19 de abril 2024
Cristina, Sofía, Mariana, Fátima, Francisca y Pablo comparten un sentimiento: el miedo. Han tenido que aprender a callar y seleccionar qué publican (o no) en sus redes sociales, porque quieren o necesitan permanecer en Nicaragua, pese a la vigilancia política permanente de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Los seis nicaragüenses coinciden en que detrás de la apariencia de normalidad que se vive en Nicaragua, seis años después de la Rebelión de Abril de 2018, cualquiera puede estar vigilándolos y en el país ha incrementado la autocensura para evitar ser la siguiente víctima de la represión.
CONFIDENCIAL conversó con estos seis nicaragüenses sobre cómo es su vida actual y qué han tenido que hacer para sobrevivir y resistir en Nicaragua, donde la dictadura persigue a cualquier ciudadano considerado opositor, o simplemente disidente, donde cualquiera que actúe o no comulgue con la dictadura puede terminar como preso político con delitos fabricados en un juicio sin derecho a la defensa, ser desterrado o resignarse al exilio.