27 de abril 2024
La firma de una declaración conjunta entre Rusia y Nicaragua para contrarrestar los efectos de las sanciones impuestas por Estados Unidos, realizada el pasado 22 de abril, ha expuesto cómo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha “adoptado y adaptado” las tácticas rusas de evasión de sanciones. Al mismo tiempo que expresa el malestar que existe en el interior de ambos regímenes y envía un mensaje político a sus bases.
El político opositor, Félix Maradiaga, advierte que el dictador ruso, Vladímir Putin, ha encontrado maneras de mitigar el impacto de la ola de sanciones en su contra, utilizando estrategias que desafían la eficacia de las medidas punitivas impuestas por Occidente y estos "aprendizajes" están siendo transmitidos a otros socios autócratas.
“Nicaragua, bajo el régimen de Daniel Ortega, y Corea del Norte, con la dinastía Kim, son ejemplos palpables de cómo las tácticas rusas de evasión de sanciones están siendo adaptadas y adoptadas”, subrayó Maradiaga, quien fue desterrado en febrero de 2023 luego de haber sido preso político del régimen nicaragüense.
También señala que este intercambio de "aprendizajes autoritarios” no sólo permite a estos regímenes resistir la presión internacional, sino que también “les ayuda a consolidar aún más su poder represivo”.
Para el economista y político opositor, Juan Sebastián Chamorro, la declaración suscrita entre Rusia y Nicaragua es una expresión del malestar que existe a lo interno de ambos regímenes por las sanciones impuestas por la comunidad internacional.
"En el caso de Nicaragua han sido sanciones individuales y en ese sentido se juntan con Rusia para hacer coro", comenta Chamorro.
El economista, que también fue preso político en Nicaragua y desterrado en febrero de 2023, valora que "indudablemente" a los dirigentes políticos de Rusia y Nicaragua las sanciones "les duelen" y esta declaración es una forma de expresarle a sus bases que ellos que no están solos.
Esta declaración particularmente es "un mensaje político" para las bases de ambos regímenes, subraya Chamorro. Un mensaje de "ánimo" y de que ellos "se apoyan entre ellos", pero, advierte, los individuos sancionados "ya están en lo que están".
Rechazan "prácticas neocoloniales"
El pasado 22 de abril, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el enviado especial del Gobierno de Nicaragua para las relaciones con Rusia, Laureano Ortega Murillo, firmaron la “declaración de Rusia y Nicaragua sobre las vías y medios de contrarrestar, suavizar y compensar las consecuencias negativas de las medidas coercitivas unilaterales”, indicó la diplomacia rusa.
En esa declaración, las partes confirmaron “el invariable apego mutuo al rechazo de las prácticas neocoloniales de occidente y su injerencia en los asuntos internos de los Estados independientes”.
Señalan “que no deben reconocer ni aplicar medidas coercitivas unilaterales, incluidas las de carácter extraterritorial, aplicadas por un tercer Estado, grupo o asociación de Estados ni violaciones de la Carta de las Naciones Unidas ni del derecho internacional”.
Agregan que “el recurso de cualquier Estado a medidas coercitivas unilaterales es ilícito, contrario a la Carta de las Naciones Unidas y al derecho internacional y entrañará responsabilidad internacional”.
Además, Rusia y Nicaragua analizaron “los futuros pasos conjuntos dirigidos a la construcción de un mundo multipolar justo, basado en una igualdad de derechos real, el respeto a los intereses de las partes, los principios y normas del derecho internacional”.
Diplomacia pierde efectividad
Para Maradiaga, esta alianza entre Rusia, Nicaragua y otros regímenes autoritarios representa “un desafío significativo” para los esfuerzos internacionales destinados a promover la paz y los derechos humanos.
“A medida que Putin y sus aliados perfeccionan sus métodos para evadir sanciones, también erosionan la efectividad de las herramientas diplomáticas y económicas que las democracias utilizan para disuadir la conducta desestabilizadora y desafiante de la ley internacional”, comentó el politólogo.
Ante esta pérdida de efectividad de las herramientas diplomáticas, Maradiaga señala que es imperativo que las naciones comprometidas con el orden global y la justicia se aseguren de que las sanciones sean no solo severas sino también inteligentemente diseñadas.
Occidente impuso las primeras sanciones contra Rusia tras la ilegal anexión de Crimea en 2014 e incrementó su número tras el comienzo de la guerra en Ucrania.
Nicaragua también ha sido sancionada por Estados Unidos, Canadá, Suiza y la UE, tras la brutal represión a las protestas antigubernamentales de 2018, durante las cuales fueron asesinadas más de 350 personas, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).