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Cien años del Primero de Mayo en Nicaragua

Ahora se ha perdido la autonomía sindical para conmemorar el histórico acontecimiento de mayo en libertad

Onofre Guevara López

30 de abril 2024

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Este Primero de Mayo de 2024 se cumple el primer centenario de la primera conmemoración de esta fecha en Nicaragua. Ocurrió en la ciudad de León (1924), por iniciativa de la Federación Obrera Nicaragüense, dirigida por los obreros artesanos Tranquilino Sáenz y Eleázar Ayestas, asesorados por el poeta Salomón de la Selva. Otro centenario obrero hubo dos años antes: en 1922, se organizó el primer sindicato en nuestro país: el de zapateros de Managua.

Estos hechos y muchos otros más, se han perdido porque también se ha perdido la autonomía de los sindicatos en Nicaragua. Su falta de independencia ha significado, además de la desmovilización por las reivindicaciones laborales, el desclasamiento del sindicalismo. Es como haber pasado de tener vida propia, a instrumento político partidario para defender intereses ajenos, y, de hecho, también intereses contrarios. De modo que, este Primero de Mayo, podría considerarse un centenario luctuoso.

Partiendo de la enajenación del sindicalismo, toda su actividad se ha desvirtuado, tanto en lo nacional como en lo internacional. Este es el caso de la conmemoración del Primero de Mayo, instituido como Día Internacional de los Trabajadores por la Segunda Internacional Socialista en su congreso de París de 1889, en honor a los obreros mártires de Chicago en 1886.

También fue un castigo del Estado patronal de aquellos años. Estado represivo, nada diferente a casi todos los Estados del mundo actual. Por eso es necesario recordar que los cambios sociales operados dentro del sistema capitalista siempre han resultado de las luchas organizadas de los trabajadores, y no por la generosidad de las clases dominantes.


Ahora se ha perdido la autonomía sindical para conmemorar el histórico acontecimiento de mayo en libertad. Pero no es la primera vez que en Nicaragua se conspira contra esta fecha conmemorativa. En 1935, cuando el sindicalismo estaba recién estructurado como movimiento, el Obrerismo Organizado —creado en 1918 bajo los principios liberales del profesor Sofonías Salvatierra— intentó eliminar el Primero de Mayo como Día de los Trabajadores, y sustituirlo por el 15 de septiembre con “Fiesta de la Flor del Trabajo”.

Fue una obvia intención de sustituir no solo la fecha, sino el espíritu de clase por una alegoría romántica, apenas referida al trabajo. En torno a esto, hubo polémica entre los del obrerismo de Salvatierra y los dirigentes del nuevo movimiento sindical, y fueron estos quienes salvaron la continuidad del Primero de Mayo como Día Internacional de los Trabajadores.

II

En estos años del siglo XXI no es la primera vez que intereses políticos dominantes han pretendido establecer para siempre su control sobre los sindicatos. Lo intentó Anastasio Somoza García en los primeros años 40 del siglo pasado. Aprovechando la histórica aspiración obrera de contar con una Ley Laboral que protegiera sus intereses, Somoza promulgó el Código del Trabajo (1945) como una generosidad suya, y por ello pretendió erigirse en su conductor. Hay que señalar al respecto, que ambos dictadores —Somoza y (Daniel) Ortega— han atentado contra la autonomía sindical, aunque Somoza solo pudo hacerlo de modo parcial, pero con igual mala intención: manipular a los sindicatos para servirse de ellos como correas de transmisión que muevan sus maquinarias políticas, principalmente para sus reelecciones.

Además de esas manipulaciones políticas, los hechos históricos que dieron origen al Primero de Mayo, han venido siendo tergiversados, y vamos intentar aclararlos:

a) En 1880, la Primera Internacional señaló a sus filiales de los países desarrollados, que el primero de mayo de 1886 debía iniciarse la jornada de lucha por conquistar las ocho horas de trabajo (se debe tener en cuenta que las comunicaciones de entonces no eran tan rápidas como ahora);

b) Las luchas por esta conquista lograron que, en Illinois, Estados Unidos, se decretara oficialmente la jornada laboral de ocho horas, a partir del primero de mayo de 1886, pero ninguna empresa lo cumplió;

c) Los sucesos de Chicago, no ocurrieron el primero de mayo, sino el 3 y 4 de mayo cuando miles de obreros, con varios días en huelga, convocaron un mitin a 500 metros de la fábrica “McCormick”, porque había despedido a 400 trabajadores. Llegó la Policía, y asesinó a seis obreros.

d) El 4 se mayo, convocaron a otro mitin en la Plaza Haymarket. Allí, un provocador hizo estallar una bomba que mató a seis policías, y esta, en represalia, mató he hirió a obreros asistentes; no hubo ningún policía procesado, pese a que el gobernador de Illinois atestiguó lo pacífico del mitin, porque él estuvo presente y recién se había retirado cuando ocurrió la masacre;

e) El primero de mayo de 1886 no fue la fecha en que ocurrieron las muertes de los ocho mártires; primero fueron apresados, después juzgados y por último condenados: siete a la horca y uno a quince años de prisión.

f) El 11 de agosto, en su acusación contra los ocho dirigentes obreros, el fiscal acabó alegando con unas palabras cliché de todos los defensores del sistema de cualquier época: “Señores del jurado: declarad culpables a estos hombres, haced escarmiento con ellos, ahorcadles y salvaréis a nuestras instituciones, a nuestra sociedad”.

g) El 28 de agosto, se dio la sentencia: a la horca: Hessois Auguste Spies, alemán, tipógrafo, escritor e impresor; Samuel Fielden, inglés, obrero textil; Louis Lingg, mecánico y carpintero; Alberto R. Parsons, estadounidense, tipógrafo; Michael Schwab, alemán, encuadernador; George Engel, alemán tipógrafo impresor; Adolfo Fischer, alemán, tipógrafo impresor; y Oscar Neeb, estadounidense hijo de alemanes, condenado a quince años de prisión. A tres les cambiaron las penas y uno se suicidó en la cárcel. El 11 de noviembre de 1887, los cuatro que marcharon a la horca —Fischer, Engel, Spies y Parsons— lo hicieron cantando la Marsellesa.

III

El hecho de que la mayoría de los mártires fueran extranjeros, le dio al proceso de su juzgamiento cierto carácter xenófobo, porque habían migrado hacia Estados Unidos procedentes de Europa, en cuyos países había un gran crisis social, económica y política a mediados del siglo XIX. Reinaban jornadas de trabajo de 16 horas. Para los niños de ocho a doce años la jornada era “solo” de ocho horas, de doce horas para los de trece años en adelante y para las mujeres. En Francia, ocurrió en 1871, como parte de esta lucha, la Comuna de París, o sea, la toma del poder por los obreros solo durante 72 horas.

En los primeros años del siglo XIX, cuando se inició la revolución industrial en Inglaterra y Francia, principalmente, las jornadas de trabajo alcanzaban hasta las 18-20 horas, de tal manera que había obreros que hacían su “hogar” en torno de las fábricas cuando vivían muy distantes o porque no tenían ningún hogar. Las fábricas, aparte de que los medios de producción comenzaban a tecnificarse, más lo largo de la jornada, tenían condiciones de trabajo terribles: aire contaminado por el proceso de las materias primas, falta de ventanas y escasa iluminación, más el calor de las maquinarias.

Las luchas obreras por rebajar el tiempo laboral, se inició a la par del desarrollo de la técnica industrial, pero también crecía la represión del Estado con sus policías, con un pretexto (ya de bastante edad, ahora) como el del fiscal de Chicago en 1886. Los patronos y su Estado tenían y aún tienen la necesidad de reprimir para proteger el orden y la tranquilidad de la sociedad contra la subversión de “sus valores cristianos occidentales”.

Con ligeras variantes, la dictadura actual de Nicaragua, enaltece con otras bellas palabras la defensa “del orden, paz y la tranquilidad”, para lo cual dispone de una extraordinaria serie de medidas represivas, únicas en el mundo cristiano, y de cuántas naciones practican otras religiones sobre la Tierra. 

Al margen de estas cuartillas

*Como es sabido, en el norte, sur, este y oeste del mundo los valores cristianos o musulmanes, siempre, siempre, son valores sagrados…

*Sobre todo, porque esos sagrados valores, siempre conviene confundirlos con los valores materiales acumulados en pocas manos…

*Por haber caracterizado el nacimiento del sistema capitalista como “correando sangre”, el alemán Carlos Marx, ha sido sacramentalmente maldecido por más de dos siglos…

*Y seguirá siendo maldecido, mientras la “civilización occidental y cristiana” perdure por lo siglos de los siglos, Amén…

*Maldición bien merecida, porque la lucha por las ocho horas fue un objetivo a perseguir por los obreros del mundo, a iniciativa de la Primera Internacional, organizada por Marx y Engels, en 1860…

*En 1919 —con más de 100 años de retraso, respecto a la fecha inicial de la demanda obrera—, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) solo “recomendó” a los Estados establecer la jornada de ocho horas…

*En la Nicaragua de estos dorados tiempos, ha habido conmemoraciones de los primeros de mayo en abril, por decisión oficial del primer obrero del país, que nunca trabajó… ¡pero es quien controla los sindicatos!

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Onofre Guevara López

Onofre Guevara López

Fue líder sindical y periodista de oficio. Exmiembro del Partido Socialista Nicaragüense, y exdiputado ante la Asamblea Nacional. Escribió en los diarios Barricada y El Nuevo Diario. Autor de la columna de crítica satírica “Don Procopio y Doña Procopia”.

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