1 de agosto 2021
La crisis sociopolítica que Nicaragua vive con mayor intensidad a raíz de la Rebelión de Abril de 2018, exacerbada por la nueva embestida del régimen —que ha detenido a más de una treintena de figuras públicas, entre ellos precandidatos presidenciales, líderes políticos y cívicos— afectará el desempeño económico del país en una magnitud aún no calculada, aunque el consenso de economistas consultados es que el producto interno bruto cerrará el año en positivo.
A falta de proyecciones recientes, los economistas solo pueden hacer cálculos basados en lo que han dicho algunas entidades nacionales, públicas o privadas, así como otras internacionales, para pronosticar la marcha de la economía. De ahí que dos expertos que accedieron a hablar con CONFIDENCIAL, a condición de mantenerse en el anonimato, ven al PIB oscilando entre 2.7% y 4.8%.
Un economista que también es empresario, recordó que la Unidad de Inteligencia de The Economist (EIU) proyecta que la economía crecería 4.8%; la Comisión Económica para América Latina (Cepal), 2%; el Banco Central de Nicaragua, (BCN), lo hace oscilar entre 2.5% y 3.5%, mientras la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) proyectaba en marzo pasado, un crecimiento de 3.7%.
Aun cuando valora las cifras de la EIU, este economista parte del 3.7% de Funides, que estaba basado parcialmente en la expectativa de que la inversión crecería 7%, “lo que suena muy optimista a estas alturas”, cuando solo se espera la mitad, así que él disminuye en un punto la proyección optimista, y la deja en 2.7%.
Un ligero frenazo a la banca
Por otra parte, aunque el arresto de empresarios, el ataque a los directivos de Funides, y haber encarcelado al CEO del Banpro, Luis Rivas, detuvo el crecimiento constante de los depósitos en la banca nacional, y lo llevó a un declive de 6.7 millones de dólares (la mayoría, saliendo del mismo Banpro), esta fuente valora que “perder ese monto no implica una corrida” de fondos.
Consultado al respecto, un economista experto en finanzas, dijo que esta disminución fue “atípica”, si se le compara con junio del año pasado, cuando los depósitos crecieron alrededor de 30 millones de dólares.
“Los 12 millones de dólares que salieron del Banpro, representan solo el 0.85% de sus depósitos totales. Casi nada. Y los 6.7 millones que perdió el sistema entero, representan el 0.35% del total de la banca”, así que no prevé que tenga consecuencias, “porque la proporción es bien pequeña, aunque sí mostró una incertidumbre momentánea entre algunos agentes económicos”.
Incertidumbre mayor en 2022
Un economista independiente destaca el informe de movilidad de Google, que muestra que las visitas del público a los mercados, supermercados y centros comerciales, ya es superior a la que se observaba en febrero de 2020.
“No es porque a la gente no le importe la política, o no estén interesados por lo que suceda en Nicaragua, sino simplemente que quieren recuperar sus vidas”, matizó.
Este experto admite que hay menos inversión extranjera, y menos préstamos internacionales, “pero lo que en realidad mueve la economía es el consumo, que es responsable de cerca del 90% del PIB nicaragüense, de modo que lo que muestra la movilidad de la gente, es una recuperación económica”, aclaró.
De forma adicional, señaló que el Gobierno está aumentando el gasto en inversión pública, gracias al respiro que significó la inyección de centenares de millones de dólares recibidos para hacer frente al desastre humanitario causado por Eta y Iota, así como para reforzar la lucha contra la covid-19, lo que también dinamizará la economía.
“La duda es lo que pasará en 2022, porque el Gobierno tiene contratados desembolsos por unos mil millones de dólares para 2021, pero para el siguiente año, será muy difícil que alguien le preste dinero a una administración surgida de un masivo fraude electoral, como el que está en proceso”, indicó, coincidiendo así con la EIU, que proyecta un PIB de 2.4% en 2022.
Razones para ser optimista
CONFIDENCIAL conversó también con dos empresarios que accedieron a compartir sus apreciaciones sobre la economía nacional, pidiendo proteger su identidad.
Estas fuentes explicaron que están viendo “cierto nivel de actividad económica, en particular en el comercio”, y más aún cuando auscultan con sus colegas al frente de algunas de las más grandes empresas del sector, que reportan cifras de venta similares a las de 2017.
De forma adicional, señalan que las remesas estaban creciendo 21.6% a mayo pasado, y que el Gobierno está invirtiendo en proyectos, lo que pone más dinero en circulación, especialmente el que proviene de los recursos externos recibidos para reconstruir los daños causados por los huracanes de noviembre, dinero que entra a la economía y la dinamiza.
“Este puede ser un año con números positivos, pero lo que pase en el proceso electoral puede descarrilarlo si eso lleva a sanciones, aislamiento, o si se los pocos inversionistas que quedan, se asustan más, lo que nos regresaría al terreno negativo en la segunda mitad del año, contrarrestado parcialmente por los desembolsos del Gobierno”, explicaron.
Finalmente, aunque el consenso es que no es deseable que Estados Unidos excluya a Nicaragua del Cafta, (por los efectos devastadores que eso tendría sobre la economía nacional, que se traduciría en un aumento del flujo de migrantes), las fuentes reconocen que ese escenario se traduciría en deterioro de la imagen del país, freno de la inversión nacional y extranjera, menores exportaciones, desempleo, y caída de las recaudaciones.