El regalo de Zuckerberg, ¿un caramelo envenenado?

I. Batalla por posicionarse del primer lugar continúa

Difícilmente podemos creer que los dueños de los emporios tecnológicos estén dispuestos a regalar los frutos de sus invenciones. La historia prueba lo contrario. Todas las redes sociales desde Apple, X, Google y Amazon usufructúan millones de información puestas a diario su disposición. Las venden y utilizan sacándoles el máximo provecho. Nada ha sido gratis. A través de estos dispositivos se han vuelto milmillonarios. Sus valedores hace rato quedaron al desnudo. Son lobos vestidos con piel de ovejas. Amagan otra vez en sus deseos de engatusarnos. La inteligencia artificial (IA) ha sido convertida en el nuevo caballito de batalla. El inefable Marck Zuckerberg no se detiene. Vuelve a la carga.

El jueves 18 de abril Meta anunció con bombos y platillos que pondrá a disposición de los usuarios de Whatsaap, Facebook, Instagram y Messenger un asistente de IA para consultar dudas, formular preguntas y solicitar videos. Meta se comprometió a crear una app y una página independiente para realizar consultas de manera gratuita. Una decisión similar a la adoptada por ChapGPT o Gemini de Google. El jueves 18 de mayo fue escogido para realizar grandes anuncios. Presentó en sociedad Llama 3, nueva versión que utilizará para impulsar todos sus asistentes. Su pretensión está encaminada a popularizar al máximo el acceso a la IA. Un giro para acrecentar sus intereses.

Sus especialistas están convencidos que un movimiento de esta naturaleza tendría un impacto inmediato en todas sus apps. Sin duda las más utilizadas de todo el planeta. Tres mil millones de personas están adscritas como usuarias. Desean plantar cara a ChapGPT de OpenAI. La IA impulsada por Bill Gates hasta el momento no tiene un competidor que le haga cosquillas. Para convencer a los usuarios de las ventajas que ofrece el nuevo producto, el asistente de MetaIA aceptará preguntas, recibirá consultas, creará ilustraciones con capacidad para animarlas en tiempo real. Su funcionamiento será similar a las ya existentes. Su novedad: la creación de imágenes de forma inmediata.

No vayamos a pensar que ocuparemos los primeros lugares como recipiendarios del uso de MetaIA. En primera fila están los países de habla inglesa, (14 países previamente seleccionados). El País indagó sobre quienes serán los primeros favorecidos. La respuesta de Meta fue contundente. “La compañía dice no tener ‘nada que compartir’ sobre la llegada de estas novedades en español o a países de habla hispana”. Tampoco incluyeron a ningún país europeo. ¿Por qué será? ¿Una forma de pasar factura a las posiciones adoptadas por la Unión Europea de no consentir abusos ni las desviaciones de las tecnológicas como acostumbran hacerlo en otros países? Es bastante probable.

Para evitar futuros reclamos y curarse en salud, advirtieron que hay que estar preparados para lo peor. Los resultados en lenguas distintas al inglés serán desastrosos. Para comprender que Meta está lanzando una bola ensalivada, basta tomar en cuenta la afirmación de Jordi Pérez Colomé. “En septiembre, Meta lanzó en EE UU 28 chabots con IA con perfiles de Kendall Jenner, Paris Hilton o el rapero Snoop Dogg. No han sido un éxito. Snoop Dogg tiene apenas 14.000 suscriptores y su cuenta de Instagram tiene 86 millones”. Su objetivo primordial es que el “nuevo desembarco de la IA puede suponer nuevos atractivos para los usuarios”. En esto radica la esencia de su medida.

Otra novedad que trae consigo el asistente virtual, “es que tiene la capacidad de insertarse en conversaciones de grupos”, para animarlos a participar por su cuenta. De lo contrario una “página de ayuda de Facebook dice que Meta AI se unirá a la conversación de un grupo tanto si es invitado como si alguien ‘hace una pregunta en una publicación y nadie responde en una hora’. Esto hace evidente que, más allá del uso que los usuarios darán al bot, un objetivo claro es promover la atención y aumentar las interacciones de los usuarios con cada app”. Una intromisión calculada. La advertencia es clara. Si ustedes no son capaces en ponerse de acuerdo en responder, nosotros lo haremos por nuestra cuenta.

II. La AI nuevo escenario en disputa entre las tecnológicas

MetaIA busca como incidir en el ánimo de los usuarios mediante una intervención aparentemente anodina. La respuesta que ofrezca a preguntas sin responder, se convertirá en estímulo o en una invitación para continuar recurriendo a su IA. Su más evidente deseo. Todo lo que motive a generar seguidores, ¡bienvenido sea! Todos los recursos son válidos. Zuckerberg debe sentirse molesto ante los magros resultados obtenidos. En la puja de las tecnológicas por situarse a la cabeza, no habrá ensayo que no realicen para posicionarse mejor. Pudimos cerciorarnos que a través del uso de la IA, Meta, Microsoft, Amazon, Apple y Alphabet, obtuvieron fabulosas ganancias durante el año 2023.

No se trata de una decisión bondadosa. Jamás lo han sido. Ante los pobres resultados logrados pretenden apoyarse en sus apps en busca de revertirlos. En una desbocada carrera para acortar distancias con su principal antagonista, lanzan un nuevo señuelo con el cual intentan embobarnos. Debemos estar persuadidos. El nuevo escenario de lucha entre las grandes corporaciones digitales está anclado en la IA. Ninguno de los tagarotes quiere quedarse rezagado en la justa decisiva por hacerse del control de la IA. Nadie puede ceder un palmo. Aspiran enganchar en sus redes a personas ansiosas por contar gratuitamente con la IA, la herramienta más eficaz disponible en el presente.

La gratuidad permite a los conglomerados tecnológicos posicionarse favorablemente en un campo en disputa. Los poderes públicos lucen justamente alarmados. Los resultados de las consultas realizadas a expertos e instituciones de renombre aconsejan frenar a la IA generativa. Algo en lo que disienten sus proponentes e inversores. Después de haber sostenido la necesidad de ralentizar el avance de la IA, ante la carrera desaforada por conseguir mayores avances, nadie quiere quedarse atrás. Con premura hicieron a un lado los reparos que tenían sobre los peligros que yacen con el desarrollo de la IA. Es sintomático que de la noche a la mañana echaran por la borda sus prevenciones.

Los gobiernos primermundistas, con excepción de la Unión Europea, vienen a remolque. Su comportamiento continúa siendo zigzagueante. En Estados Unidos las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre tienen a la Cámara de Representante y del Senado en completa inercia. La disputa por quién ocupará la primera magistratura hace que demócratas y republicanos concentren la mirada en la contienda electoral. La gratuidad de las corporaciones digitales en uso de la IA encierra gran peligro. Sus seguidores se sienten encantados con la IA y estoy convencido que mañana, cuando se les trate de meter en cintura, se convertirán en sus mejores aliados para que esto no suceda.

La IA está redefiniendo por completo el panorama laboral, los reclamos provenientes de diversos estamentos han disminuido sensiblemente. La derrama en dólares que hacen las tecnológicas en muchísimos medios y las inversiones de los lobistas con los políticos adormecen sus resortes morales. Necesitan de su complicidad para evitar contradicciones que tornen engorroso su caminar por el mundo. Desde las graderías llegan las voces de los expertos pidiendo calma. Nada trascendental va ocurrir. Alguien recordó que una máquina venció a Kaspárov en 1997 y que esto no fue óbice para dejar de jugar ajedrez. ¿Algún tonto equiparará esta observación con lo que ocurre en la actualidad?

La misma persona que estableció la comparación del juego de ajedrez —Javier Sampedro— nos trae la buena nueva. “ChapGPT y los demás sistemas de este tipo no van a crecer exponencialmente. Estos modelos están mejorando hasta ahora a base de engullir textos de internet (más textos, mejores resultados), pero ya se lo han tragado casi todo”. Con toda la alegría del mundo exclama. “Se aproxima un estancamiento”. Por ahora podemos irnos a dormir sin ninguna preocupación. Debemos estar claros. Todo se ha tratado de un simple juego. La IA no infligirá mayores daños. ¡Alegrémonos! ¡Los adelantados de las tecnológicas solo rasguños han causado! ¡Qué tal?