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Escenarios políticos electorales en Venezuela

Hagamos lo que hagamos, solo deberíamos tener presente que Maduro y compañía seguirán propagando las cizañas de la división y la abstención

La opositora venezolana María Corina Machado. Foto: EFE | Confidencial

Oscar Morales Rodríguez

14 de marzo 2024

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Al momento de escribir esta columna, la candidata opositora María Corina Machado sigue recorriendo el país con la voluntad de inscribirse en el plazo comprendido entre el 21 y el 25 de marzo del presente año y, por lo tanto, no existía la proposición de algún escenario alternativo. Terminado el descargo, describo la coyuntura política.

En primer lugar, salvando las diferencias de los actores de esta película 2024, pareciera que los(as) venezolanos(as) estamos viendo la misma película sintonizada en 2018. En dos palabras: no participamos, ilegitimamos el proceso electoral y lo denunciamos a los cuatros vientos o, por el contrario, participamos con un candidato designado por María Corina Machado y toda la Plataforma Unitaria.

Para que no vivamos el desenlace de la película 2018, evidentemente debemos elegir un guion que no hayamos vivido. Sin embargo, entiendo que es más fácil decirlo que hacerlo y que, además, existen varios guiones para elegir. Por lo tanto, empecemos a barajar algunos.

¿Participamos o no?

El primer escenario sería que la candidata María Corina Machado no acepta un candidato sustituto y condena cualquier intento de la Plataforma para presentar alguno en su nombre. En consecuencia, no hay candidato opositor y nos vamos a la abstención con un resultado que vivimos en 2018.


El segundo escenario podría ser que Estados Unidos y la Plataforma empujen a Machado a la aceptación de un candidato sustituto y ella lo acepte. Al mismo tiempo, Estados Unidos y la Plataforma procuran una negociación con Nicolás Maduro para reducir sus costos de salida y participamos.

El tercer escenario tal vez sea inscribir varios candidatos —sustitutos de Machado— para tener diferentes opciones en caso de un intento de inhabilitaciones exprés y terminamos participando con alguna de esas opciones.

El cuarto escenario quizás sea inscribir un candidato bajo el amparo de negociaciones de Estados Unidos y Maduro (que hoy no vemos, así como no supimos que Boris Johnson se reunió con Maduro en febrero) y participamos.

El quinto escenario podría ser que únicamente Machado se inscriba, el Consejo Nacional Electoral (CNE) la acepte, pero al cabo de uno o dos meses le informe que su candidatura no se “procesó correctamente debido a que tiene prohibición para ejercer cargos o función pública hasta 2036, de acuerdo con lo establecido en la normativa constitucional y legal vigente” y nos quedamos sin candidato.

El sexto escenario tal vez sea que el CNE permita inscribir a Machado, anule su candidatura por la razón mencionada anteriormente, pero producto de negociaciones en paralelo se permita cambiar la inscripción por un candidato sustituto, de manera que participamos.

El mismo anzuelo

Finalmente, el séptimo escenario es que Machado mantenga su postura hasta el final, quiere decir, no aceptando ninguna sustitución e intentando movilizaciones nacionales para que Maduro acepte su candidatura. En este caso el pronóstico sería un poco más incierto (todos lo son, pero este más), porque podría ser la movilización de tal magnitud (meses movilizando millones de personas) que Maduro se sienta obligado a ceder o, al contrario, las movilizaciones no sean suficiente para que Maduro cambie de opinión.

En el mismo sentido, una pregunta que puede surgir en esta lectura es: ¿Y por qué menciono tantas veces a Estados Unidos en estos escenarios? Simplemente porque Estados Unidos —en comparación con la oposición— tiene más elementos disponibles que a Maduro le interesa resolver: sanciones, recursos retenidos, precio de su cabeza y es un buen comprador del principal producto que vendemos.

De cualquier modo, como también se ha dicho en otras oportunidades, la oposición debería presentar un programa de gobierno pronto e intentar desvincularlo del candidato disponible.

Si se explica que el cambio político lo obtendremos como resultado de una coalición de partidos bajo el alero de un programa de gobierno, quizás el candidato empiece a importar menos y la propuesta de cambio más.

Como punto final, hagamos lo que hagamos, solo deberíamos tener presente que Maduro y compañía seguirán propagando las cizañas de la división y la abstención. Está cantado que esa es su única estrategia, no nos alimentemos con eso otra vez. No mordamos ese viejo y agrio anzuelo.

*Artículo publicado originalmente en Efecto Cocuyo

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Oscar Morales Rodríguez

Oscar Morales Rodríguez

Economista con un Magister en Políticas Públicas. Colaborador de varios medios nacionales de Venezuela, entre ellos Efecto Cocuyo.

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