24 de agosto 2022
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La Comisión Económica para América Latina (Cepal), revisó al alza, su pronóstico de crecimiento de la economía de Nicaragua para 2022: si en enero declaraba que sería de 3.0%, y en junio lo rebajaba hasta el 2.5%, su Estudio Económico de América Latina y el Caribe, 2022, vuelve a colocar al país en una senda que llevaría a que el producto interno bruto (PIB), crezca 3.0%... aunque los indicadores para el empleo y los salarios no crecerán tanto.
Según el presidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), Ovidio Reyes, la economía creció 4.9% en el primer semestre del año, por lo que mantienen el pronóstico lanzado en enero pasado, que ve al PIB creciendo entre 4.0% y 5.0%. Reyes también reconoce que ahora, la economía funciona con menos empleados.
El Informe de la Cepal citado antes, también indica que Centroamérica crecerá 4.2%, mientras para América Latina y el Caribe pronostica un moderado 2,7%. Antes de la agresión rusa a Ucrania, las proyecciones indicaban que el PIB mundial crecería 3.1%, y el de Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, lo haría a razón de 4.0%. Los nuevos cálculos muestran una previsión de 3.1% para la economía planetaria, y de solo 1.7% para EE. UU.
Aunque los expertos de la Comisión Económica no indicaron por qué volvían a elevar la previsión de crecimiento para Nicaragua (su informe abarca a todas las economías del continente, y solo entran a especificar en determinados detalles de cada país), sí explican que el precio de los fertilizantes se elevó más del 450% (al compararlo con su precio en enero de 2006, que es el año base usado para el cálculo), mientras en el mismo período, el precio promedio de alimentos como los que exportamos, apenas ha crecido algo más del 250%.
Uno de los elementos que impulsa a nuestra economía hacia el alza, son los flujos externos recibidos en concepto de remesas familiares. Una comparación hecha entre varios países de la región, muestra que solo Paraguay y Nicaragua mantuvieron montos crecientes de recepción de remesas entre 2020 y 2022.
En el caso de la nación sudamericana, sus porcentajes de aumento son más bien simbólicos, pero entre enero y marzo, Nicaragua muestra un crecimiento constante, que rozaba el 30% según el estudio. Datos del BCN muestran que los 1396.2 millones de dólares recibidos al cierre del primer semestre, eran 35.5% superior al mismo período del año pasado, lo que es consecuencia del aumento en el flujo de migrantes que huyen de la persecución y la pobreza, hacia Estados Unidos y Costa Rica principalmente.
Empleo y salarios siguen estancados
El aumento de 10.3% medido en 2021, más el 3.0% pronosticado para 2022, permitiría que la economía nicaragüense sea parte de la mitad del continente que sí habrá superado los niveles del PIB observados en 2019, antes de la pandemia: algo más del 10% -solo superados por Guyana- aunque en el caso nica, se explica por el bajo desempeño entre 2018 y 2019, como resultado de la represión gubernamental en contra de la ciudadanía que protagonizó la Rebelión de Abril.
La Cepal también hace referencia a un fenómeno que se viene observando desde hace varios trimestres, y es que el crecimiento de la economía no lleva aparejado un aumento similar en el empleo, ni en los salarios reales.
Los datos señalan que al cuarto trimestre de 2021, “la gran mayoría de los países había recuperado el PIB que tenía antes de la crisis”, pero en muchos países esto no se vio acompañado de un retorno a los niveles de ocupación anteriores a la pandemia, donde “la caída del número de ocupados fue más pronunciada que la del PIB”.
En países como Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Jamaica, México, Nicaragua, Perú y República Dominicana, “la curva que refleja la evolución de la ocupación se mantiene casi siempre por debajo de la curva que indica el comportamiento de la actividad económica”, lo que comienza a tener visos de ser ya un comportamiento endémico.
El 10.3% medido el año pasado, permitió que los 14 013 millones de dólares en que cerró el PIB de 2021 superaran los 13 786 del -hasta entonces- año récord de 2017, pero no pasó lo mismo con el empleo: según la Cepal, la tasa de ocupación, que era del 70.8% en 2017, tuvo su punto más bajo (64.4%) al cierre de 2021, y mostró signos de recuperación en el primer trimestre de este año, al marcar 66.1%.
De forma adicional, se explica que al cuarto trimestre de 2021, los salarios reales eran el equivalente al 98.4% de lo observado al finalizar 2019, que ya eran muy bajos. Si en 2018, el salario medio real era 14.1% más alto que el año base (2010), al cierre de 2021 solo superaba en 11.8% al mismo año base. En contraste, la inflación interanual cerró el primer semestre en 10.2%, lo que es casi 2.5 veces más que el 4.1% observado en junio de 2021.
Al definir los desafíos de la política macroeconómica de la región, en un contexto de restricciones domésticas y externas, la Cepal determina que se necesita balancear objetivos macro como dinamizar el crecimiento sostenible, atenuar las presiones inflacionarias, generar empleo de calidad, reducir la pobreza y desigualdad, lo que hace “urgente dinamizar la inversión. Esto demanda mayor coordinación entre la política fiscal, monetaria y cambiaria, y aprovechar el conjunto de herramientas del que disponen las autoridades”.
