17 de noviembre 2023
La Asamblea de Gobernadores del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), eligió en Tegucigalpa a la costarricense Ana Gisela Sánchez Maroto como nueva presidenta ejecutiva de esa entidad regional, por un período que comienza el próximo 1 de diciembre, y termina el 30 de noviembre de 2028.
Sánchez Maroto fue elegida por una mayoría de la que solo se desprendieron Guatemala y Taiwán, que votaron por el actual vicepresidente del Banco, el guatemalteco Jaime Díaz, mientras que Honduras y Cuba se abstuvieron. El otro costarricense, Bernardo Alfaro, no obtuvo ni un solo voto.
Una fuente del BCIE dijo a CONFIDENCIAL que Honduras pidió impugnar la exclusión de Hugo Noé Pino, pero que no tuvo ni siquiera el apoyo de Nicaragua, lo que explicaría que el gobernador hondureño se hubiera abstenido de emitir voto a favor de cualquiera de los tres candidatos, con lo que se habría roto, al menos de momento, la triple alianza conformada por Honduras, Nicaragua y El Salvador, que llegó a tener mucha influencia durante la era Mossi.
La candidata de Costa Rica obtuvo el apoyo de Nicaragua que se distanció de Honduras en la elección regional, a cambio de lo cual Daniel Ortega espera ahora el apoyo de Costa Rica y El Salvador para su nuevo candidato a la secretaría general del SICA, Valdrack Jaentschke.
Gisela Sánchez es ingeniera industrial y cuenta con una maestría en Administración de Empresas, es especialista en Estrategia, Finanzas y Mercadeo de la Universidad de Northwestern, Kellog School of Management, y ha estado en distintos puestos de liderazgo tales como BAC CREDOMATIC, FIFCO, Global Endevours, AVINA, CITIBANK.
La funcionaria postulada por el Gobierno del presidente Chaves de Costa Rica no tiene experiencia al frente de entidades financieras de desarrollo, pero fue electa bajo la promesa de que los próximos cinco años servirán para solidificar al Banco, y dejar la ‘era Mossi’ lo más atrás posible.
Gisela Sánchez, primera mujer que presidirá el BCIE
Gisela Sánchez será la primera mujer que preside el Banco, que acumula a cinco hondureños, cuatro guatemaltecos, tres nicaragüenses (Enrique Delgado, entre mayo de 1961 y octubre de 1965, y Gustavo Guerrero, entre octubre de 1965 y mayo de 1968 siendo, de hecho, los primeros dos presidentes del Banco. El tercero fue el costeño Harry Brautigam, entre septiembre de 2003 y mayo de 2008, quien falleció en un accidente de aviación), además de dos ticos, y un salvadoreño.
El proceso de elección comenzó el 26 de junio de 2023, luego que la LXIII Asamblea de Gobernadores reunida en mayo previo, en Punta Cana, República Dominicana, decidiera no renovar el contrato al todavía presidente ejecutivo, el hondureño Dante Mossi, para que siguiera al frente del Banco por otros cinco años más.
La razón para ese rechazo se explica en parte, en todo el ruido que generaba su estilo de liderazgo marcado por generosos desembolsos para los autócratas de la región, así como por el aumento en los costos de administración de esa entidad financiera.
Un antiguo ejecutivo del Banco pidió destacar cómo todos los directores que se beneficiaron de la administración licenciosa de Mossi, se confabularon para dejarlo atrás. “Primero lo echaron todos juntos, y ya lo olvidaron totalmente, todos juntos, a pesar de todas sus pataletas, intentos, amenazas, mentiras, etc.”.
Dos de los tres candidatos finales recibieron once de los doce votos (votaron trece países: Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, México, Panamá, Dominicana, España, Taiwán y Corea, más Argentina y Colombia, que suman un solo voto). Esos candidatos fueron la tica Ana Gisela Sánchez y el guatemalteco Jaime Díaz, actual vicepresidente del Banco, cuyo período concluye en 2025.
Los que quedaron en el camino
El costarricense Alfaro, por su parte, entró como tercer lugar de esa competencia, luego que siete de los once directores (Guatemala, Honduras, Costa Rica, Taiwán, Panamá, Dominicana y Corea), votaran por él, pero su candidatura se fue diluyendo ante el escándalo por la pérdida de más de 6.2 millones de dólares en el Banco Nacional, del cual él es gerente, delito por el que se investiga a varios subordinados suyos.
La primera parte del proceso fue ejecutada por la firma Heidrick & Struggles, sede Nueva York, que recibió los expedientes de unos 250 postulantes, dándose a la tarea de comprobar la veracidad de toda la información que proporcionaron en sus hojas de vida, especialmente historial crediticio, referencias profesionales, comportamiento en redes sociales y desempeño laboral, entre otros criterios.
También practicaron pruebas e investigaciones para asegurar que los postulantes tenían las aptitudes y capacidades requeridas para desempeñar el cargo. El resultado fue una lista corta de seis candidatos (dos ticos, un guatemalteco, dos salvadoreños y un hondureño) a quienes se consideró como los más calificados, con la certeza que cualquiera que resultara elegido cumpliría con el perfil del cargo.
Al final quedaron solo tres candidatos, luego que los salvadoreños Celina Padilla y Gerardo Segovia fueran eliminados sin apenas apoyo (ni siquiera el de su país) durante la elección que hizo el Directorio para reducir a tres la lista que les había presentado Heidrick & Struggles.
La candidata Padilla no obtuvo ni un solo voto, mientras que Segovia (que llegó de rebote a la lista, porque el nominado era el también salvadoreño Enrique Alberto Cañas Jiménez, que anunció su retiro del proceso por el fallecimiento de su padre. Cañas fue sustituido por el hondureño Edwin Araque Bonilla, quien también declinó), solo obtuvo el voto hondureño.
El otro candidato que quedó fuera fue el hondureño Hugo Noe Pino, cuyo currículo ha merecido muchos elogios de las fuentes con las que ha conversado CONFIDENCIAL a lo largo de este proceso, pero se quedó fuera gracias, en parte, a que el voto hondureño (cada país podía elegir a tres candidatos) a favor del tico Bernardo Alfaro, permitió que este alcanzara la tercera posición de entre los seis candidatos propuestos por la firma neoyorquina.