10 de abril 2019
Sin un acuerdo político, lo más probable es que se cumplan los vaticinios más funestos elaborados por los expertos, en los que la economía nicaragüense duplica o casi triplica sus malos resultados de 2019, crisis que se verá agravada por los efectos negativos de la reforma tributaria.
El Banco Central de Nicaragua (BCN), tuvo que publicar las estadísticas de 2018, la semana anterior, en las que reconocen que el producto interno bruto (PIB), decreció en -3.8%, aunque para José Adán Aguerri, presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), ese número “no refleja la foto completa”.
Lo dice considerando que el estimado de crecimiento para 2018 era de 4.5%, lo que implica que la caída entre lo esperado y lo real es de más de ocho puntos del PIB.
Al poner la situación en contexto, el presidente del Cosep recuerda que en 2018, el mercado interno se vio afectado fuertemente, mientras que el externo no lo fue tanto. “Cuando decimos que sin acuerdo político, el crecimiento esperado para 2019 es de entre -7% y -11%, es porque el mercado externo, que se había librado de las afectaciones, también será afectado”, dijo al ser entrevistado en el programa Esta Semana, que se transmite en línea.
Otras fuerzas que mantienen a la economía nacional en la espiral descendente en que se encuentra a partir de la represión brutal del régimen de Daniel Ortega en contra de las manifestaciones populares, son irónicamente, las decisiones de la Administración para tratar de paliar el problema.
“La reacción del Gobierno ante la caída de las finanzas públicas, ha empeorado lo que ya era una situación que estaba deteriorada producto de la crisis”, advierte el líder gremial, en referencia a la reforma a la Ley de Concertación Tributaria, y la Ley de reforma a la seguridad social.
Esas reformas “han provocado una caída de la demanda, de la liquidez, de las utilidades, y el cierre de 2922 empresas en 2018, según datos del INSS. También, que aumenten los costos de producción, los precios, y la pérdida de 158 000 empleos, otra vez, según datos del INSS”, enumeró.
“Las reformas están produciendo una inyección de recursos que darán un cierto respiro al Gobierno, pero no se podrán sostener en el tiempo”, vaticinó.
En cuanto al ciclo agrícola, del que depende buena parte del resto de actividades económicas del país, así como la seguridad alimentaria, Aguerri reveló que el costo de producción por manzana de rubros tan importantes como café, arroz y maní, aumentó entre 22% y 28%.
Dos tranques fuertes
Si bien la fuerza represiva del régimen logró desmontar a balazos los tranques que montó la población precisamente para defenderse de los ataques de policías y los otros delincuentes que los acompañaban, Aguerri considera que hay dos tranques a los que la fuerza coercitiva del Gobierno no puede desmontar.
Estos son “el de la presión internacional que implicará sanciones económicas si no se logra un acuerdo político, y la caída del PIB, que tiene al país en una crisis de confianza. Si no logramos acuerdos, habrá sanciones. Hay algunas que ya afectan la economía nicaragüense, y otras que están a la espera del resultado de esta negociación”, recordó.
“A esos dos tranques que el Gobierno no puede detener, se suma el sentimiento popular, y esta crisis de confianza solo cambiará si hay un acuerdo con adelanto de elecciones, una Comisión de la Verdad, etc.”. De lo contrario, lo que sigue es que se cumpla cualquiera de los tres escenarios de Funides: desde el -3.8 hasta -11.0%.
“Sin acuerdo, yo no creo que el Gobierno tenga capacidad de llegar [largo], en las condiciones en que está en este momento la situación económica privada, y la del mismo Gobierno”, sentenció Aguerri.
En referencia a las negociaciones mismas, el presidente del Cosep defendió que se lograron dos acuerdos, de los que uno está en proceso, mientras tratan de implementar el otro. Aparte, “quedan dos temas en los que no se logró avanzar”, pero “es vital… dar respuesta a las demandas de la población, no solo en los temas ya alcanzados, sino en los de justicia y democracia”.
Aguerri piensa que, “si hay voluntad”, antes del final de los 90 días habrá más excarcelaciones y liberaciones plenas, en adición a las 200 personas que ya han sido excarceladas.
Finalmente, recordó que así como se firmaron acuerdos entre las dos partes, en cuanto a fortalecimiento de derechos y liberación de presos, igual tiene que ocurrir en el tema electoral, donde “no es suficiente que exista un memorando de entendimiento solo entre el Gobierno de Nicaragua y la OEA”. La Alianza tiene que ser parte de ese acuerdo, demandó.