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En “la política” está la clave de la prosperidad

La política no compete sólo a los políticos, sino a todos los ciudadanos, y su organización social

El profesor James Robinson. Cortesía Funides.

Carlos F. Chamorro

30 de noviembre 2015

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Parafraseando a James Carville, el estratega electoral de Bill Clinton que escribió en el pizarrón de su “cuarto de guerra”: “¡Es la economía, estúpido¡”, el libro “Por que fracasan los países”, de los profesores James Robinson y Daren Acemoglu, podría resumirse en otra frase igualmente categórica pero de signo contrario “¡Es la política, estúpido¡”

A diferencia de Carville, un operador político de lengua filosa, astuto y particularmente intuitivo, el trabajo de los dos académicos de Harvard y MIT se sustenta en una investigación enciclopédica, con abundante evidencia histórica y económica, sobre el papel que juegan las “instituciones inclusivas”, sustentadas en la política, en el camino hacia la prosperidad.

Invitado por la Fundación Nicaragüense de Desarrollo Económico y Social (Funides), el profesor James Robinson, a partir de 2016 catedrático de la Universidad de Chicago, brindó una conferencia en Managua durante el “I encuentro empresarial Nicaragua 2015”. “Es el tipo de política” lo que hace la diferencia en la calidad de las instituciones, reitera en esta entrevista.


Su libro ofrece una visión histórica sobre el papel decisivo que juegan las instituciones en la prosperidad de las naciones, y hace una distinción entre instituciones extractivas e inclusivas. ¿Cuál es la diferencia?

Las instituciones inclusivas son las que crean incentivos y oportunidades para que las personas en la sociedad puedan hacer todas las cosas que los economistas saben que hacen un país próspero, para invertir en capital, en educación, en innovación, en la adopción de tecnología, para empezar negocios.
Los economistas saben lo que hace que una sociedad sea económicamente exitosa, pero lo difícil es crear estructuras, instituciones, normas que incentiven y den oportunidades a las personas para hacer todas esas cosas. Así que instituciones inclusivas son las instituciones que crean los incentivos y las oportunidades, y las instituciones extractivas son instituciones que bloquean, que no crean incentivos y no crean oportunidades.

La diferencia entre Bill Gates y Carlos Slim

¿Por ejemplo?

Bueno, los monopolios. En el primer capítulo empezamos hablando de monopolios. Muchos países de América Latina tienen sectores que monopolizan. Así que si tienes un monopolio, eso no crea oportunidades. Nadie puede crear nuevos negocios, no puedes entrar a competir con alguien que hace una enorme cantidad de dinero. No es un contexto que estimula la entrada, oportunidades o incentivos de manera más amplia en la sociedad.

Un capítulo entero de su libro está dedicado a explicar la diferencia sobre la forma en que los dos hombres más ricos del mundo se hicieron millonarios. El mexicano Carlos Slim y el norteamericano Bill Gates. ¿Por qué es esto relevante?

La comparación entre la forma en que esos hombres hicieron su fortuna te dice todo acerca de por qué Norteamérica es mucho más exitosa económicamente que Latinoamérica.

Bill Gates hizo su fortuna a través de la innovación. El introdujo a miles de personas a la industria de software. Carlos Slim hizo su fortuna con los monopolios, con Telmex y con otros negocios. Y de acuerdo con la OCDE (la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) eso redujo los ingresos nacionales en México. Así que no es solo una cuestión de que Carlos Slim obtuvo dinero del pueblo mexicano. Él hizo eso, pero también redujo los ingresos de todos. Bill Gates aumentó los ingresos para todos.

Pero lo que es poderoso en ese ejemplo es que ésta no es una diferencia entre buenos y malos o de diferentes culturas. Bill Gates también quería ser un monopolista, todo el mundo quiere ser un monopolista. Es solo que en los Estados Unidos hay leyes. Ahí está el Estado de Derecho, leyes antimonopolio. El gobierno impide el establecimiento de monopolios. Así que eso ilustra mucho sobre nuestra teoría de las instituciones económicas, los incentivos y la innovación. El hecho de que existan estas diferencias culturales no es lo significativo, sino que detrás de todas las economías esta la política, está el Estado aplicando el estado de derecho que nivela el campo de juego para la gente de negocios.

¿Cómo se forman las instituciones inclusivas? ¿Son una herencia de la historia, o una construcción de la política?

Creo que ambas cosas. Si quieres pensar en por qué Latinoamérica fue diferente a Norteamérica, es producto de la historia, y lo que yo llamaría dinámicas institucionales dependientes de la trayectoria. Pero cuando hoy se piensa en qué es lo que mantiene a estas instituciones extractivas en muchas partes de América Latina y lo que mantiene a las instituciones inclusivas en Norteamérica, es la política. Es el tipo de política que sostiene y ayuda a este tipo de instituciones a reproducirse.

Cómo se hace la conexión entre instituciones inclusivas e instituciones económicas que favorecen la prosperidad? ¿Es una tarea de los políticos, los empresarios, los ciudadanos?

Es responsabilidad de todos. Hacemos mucho énfasis en el libro que el problema de crear de una sociedad más inclusiva es que algunas personas tienen un gran interés en las instituciones extractivas. Carlos Slim tiene un enorme interés económico personal en las instituciones extractivas, así que para crear una sociedad más inclusiva, uno tiene que cambiar la forma en que funcionan las cosas. Hay que cambiar las instituciones, reemplazar las instituciones extractivas con instituciones inclusivas.

Y sí, ese es un problema político. Pero la política no se trata solo de lo que hacen los políticos. Se trata de lo que hace cada uno. Los ciudadanos tienen voz, tienen un interés, se pueden organizar, pueden hacer campañas. Yo pienso que los políticos tienden a hacer lo que los ciudadanos quieren que hagan porque les gusta ejercer el poder y les gusta mantenerse en el poder. Así que creo que es responsabilidad de todos tratar de cambiar la forma en que funcionan las cosas. Y todos tienen un interés colectivo en algún nivel para hacer que las cosas funcionen, aunque algunas personas se benefician del status quo, y eso es parte del problema.

Crecimiento extractivo autoritario no es sostenible

¿Qué dice la evidencia empírica sobre los resultados de estos dos modelos, el extractivo y el inclusivo? También hay casos de sociedades con modelos autoritarios, e instituciones extractivas, en los que hay crecimiento económico…

Sí, absolutamente. En el libro hacemos énfasis en que la evidencia empírica abrumadora muestra que existe una estrecha relación entre las instituciones económicas inclusivas y la prosperidad. Por ejemplo, en algunos de los trabajos que hicimos, vimos una fuerte conexión entre la seguridad de los derechos de propiedad y el desarrollo económico. Derechos de propiedad bien definidos, seguros.

Sin embargo, tenemos lo que llamamos crecimiento extractivo. En el libro, los periodos transitorios de crecimiento económico se basan en diferentes tipos de instituciones, en arreglos, en alguna coalición de intereses. Así que esto ha ocurrido muchas veces en la historia, pero nunca se ha sostenido. No es un camino a la prosperidad sostenible. Eso es lo que enfatizamos. Los que quieren eso tienen que mover a la sociedad y a las instituciones en una dirección más inclusiva.

¿La sostenibilidad o la falta de sostenibilidad de estos modelos de crecimiento está vinculada a factores económicos o más bien de tipo político?

Creo que ambos, basta pensar en algunos ejemplos de crecimiento insostenible de extracción en la historia latinoamericana. México antes de la guerra civil. Cuando Porfirio Díaz estaba a cargo de México, hubo crecimiento económico. Las exportaciones subieron, hubo diversificación, construyó ferrocarriles. Incluso hizo algunas reformas institucionales en el ámbito jurídico. Derecho corporativo, abolió los restos de las instituciones coloniales.

Así que hubo reforma, hubo un cierto crecimiento económico, pero iba junto a una enorme exclusión política y enormes aumentos en la desigualdad, en la expropiación de los pueblos indígenas, la pauperización. Las reclutas del ejército disminuyeron durante ese período. Así que esto creó una enorme desigualdad política y económica y creó todos estos agravios que explotaron en la Revolución Mexicana.

Argentina antes de la Primera Guerra Mundial es otro maravilloso ejemplo de crecimiento insostenible, porque no tenía la base institucional correcta para crear prosperidad, sostenibilidad económica, estabilidad social o estabilidad política. Incluso el crecimiento bajo (Anastasio) Somoza no era tan malo antes de la revolución, pero ese era crecimiento económico de un tipo muy extractivo que creó todo tipo de problemas en la sociedad y era muy insostenible.

Bueno, en la Nicaragua actual, tenemos un régimen político autoritario que mantiene una alianza con las élites económicas, una relación funcional que genera una suerte de estabilidad dentro del autoritarismo. ¿Se puede establecer acaso una especie de trueque entre crecimiento económico y democracia?

No, yo no creo que haya. No estoy muy seguro de cómo caracterizar lo que sucede hoy en Nicaragua. Si miramos la historia de América Latina en los últimos 30 o 40 años, lo primero que debemos observar es que es muy difícil de desmontar del autoritarismo. Si vemos a Perú, Bolivia, Argentina, Brasil, Nicaragua, lo primero que sucede después de la transición de una dictadura es la hiperinflación. Sucede en todas partes, en todos esos países. De repente, la sociedad se vuelve mucho más abierta, se hace más democrática, se hace más incluyente políticamente. Aparecen muchas presiones, y las instituciones políticas no pueden hacerle frente. A todos esos países les ha sido difícil crear democracias. Ha habido populismo, ha habido clientelismo, ha habido todo tipo de problemas.

La creación de instituciones políticas inclusivas es un trabajo en proceso. El panorama en América Latina e incluso en Nicaragua, desde mi limitado conocimiento del país, es que ha habido un gran progreso en comparación con el pasado. Tu sabes mucho más sobre esto que yo, así que hay muchas imperfecciones y falta de transparencia. Pero viendo el panorama, me parece a mi, que hay un gran movimiento hacia instituciones políticas más inclusivas. Tal vez la calidad de las elecciones es un trabajo en progreso. Tal vez haya una falta de competencia política, pero eso lleva tiempo construir. La pregunta ahora es ¿Cómo se puede hacer que la democracia funcione mejor, sea más competitiva y de mayor calidad? ¿Cómo hacer que el Estado funcione mejor? ¿Cómo hacemos para que las instituciones políticas de Nicaragua sean más inclusivas? Y eso creo que es en el interés de todos.

¿Pero existe acaso algún dilema para las élites económicas, entre la estabilidad autoritaria, y la necesidad de crear nuevas instituciones que pueden generar alguna inestabilidad?

¿Ha sido alguna vez estable el autoritarismo en Latinoamerica? Si piensas en la historia de América Latina, la democracia nunca ha tenido la oportunidad de demostrarse así misma. ¿Cuánta democracia hubo en este país antes de los últimos 20 años? Prácticamente nunca hubo. Y creo que es igual en la mayoría de los países de Centroamérica. Costa Rica ha tenido estabilidad democrática desde 1948.

La mayoría de los países, me parece a mí, han funcionado mejor bajo democracias que bajo dictaduras. Es cierto que en el Asia del Este vemos ejemplos de desarrollo estable de gran éxito bajo los regímenes más autoritarios, pero eso tiene mucho más que ver con características específicas de las sociedades de Asia del Este, el Estado, y la relación entre el Estado y la sociedad. En Latinoamérica no es así. África no es así tampoco. Así que para los latinoamericanos ese modelo no es uno del cual aprender. Creo que van en la dirección correcta, pero falta mucho trabajo por hacer.

¿Cómo se puede romper el círculo vicioso de la discrecionalidad del Estado, y la falta de reglas del juego, cuando algunos grandes grupos económicos más bien podrían estar aprovechando esta situación particular?

El Estado en muchos países de Latinoamérica es muy débil. Es muy clientelista. Los contratos no son entregados de forma abierta, transparente, o adecuada. Una gran cantidad de empleos tienen motivaciones políticas y el estado da favores. El estado tiene que ser despolitizado. Poco a poco tienes que intentar reformar estas prácticas y reformar el modo en que funciona el Estado. Reformar la forma en que funciona la burocracia, esa es una cosa difícil de hacer. Pero me parece que estos días hay muchas presiones hacia esas direcciones. Hay mucha presión internacional. Hay una gran cantidad de las mejores prácticas internacionales.

Los países mas inclusivos en AL

Cuando usted analiza la situación de América Latina, ¿cuáles son los países que tienen instituciones más inclusivas y un mayor potencial de prosperidad? ¿Qué podemos aprender de ellos?
Creo que esos países son obvios. Chile es un ejemplo evidente de ello, Costa Rica es otro ejemplo. Tienen instituciones mucho más inclusivas y son mucho más exitosos económicamente que otros países. En el libro hablamos un poco acerca de Brasil, sobre si ha habido un cambio en Brasil. Somos bastante optimistas sobre Brasil, sobre la naturaleza del Partido de los Trabajadores, y esta conexión con aumento local de la rendición de cuentas y el presupuesto participativo. Pero es muy difícil de leer lo que está pasando en Brasil ahora, dependiendo de con quién hables. Esto es una buena señal, porque las personas de clase media ahora se quejan de la corrupción y de la falta de servicios.

La gente es muy pesimista sobre México, pero México ha hecho una transición hacia una democracia muy competitiva, con partidos políticos reales, y tiene una economía inmensamente diversificada. Sí, tienen problemas en México. Tienen este sistema que el PRI estableció que no está bien adaptado al sistema político que tienen ahora. Esta relación entre los gobernadores y el estado nacional. Así que las cosas tienen que cambiar, creo que en términos de las instituciones políticas. Pero yo soy muy optimista acerca de México. Si me preguntas en los próximos 20 o 30 años, a quién le va a ir bien en América Latina, solo observando la economía, la de México se ve más fuerte, diversificada y dinámica que en cualquier otro lugar.

¿Cómo evalúa la otra cara de la moneda, Los países del llamado socialismo del siglo XXI liderados por Venezuela?

Creo que esta es una característica de la historia de Latinoamérica. Una de las cosas que Latinoamérica heredó del periodo colonial es esta inmensa desigualdad. Hay una enorme inequidad. Hay falta de capacidad social y oportunidades en América Latina. Y creo que eso puede crear políticas muy disfuncionales.

El socialismo en América Latina en realidad no se parece al socialismo en Europa occidental. Tiene aspectos muy clientelistas y autoritarios. ¿Por qué el presidente Chávez llegó al poder en Venezuela, por ejemplo? Porque había enormes agravios. Era un sistema político muy oligárquico. No estaba funcionando bien. Había mucha corrupción, pobreza y desigualdad. Y yo entiendo por qué la gente votó por él, porque estában desesperados por el cambio, tenían la esperanza de que pasara algo diferente.

Pero es un modelo muy autoritario. Hay una abolición de controles y balances, y todo esto es un síndrome de avanzar hacia las instituciones políticas más extractivas, lo que socava la rendición de cuentas y la participación. Así que entiendo de donde viene, es parte de un legado histórico en Latinoamérica. Tal vez es parte de este proceso de salir de este legado histórico, superarlo, y crear una sociedad diferente.

Usted ha hecho un argumento como historiador a favor de las instituciones inclusivas, y es difícil pensar que alguien podría estar en contra, y hasta se corre el riesgo que estar a favor de las instituciones, se convierta en algo políticamente correcto. ¿Cómo podemos distinguir la retórica, de las acciones concretas para construir instituciones inclusivas?
Sí, todos quieren decir que son incluyentes y que están a favor de la inclusión. Tienes razón en eso. Incluso los dictadores dicen que están a favor de la inclusión. Creo que es bastante fácil ver cuando la realidad es diferente.

¿Podría darme una lista de acciones que nos permitan comprobar eso?

Si piensas en las instituciones económicas o piensas en las instituciones políticas, enfatizamos mucho cómo se distribuye el poder en la sociedad. Eso es más que elecciones, pero las elecciones son fáciles de observar. Sabemos lo que debe suceder en las elecciones. Debe haber transparencia. Debe haber administración electoral independiente, instituciones que pueden evaluar sin control político lo que debería suceder en una elección. Debe haber transparencia y no interferencia política. Por ejemplo, antes de venir aquí, estaba leyendo lo que escribió el Centro Carter. Obviamente, desde ese punto de vista hay muchos desafíos en las últimas elecciones en Nicaragua. Hay muchosdesafíos en muchos países de América Latina, en Ecuador, en Colombia, en Venezuela.

Así que creo que hay algunas áreas de instituciones políticas inclusivas, donde hay criterios muy claros. Si nos fijamos en cómo contrata personas el estado, cómo se asignan los contratos -hay prácticas muy bien definidas sobre cómo hacer el proceso de contratación inclusivo. Y puedes ver eso y que pasó. ¿Aquí anuncian quiénes ofertan por contratos gubernamentales, o ganó el contrato, o cuál es el proceso? Esa es una pregunta muy simple, y respuesta es sí o no.

Si el camino hacia la prosperidad, está de alguna manera ligado a la creación de instituciones democráticas inclusivas, ¿cuál es el papel de los ciudadanos, o de los sectores que no tienen poder y oportunidades económicas?

Creo que eso es crucial. En el libro evitamos el uso de la palabra democracia. Utilizamos pluralismo. La gente me pregunta todo el tiempo, Francis Fukuyama me preguntó: “¿Por qué no hablas de democracia?” ¿Por qué es diferente esa palabra? El pluralismo es sobre poder. Se trata de la distribución del poder. No es sólo “llego a votar una vez cada cinco años en una elección.” La sociedad se organiza. Hay muchos círculos de poder en la sociedad. Así que creo que en “La democracia de (Alexis) de Tocqueville en América”. Todo el enfoque es sobre la sociedad civil, la organización de la sociedad. Y uno de los problemas que veo en muchos países de Latinoamérica, es que cuando el estado es débil, el estado es bastante malo en la prestación de servicios e infraestructura. Esto lleva a una sociedad civil muy fragmentada. La gente está muy obsesionada con intereses coloquiales, con sus propios intereses. Es muy difícil para ellos ver un interés colectivo común. Si estás a cargo de un país esto es algo bueno porque lo hace muy fácil de manejar. Pero es una relación muy simbiótica con el clientelismo. Así que creo que la organización es crítica, la acción colectiva, la sociedad civil.

No sé mucho acerca de la sociedad civil en Nicaragua, pero sé que es muy importante, esa organización sostenible, una sociedad civil organizada. Y eso es crucial para que la gente se organice, y que se organicen colectivamente y tratar de definir lo que (Jurgen) Habermas llama la “esfera pública”. Una esfera pública donde podemos identificar los temas y problemas en nuestra sociedad y debatir y hablar de ellos.

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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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