17 de septiembre 2021
Los constructores de casas están esperando ‘como agua de mayo’, que el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) desembolse 171 millones de dólares comprometidos con el Banco de la Producción (Banpro), para financiar la construcción de varios centenares de viviendas en el país.
Dado el costo —y la duración de los plazos para pagarla— la construcción de viviendas de cualquier tipo (de interés social, de gama media o gama alta), suele ser uno de los instrumentos más precisos para medir el desenvolvimiento de una economía.
Coincidentalmente, los constructores organizados en la Cámara de Urbanizadores (Cadur), han visto cómo, durante tres años, solo han podido colocar unas mil viviendas en promedio, después de entregar casi 7000 viviendas en 2017, y tenían planes para colocar 3000 en este año 2021, aunque hasta este momento, solo han colocado entre 1000 a 1200 unidades.
“No creo que lleguemos a las 3000 pero sí definitivamente que podremos cerrar con unas 2000, lo cual sería el doble de lo que se ha colocado en promedio, entre 2018 y 2020, así que, si logramos colocar 2000, estaríamos duplicando ese promedio, aunque el sector puede colocar muchísimo más”, dijo a CONFIDENCIAL, el presidente de esa Cámara, Félix Baltodano.
“Hay un crecimiento positivo que se ha sentido desde finales del año pasado, en gran medida, por la reactivación de los créditos hipotecarios, que se dio a partir de octubre del año pasado. Eso ha permitido colocar viviendas en casi todos los estratos, principalmente de interés social, que ha sido el principal nivel de colocación”. Las casas de 40 000 a 90 000 dólares, que es donde los bancos colocan más, también se han entregado en cantidades importantes, recalcó.
El BCIE los atrasó
Cuando comenzó este año, las empresas del sector hicieron sus análisis para preparar su proyección anual, y calcularon que podrían construir y entregar unas 3000 viviendas, lo que en términos generales depende de que haya suficientes recursos disponibles, suficiente demanda, y que los bancos consideren que esa demanda sea sujeto de crédito.
“Ya estábamos con la pandemia, pero habíamos cerrado un buen cuarto trimestre el año pasado; tuvimos un buen comienzo de año: la pandemia estaba bastante controlada, o la curva de contagios estaba bajando a nivel mundial, y también en Nicaragua, además que estábamos a la expectativa del desembolso de un segundo préstamo, mediante un fideicomiso del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para viviendas”, explicó Baltodano.
Cien millones de dólares, de los 171 millones ofrecidos por el banco, son para construir unas 7000 viviendas de interés social, así que los socios de Cadur estaban a la expectativa de esos recursos, que esperaban tener disponibles a mitad de año, aunque todavía no se ha hecho el desembolso. Lo único que falta, es que el BCIE haga la transferencia a Banpro, que fue el que calificó para manejar el fideicomiso.
“Ya se realizaron los procesos de licitación y estudios que se hacen en estos casos, ya se firmó el contrato con el banco, y se está a la espera de que apliquen el desembolso, lo que podría ocurrir en octubre”, vaticinó el presidente de la Cámara.
Los 100 millones de dólares del fideicomiso, tendrán sus propias condiciones de crédito -incluyendo tasas de interés- y serán exclusivamente para viviendas de interés social cuyo precio de venta no sobrepase los 30 000 dólares, en complemento con el bono de 3500 dólares que ofrece el Instituto de la Vivienda Urbana y Rural (Invur), para que las familias paguen la prima.
La nefasta marca de la covid- 19
La falta de los recursos del banco regional atrasó el cumplimiento de las metas para este año, porque esperaban poder colocar muchas viviendas de interés social. El retraso en la entrega de los fondos, hará que sea imposible cumplir la meta, porque no habrá tiempo para completar los procesos de aprobación de créditos, construir y entregar las casas, en lo que resta del año.
“La pandemia también ha afectado bastante. De agosto para acá ha sido bien difícil, y eso afecta la decisión de compra de las personas, porque la construcción de una casa puede llevar de tres a cinco meses, o más incluso, dependiendo de la casa que compre”, explicó.
El empresario relató que, si un ciudadano está comprando una casa, o esta está en proceso de construcción, o se está formalizando el préstamo, y se enferma de covid – 19, el banco paraliza el proceso, y espera entre tres a seis meses para reanudarlo, para cumplir los requerimientos de las aseguradoras.
Aunque el sector no cree que logre colocar 3000 casas, aún confían en que, “en el último trimestre del año, con la salida de los fondos del fideicomiso; si desciende la curva de contagios del covid – 19, y los bancos siguen apoyándonos como han venido haciéndolo todo el año, podríamos cerrar arriba de 2000 casas, lo que no sería un mal año”, dijo Baltodano.
La seguridad de prestar para una casa
El líder gremial confía en que los bancos sigan apoyándolos, al considerar la alta liquidez que tienen y por el hecho que, al final de cuentas, un préstamo hipotecario es bastante seguro, por el hecho mismo de estar respaldado por una vivienda.
“El apetito por colocar se debe en gran medida, a que los bancos tienen más del 60% de liquidez, lo cual es altísimo para cualquier banca comercial de cualquier país. También, porque el crédito hipotecario ha sido uno de los menos afectados por la crisis de 2018, y aunque subieron los niveles de mora, no fueron mayores que el resto de la región. Incluso, estuvieron a niveles similares, a pesar que el resto de países no ha tenido crisis como la nuestra. Los bancos saben que el último crédito que la gente deja de pagar, es el de la casa”, recordó.
De ahí también que las tasas de interés, que estaban en 12% en promedio, y las primas (30% en promedio), haya bancos que bajaron las primas al 10%, (aunque algunos las tienen en 15% y otros en 20%), y tasas de interés del 8.5%, además de haber pasado de cuatro, a seis, (o sea, todos) el número de bancos que ofrece créditos hipotecarios, con plazos de hasta 25 años.
“La tasa de 8.5% es fija por cinco años en la mayoría de los bancos, y es una tasa extraordinariamente baja, tanto en niveles históricos del país: en 2016 y 2017, las tasas andaban en promedio en el 9%, y eran variables”, recordó el desarrollador.