PIB de Nicaragua creció 4.6% en 2023, según el Banco Central

“La economía nicaragüense reflejó un buen dinamismo al presentar una tasa de crecimiento de 4.6%”, aseguró sobre el PIB de Nicaragua el Banco Central (BCN) en su Informe Anual 2023. También detalla un incremento de 27.1% en la recaudación tributaria, un aumento récord en las reservas internacionales (cerraron el año en USD 5443.0 millones), y una inflación del 5.6%.

Ese 4.6% en la medición del desempeño del PIB de Nicaragua es mejor en una décima de punto porcentual que la previsión presentada en enero por el presidente del Consejo Directivo del BCN, Ovidio Reyes, quien calculaba un crecimiento de 4.5%, gracias al buen desempeño de la intermediación financiera, la reactivación del crédito, y el “singular dinamismo” observado en el comercio.

El Informe explica que ese 4.6% es “resultado de un marco de política macroeconómica adecuado… el mercado laboral se mantuvo estable, con una baja tasa de desempleo”, se redujo la inflación y la tasa de deslizamiento cambiario, se mantuvo la política de subsidios y la oferta productiva; mientras crecían los depósitos y el crédito; se consolidaba la política fiscal, y se reducía la deuda pública como porcentaje del PIB.

Al detallar cuáles fueron los sectores y actividades más dinámicos a lo largo de 2023, el documento señala el crecimiento de 23.3% en hoteles y restaurantes, 12.8% en explotación de minas y canteras, 12.7% la electricidad, 8.1% la construcción, 7.2% el comercio, 4.6% la intermediación financiera, 4.6% transporte y comunicaciones, 2.2% la industria, y 1.5% el sector pecuario.

En contraste, se observó una reducción de -3.8% en la agricultura, y de -15.5% en la pesca, lo que llevó a los redactores del Informe a asegurar que “en general, la evolución del sector primario de la economía siguió siendo favorecida por una buena demanda externa y precios internacionales favorables, sin embargo, se presentaron condiciones climáticas menos adecuadas, dado el fenómeno de El Niño”.

Severa informalidad en Nicaragua

A pesar de que, según el BCN, el país encadenó su tercer año consecutivo de crecimiento económico (el ente rector reportó un crecimiento del PIB de 10.3% en 2021 y de 3.8% en 2022), y de que el optimismo gubernamental sigue diciendo que “se mantuvo una baja tasa de desempleo (3.4% en promedio anual), favorecida por el crecimiento económico, con aumento del empleo formal y señales de mejora en la tasa de participación laboral”, que sigue por debajo de los niveles previos a la pandemia, lo cierto es que esos datos no se reflejan en un aumento del empleo formal.

La prueba está no solo en la observación empírica de los altos niveles de pobreza que aquejan a centenares de miles de personas en el país, sino también en la afirmación del Informe, según el cual “el dinamismo del empleo formal se expresó en un incremento del número de asegurados al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) de 1.1% interanual (8529 afiliados más que al cierre de 2022)”, con lo que redondeó casi 792 000 asegurados en diciembre de 2023.

Según el Banco, la contradicción que se evidencia en el hecho que la economía crezca 4.6%, mientras el desempleo se reduce del 3.5% al 3.4%, pero el número de afiliados al INSS crece en solo 8500 personas, se explica en que “hubo un alza del subempleo”, lo que se explica porque hay más personas que trabajan jornadas incompletas, y a que “luego de periodos de incertidumbre [como la Rebelión de Abril, la pandemia de covid-19, y los desastres causados por los huracanes Eta y Iota], suele incrementar el empleo por cuenta propia”.

Corroborando la escasa sofisticación de la economía nicaragüense, el documento muestra que el comercio y los servicios concentran el 40.8% de los empleos que hay en el país, mientras que en 2021, juntos sumaban solo el 39%. En el caso del empleo del sector manufacturero, este pasó de generar el 11.4% de los ocupados en el país en 2021, al 10.4% al cerrar 2023, lo que el BCN asocia con “el menor dinamismo económico de la Zona Franca, lo cual también se ha traducido en una disminución del empleo formal de dicho sector”.

El documento destaca también que, a diciembre de 2023, los salarios nominales de los afiliados al Seguro Social crecieron 8.5% interanual, y 9.6% en el caso de los trabajadores del Gobierno Central, (2.7% y 3.7% respectivamente, si lo que se mide es el salario real) en un contexto donde la economía creció 4.6%, y la inflación se redujo hasta 5.6%.

INSS reportó superávit

Varias instituciones del Gobierno Central (INSS, TELCOR, ENATREL, EPN, ENABAS y EAAI) registraron superávits, mientras ALMA, ENACAL y ENEL, reportaban déficits. De entre todas esas instituciones, destaca que el INSS cerrara el año con un superávit de C$ 137.4 millones, en especial después que el Instituto encadenara una seguidilla de años en rojo, el último de los cuales fue 2022, cuando reportó un déficit de C$ 2091 millones.

Según el BCN, ese resultado se explica por “un mayor crecimiento de los ingresos por contribuciones sociales asociado tanto al incremento en el número de afiliados a la Seguridad Social, como a la mayor masa salarial por los ajustes de salarios, lo cual fue impulsado por el mejor desempeño de la actividad económica y el aumento del empleo”.

Si bien esos factores ayudaron a oxigenar las arcas del INSS, los números sugieren que ese respiro no debió haber sido muy profundo, pues los gastos totales del INSS crecieron por “los mayores gastos en pensiones y prestaciones médicas, destacándose una mayor atención médica complementaria y especializada, así como la atención al adulto mayor”, de donde se concluye que la razón de mayor peso en ese desempeño, son los C$ 3462.6 millones que transfirió el Gobierno central, así como el aporte estatal de C$ 2249.4 millones.

Igual que en los últimos años, el régimen pudo celebrar altos niveles de sobrecumplimiento en materia de recaudación de impuestos: si el Presupuesto General de la República aprobado para 2023 preveía una recaudación total de C$ 101 839 millones. Luego, la reforma a ese presupuesto elevaba ese monto hasta los C$ 119 919 millones, hasta que el cierre del ejercicio presupuestario 2023, arrojó ingresos tributarios por C$ 129 437 millones, lo que es 27.1% más que el monto inicialmente presupuestado.

“Para lograr lo anterior, el Gobierno Central continuó fortaleciendo el sistema tributario, mediante la implementación de medidas de fiscalización y control para evitar la evasión; utilización de procesos electrónicos y ampliación de servicios en línea para los contribuyentes; y el fortalecimiento del sistema aduanero en los puestos de control en el tránsito de mercancías, entre otras acciones”, señala el ente regulador.

Del sector externo se destaca el aumento de 44.5% (50.2% en 2022), del flujo de remesas, hasta alcanzar USD 4660.1 millones, “consolidándose como una fuente importante de divisas para el país (26.1% del PIB)”.

En el caso de la inversión extranjera directa bruta, se registró un ingreso de USD 2534.5 millones (USD 1842.3 millones en 2022) equivalente a 14.2% del PIB, por mayores inversiones en industria, energía y minas, y comercio y servicios, mientras que los ingresos por turismo alcanzaron USD 739.2 millones, (crecieron 24.1%), lo que se explica por un mayor número de visitantes y un aumento del gasto promedio de los turistas.

Finalmente, la inflación doméstica se desaceleró a 5.6% interanual (11.59% en 2022), lo cual se asocia a factores como el descenso gradual de los precios internacionales y el anclaje de expectativas de inflación en un nivel más bajo, en un contexto de reducción del deslizamiento cambiario, el mantenimiento de subsidios y de políticas monetarias y fiscales equilibradas que han permitido mantener sólidos los principales balances financieros.