8 de julio 2021
El empresariado centroamericano organizado en federaciones regionales agropecuarias e industriales, permanece atento al desarrollo –y el desenlace- de la crisis política nicaragüense, convencidos de que este es momento de esperar, no de invertir. En especial, ante la amenaza estadounidense de excluirnos del Cafta.
El presidente de la Federación Centroamericana de Cámaras Agropecuarias y Agroindustriales (Fecagro), Nils Leporowski, indica que no conoce de empresarios que estén reconsiderando invertir –o continuar invirtiendo- en el país, “pero sí le puedo decir que hay inversiones muy grandes de empresarios guatemaltecos en Nicaragua”, especialmente en la industria agroexportadora y la ganadería.
“Toda esta situación está frenando el crecimiento, y a los demás empresarios que quieran llegar a invertir a Nicaragua. Creo que ahorita va a haber un paro total a las inversiones, por lo menos extranjeras en Nicaragua, esperando a que toda esta situación se normalice, o se vea con más claridad hacia dónde va el país”, precisó.
“No he oído de inversionistas que se están retirando, pero tampoco he oído que un inversionista está loco para invertir en Nicaragua en este momento”, dijo desde Honduras, el presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones Industriales de Centroamérica y República Dominicana, (Fecaica), Robert Vinelli.
“En momento de crisis política de corto plazo, el dinero -que se mueve muy fácilmente- tiene la tendencia de evitar asentarse para hacer inversiones de largo plazo”, añadió.
Sacarnos del Cafta reforzaría la decisión de retener nuevas inversiones y emprendimientos, y aunque hay empresarios del resto de Centroamérica que también sufrirían las consecuencias de una decisión estadounidense en tal dirección, es claro que somos los que más perderíamos.
“Aquí el efecto lo va a tener más Nicaragua”, dijo Leporowski, considerando que “sería desastroso” para el sector agroexportador y la industria, porque “Cafta ha sido un gran generador de empleo y de inversión”.
“Seguramente el mercado que ya tenía Nicaragua lo tomaría algún otro país centroamericano, sin ningún problema”, advirtió. Por eso, cree que lejos de dejar que se cierre algún mercado, el área centroamericana debería trabajar “en conjunto para abrir más mercados a nuestros productos, porque al final, todos producimos lo mismo”.
Vinelli dice que no sabe cuán afectada se vería el resto de Centroamérica, si Estados Unidos toma la decisión unilateral de excluirnos del tratado de libre comercio, “excepto que Nicaragua tomara represalias, y comenzara a escalarse todo un mecanismo para interrumpir el libre movimiento de comercio”, aprovechando la ubicación del país en el istmo.
Temor porque se vuelva a paralizar el comercio
La Rebelión de Abril de 2018 fue solo una más, la más reciente ocasión en que el libre flujo de comercio se vio restringido en algún país de Centroamérica. Eso ya había pasado en 1969, durante el conflicto militar entre Honduras y El Salvador; luego, durante nuestra guerra contra Somoza, de finales de los años setenta del siglo pasado, y una década después, durante los momentos más álgidos de la otra guerra civil nicaragüense, la de los años 80.
“Todo eso interrumpe el libre comercio”, que es “lo que da fuerza a Centroamérica”, dijo el industrial Vinelli. La interrupción de carreteras en 2018 “también preocupó y también interrumpió al mercado; la reducción de capital humano, y la creación de la economía”, añadió.
Con la economía del país aún sin recuperarse, ahora viene una crisis política, dijo el industrial, recordando que toda Centroamérica, en diferentes épocas, tiene crisis políticas: Honduras en época preelectoral; El Salvador, con la polémica sustitución de la Corte Suprema de Justicia, etcétera.
De todas ellas, la crisis económica que lleva a interrumpir carreteras preocupa más, “porque eso sí arruina el buen crecimiento económico, no solamente de Nicaragua, sino de los países que exportan a través de Nicaragua al resto de Centroamérica, o que importan a través de Nicaragua, porque no solo es el comercio con Nicaragua, sino el comercio que cruza Nicaragua, el que está siendo afectado por todo este problema político”, enfatizó.
“Ese tipo de relación sí me preocupa, porque la interrupción del comercio significa un detrimento en el crecimiento económico de toda el área”, reiteró.
Leporowski, de Fecagro, también se concentra en el efecto económico de la crisis, considerando que afectará en primer lugar al comercio, “Costa Rica tiene mucho comercio con Nicaragua, y seguramente se verá muy afectado, igual que Honduras y El Salvador. Nicaragua es también área de paso de los productos que transitan hacia Costa Rica, desde el triángulo norte”, detalló.
También hizo notar cómo la falta de certeza jurídica afecta al comercio, así como a la inversión centroamericana presente en Nicaragua. “Toda esta inestabilidad y falta de certeza, puede ir mermando la inversión que se haga en Nicaragua”, advirtió.
“Como usted sabe, hay mucha inversión centroamericana ahí. Esperamos que esa inversión se respete, así como el derecho a la propiedad privada, no solo de las inversiones extranjeras, sino de los propios nicaragüenses, y que lejos de que venga un sistema expropiatorio, tengamos más certeza jurídica en la propiedad, y más inversión en Nicaragua”, aseguró.