4 de febrero 2017
El sector privado aglutinado en el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), tendrá una prueba de fuego en 2017, cuando las cámaras y sectores que lo componen negocien para definir cuál será la propuesta de tarifa de electricidad que presentarán al Gabinete de Energía, presumiblemente en el último trimestre del año.
El presidente del Cosep, José Adán Aguerri, explica que las 25 cámaras que integran ese Consejo tendrán que analizar y discutir una propuesta interna, admitiendo que será “bien complejo” que se pongan de acuerdo porque “cada sector va a defender sus intereses”.
“Nuestro problema es cómo logramos, poco a poco, trabajar en un esfuerzo que nos lleve a definir cuál es la propuesta que vamos a presentar. ¿Cómo le decís al sector productivo que tendrá que pagar más para que el sector comercial pague menos, sin que haya reacción de parte del sector productivo?”, exteriorizó.
El pliego tarifario nicaragüense, que ha sido calificado de “complejo” y “obsoleto”, porque incluye más de 70 tarifas y porque fue creado para responder a las necesidades del país en los años 80, requiere pasar por un proceso de modernización y simplificación.
El problema es que eso puede implicar que quienes han gozado décadas de subsidio tengan que comenzar a pagar una tarifa más acorde con la realidad.
La Cámara de Energía de Nicaragua, que preside César Zamora es la encargada de elaborar la propuesta que tendrá que comenzar a discutir el Cosep, posiblemente a finales de este mes.
En este momento, los dados están cargados en contra de los clientes residenciales que consumen más de 150 kilovatios/hora al mes, además del comercio y el alumbrado público. En el otro extremo de la balanza están los beneficiados clientes dedicados al riego, la industria y el turismo.
Aunque en este momento Zamora no tiene certeza de la propuesta que presentarán a sus pares del Cosep, opina que la situación ideal podría ser una en la que se siga protegiendo a los sectores más necesitados, y luego buscar el equilibrio en la tarifa que se aplicará a todos los demás.
“Esto tiene que cambiar: si antes había 600,000 clientes que demandaban 400 megavatios, ahora estamos hablando de 1.1 millones de clientes, y una demanda máxima de 685 Mw”, explicó.