, este año en Nicaragua estamos esperando unas tasas de crecimiento en torno al 4 por ciento mientras que en países como Panamá estamos esperando tasas del seis por ciento. Claramente, esfuerzos de mover las tasas de crecimiento al 6 o 7 por ciento ayudaría mucho a que caiga la pobreza y que el país converja con otros países de ingresos mucho más altos.
¿Qué es lo que tendríamos que hacer para conseguir estas altas tasas de crecimiento?
Hay dos elementos en Nicaragua que llaman la atención. Uno de ellos es la educación. Nicaragua tiene unas tasas de educación muy bajas y la calidad es la que es. No quiere decir que necesariamente lo tengamos que arreglar con dinero. La experiencia que tenemos en el Banco Mundial es que poner dinero a veces no es la única solución, sino que muchas veces uno tiene que preguntarse hasta qué punto las estructuras educativas son las necesarias para que los chicos aprendan en las escuelas.
Están los aspectos de infraestructura. Todos sabemos que cuando vemos un país como Nicaragua donde los niveles de comercio internacional están en torno al cuatro por ciento del producto interno bruto, lo que quieres es ser competitivo. Para lograrlo hay que tener buena infraestructura. Si lo que quieres mover es una mercancía de A hacia un punto B, lo que no quieres es encarecer y sabemos que cuando un camión circula por las carreteras de Nicaragua, la velocidad promedio del camión es de 12 kilómetros por hora.
Pero la inversión que Nicaragua realiza en educación es mínima.
En el Banco Mundial hemos estado apoyando a Nicaragua con infraestructura educativa, apoyando en construcción de escuelas en zonas rurales que son importantes. Pero no solo se trata de poner dinero para la infraestructura. Se tiene que garantizar que el maestro vaya a la escuela, que el maestro esté enseñando y que el currículum enseñado sea apropiado. Y ser capaz de atraer a los chicos a que se queden en el sistema educativo.
Una de las estadísticas que más vemos en el Banco Mundial para medir la capacidad educativa de los países, es la proporción de la población de 25 a 29 años que ha acabado la secundaria. Lo que nos encontramos en Centroamérica es un promedio del 40 por ciento. En Nicaragua es poco más del 20 por ciento, más de la mitad que tenemos reflejado para Centroamérica.
No es únicamente dinero, muchas veces lo necesario es una buena reforma al sector educativo, aunque nosotros sabemos cuán difícil es empezar esa reforma.
¿Qué más puede aportar al crecimiento?
Es fundamental mejorar la capacidad de Estado. Es uno de los retos que tenemos en toda Latinoamérica y obviamente en Centroamérica. Tener un Estado que sea efectivo, tener un Estado que sea eficiente, capaz de poner la regulación apropiada en los sistemas y que permita que las empresas se desarrollen y crezcan.
¿Cuán importante sería aplicar estas recomendaciones para reducir la pobreza que existe en el país?
En el Banco Mundial, cuando nosotros hablamos de reducir la pobreza, hablamos de dos cosas: de crear muchos empleos pero de calidad. La creación de empleos está relacionada con la tasa de crecimiento económico, pero los empleos de calidad solo se pueden generar si tú tienes buenos niveles educativos, porque por un empleo de calidad te van a pagar porque tú estás haciendo actividades que están generando valor añadido.
Entonces, se trata de tener buen manejo macroeconómico, tener actividades que permitan al sector privado crecer y generar empleos, y tener una población que no solo llene esos empleos, sino que ofrezca ese valor añadido.
El fenómeno Trump ha generado muchas expectativas para diversos sectores de la sociedad. Sus discursos apuntan a diversos temas. ¿Si llegaran a deportar a más nicaragüenses cómo afectaría a nuestra economía la disminución de las remesas?
Las remesas que vienen de Estados Unidos a Nicaragua son importantes, pero hay que tener en cuenta que un gran componente de las remesas que llegan al país viene de Costa Rica. La preocupación que hay en algunos países centroamericanos es válida porque no solo son remesas, pues si tienes un incremento de la población que tiene que regresar al país, en muchos casos es muy complicado tener servicios y capacidades para sostener esta población.
¿Esta sería la principal repercusión en nuestro país?
Dependerá siempre de cuál es la magnitud de las personas que volvieran al país. En el Banco Mundial estamos atentos a estos aspectos pero no hemos rebajado las perspectivas que tenemos de remesas que están llegando a los países.
¿Qué opina del desempeño del gobierno nicaragüense como ejecutor de los proyectos que financia el Banco?
La mejor cartera del Banco Mundial es la de Nicaragua, somos optimistas. La experiencia con Nicaragua es que es un país que cuando hay un problema en un proyecto, rápidamente se puede contactar a la autoridad responsable y se toman las medidas.
¿Ya se reunieron con el gobierno para establecer el plan multianual?
Eso lo empezamos en el mes de junio. Sí hemos tenido una discusión inicial pero será en ese mes que decidiremos cuáles serán los proyectos para los próximos cuatro años.