14 de mayo 2024
El director del Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA), Ricardo Somarriba, culpó a las autoridades de Costa Rica y Panamá por el avance de la plaga del gusano barrenador del ganado hasta los departamentos del sur de Nicaragua, donde el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha instalado la línea de contención de la plaga.
Durante una entrevista, que Somarriba brindó a un medio oficialista, comentó que las autoridades nicaragüenses hicieron lo posible para evitar que la plaga ingresara al territorio nacional. “El problema fue el descuido tanto de las autoridades de Panamá como de Costa Rica”, apuntó.
Según el funcionario, en Nicaragua existen 55 casos confirmados de gusano barrenador, 41 de ellos en bovinos, 8 porcinos, 4 equinos y 2 caninos. Todos estos casos fueron detectados en fincas de Rivas, Río San Juan y la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur (RACCS), departamentos fronterizos con Costa Rica, por donde ingresó la plaga a Nicaragua.
El gusano barrenador es una enfermedad causada por las larvas de la mosca cochliomyia hominivorax (coquerel) que deposita sus huevos en cualquier herida abierta de un animal de sangre caliente, incluyendo a las personas, horas después de que se han depositado, nacen los gusanos que se alimentan del tejido vivo.
110 millones de dólares para frenar la plaga
De acuerdo con el director del Ipsa, el Gobierno de Estados Unidos destinó 110 millones de dólares para contener la plaga del gusano barrenador en Centroamérica, por lo que semanas atrás se reunió con funcionarios estadounidenses a quienes les habría solicitado apoyo.
“Ellos (Estados Unidos) designaron para la región 110 millones de dólares, pero, por cuestión de su política, a Nicaragua no le entregan el fondo como lo hace cualquier otro programa. Eso lo maneja OIRSA (Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria). Cómo somos miembros de OIRSA nosotros entramos por ahí, pero tuvimos que escribir un proyecto”, explicó Somarriba.
Agregó que la reunión se realizó en la Cancillería nicaragüense, donde los funcionarios estadounidenses le habrían expresado que “Nicaragua es el tapón para poder parar este problema de la mosca”. Como resultado de ese encuentro, EE. UU. desplegó seis avionetas para esparcir moscas estériles a 200 millas náuticas desde la frontera sur de Nicaragua.
Medidas adoptadas por Nicaragua
Desde que se confirmó el brote de gusano barrenador en Nicaragua a principios de abril, el IPSA se vio obligado a decretar Alerta Sanitaria Animal a nivel nacional, a través de la resolución ejecutiva 30-2024, y establecer una cuarentena de veinte kilómetros alrededor de cada una de las fincas afectadas.
El pasado 7 de abril, el IPSA confirmó 13 casos de gusano barrenador en reses, caballos, cerdos y perros. Desde entonces mantuvieron silencio sobre el tema y —por más de un mes— no brindaron ningún reporte sobre el avance de la plaga en el país.
Somarriba indicó que 122 técnicos del IPSA están visitando las fincas cercanas a los lugares donde se dieron los brotes. Hasta el diez de mayo habían visitado 4868 fincas e inspeccionaron a 360 818 animales de todas las especies. Encontraron 32 585 animales heridos, los cuales fueron curados para evitar que la mosca que transmite el gusano los infecte.
Además, fueron instalados puestos de control de movimiento del ganado en diferentes partes del país. “Esto se hace con el objetivo de evitar que salga un animal que traiga larvas de gusano barrenador hacia la zona que está libre de la plaga”, precisó director de salud animal del IPSA, Wilmer Juárez.
En 1999, Nicaragua fue declarada libre del gusano barrenador, pero desde mediados de 2023, Panamá y Costa Rica reportaron la presencia del gusano.