28 de febrero 2020
Las exportaciones de Nicaragua crecieron 6.2% en 2019, gracias fundamentalmente al comportamiento de tres rubros: carne de res, oro y café, y crecerán 72.3 millones de dólares (2.6%), gracias a la carne y el oro, mientras se espera que disminuyan las ventas de café.
El crecimiento de 2019 se explica por una mejoría en varios rubros –en especial, los tres primeros de la lista- más que en un aumento de las exportaciones en sí, explicó Mario Arana, gerente general de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua, (APEN).
“Los diez rubros principales están apuntando a un crecimiento más vigoroso que el conjunto en su globalidad”, detalló refiriéndose a la carne bovina, oro, café, azúcar, maní, camarón de cultivo, frijoles, langostas, queso morolique y pescado, que generaron ingresos por 2090.6 millones de dólares, equivalentes al 75.3% de los valores exportados.
En efecto, si los montos colocados en los mercados internacionales crecían en ese porcentaje, fue gracias a una mejora de 8.7% en los precios de las exportaciones, cuyo valor creció a pesar de una disminución de 2.4% en la cantidad medida en kilogramos.
Uno solo de esos rubros –el oro- explica el 77% del crecimiento del año, gracias a una afortunada combinación de un aumento de 24.5% en los volúmenes despachados, con una mejora de 7% en el precio, con lo que el incremento de un año a otro fue de 33.1%, bueno para una variación positiva de 124.3 millones de dólares.
Por destinos, Estados Unidos se confirmó como el principal socio comercial del país, al absorber el 45% de las exportaciones, seguido de El Salvador (10%); Costa Rica (5%); Guatemala (4%); Taiwan y Honduras (3% cada una); México, Puerto Rico, Reino Unido y Bélgica, con 2% cada uno, y 22% todos los demás, incluyendo la otrora decisiva Venezuela.
Cuidar el Cafta
Esos números cuentan varias historias. Una de ellas, que el socio sudamericano ya no pesa más. Otra, que Centroamérica en su conjunto sigue siendo el segundo destino de las exportaciones de Nicaragua y, finalmente, que no se puede obviar a Estados Unidos, país que nos compró más de 1250 millones de dólares.
De ahí que la posibilidad de que Estados Unidos ponga en suspenso el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y República Dominicana (Cafta-RD, por sus siglas en inglés), ponga nervioso al sector privado en su conjunto.
Una suspensión de ese tratado comercial sería “fatal”, porque afectaría entre otros al sector textil y al de arneses automovilísticos, que son intensivos en ocupación de mano de obra, explicó Arana, sin dejar de lado que nueve de los diez productos principales son cultivados en tierra firme, o arrancados del mar.
“Estamos trabajando para que no ocurra ese escenario que dejaría a mucha gente en el desempleo. Hay que encontrar una salida negociada a esta crisis”, insistió el economista.
La proyección de crecimiento exportador de 2.6% para 2020 es aún más notable, si se toma en cuenta que se vislumbran caídas del consumo y del gasto público; un crédito que sigue contraído, lo que se conjugará con muchos otros factores para frenar la disminución del producto interno bruto del próximo año, que cerrará con al menos -1.1% de crecimiento.
Al presentar su balance final, Arana señaló cinco elementos positivos, a saber, una inflación controlada; exportaciones y remesas, más depósitos, creciendo [modestamente]; una menor reducción del crédito, y reservas internacionales estables.
Por el otro lado, también recalcó que el consumo y la inversión fija siguen cayendo; que los costos de producción se incrementan, mientras las reformas fiscales afectan las ventas; se mantiene el déficit del sector público, crece la cartera de crédito en riesgo, y aumentan el desempleo y la pobreza.