Nadia Calviño / Kristalina Georgieva | Odile Renaud-Basso
8 de marzo 2024
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Las mujeres controlan actualmente el 40% de la riqueza mundial y muestran más interés por las inversiones sostenibles
Ilustración: Freepik | Formato Original
Es difícil encontrar una palabra más adecuada para hablar de los principales retos y prioridades globales que "inclusión", tema del Día Internacional de la Mujer de este año. Un crecimiento económico inclusivo y sostenible es clave para la prosperidad, la cohesión social, la competitividad y la estabilidad geopolítica. Es esencial promover una "transición justa", que incluya a toda la sociedad para que la acción por el clima y la transformación digital conduzcan a un mundo mejor.
La igualdad de género y de derechos no es solo un asunto de justicia, sino también una cuestión de racionalidad económica. Un estudio del Fondo Monetario Internacional señala que la eliminación de la brecha de género podría incrementar el PIB de las economías emergentes y en desarrollo en un 23% de media.
La diversidad y la representación igualitaria de la mujer en la economía, en la toma de decisiones y en el debate político lleva a mejores resultados. Contando con todo el talento, potenciamos al máximo la productividad y la competitividad, contribuyendo a abordar el cambio climático y promover la prosperidad global. Esto es especialmente relevante en un momento en el que los efectos combinados del cambio climático, la pandemia y la guerra en Ucrania amenazan con revertir muchos de los logros que creíamos garantizados.
Este año, en el que 4000 millones de personas de todo el mundo acudirán a las urnas, es clave recordar el gran impacto positivo que la igualdad de género tiene en nuestras sociedades. Un estudio del Banco Europeo de Inversiones muestra que las empresas dirigidas por mujeres obtienen mejores resultados en materia ambiental, social y de gobernanza. El FMI también constata que dichas empresas son más rentables, y que un mayor equilibrio de género en los consejos de administración de los bancos se asocia a mayor estabilidad financiera y mejores resultados. Los grandes retos de nuestro tiempo no pueden abordarse sin inclusión.
Los progresos son evidentes. Crece el número de mujeres emprendedoras, pese a que tienen un menor acceso a la financiación.
Un estudio del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo concluye que los programas de financiación mixta pueden ayudar a las mujeres emprendedoras a obtener más crédito y ampliar sus negocios.
Las mujeres controlan actualmente el 40% de la riqueza mundial y muestran más interés por las inversiones sostenibles.
A lo largo de muchos siglos, las mujeres han desarrollado estrategias para hacer frente a situaciones de desigualdad. Esto hace que aporten un valor especialmente importante para la transformación de las organizaciones y el impulso a las reformas. Dada nuestra experiencia histórica, resulta más probable que reconozcamos la necesidad de adoptar cambios y consideremos de manera más amplia el impacto en los demás de las actividades o políticas. En este mismo sentido, los países con mayor representación femenina en el Parlamento tienen más probabilidades de ratificar tratados medioambientales y de adoptar políticas que aborden el cambio climático.
El talento de las mujeres es una fuerza impulsora del progreso económico y de la lucha contra el cambio climático. En este momento, las mujeres dirigen algunos de los organismos financieros más influyentes del mundo y desempeñan un papel cada vez más importante en el ámbito político. Tenemos una oportunidad única de liderar el cambio hacia un modelo de crecimiento más inclusivo y sostenible, de fomentar la inclusión, inspirar compromisos y construir un futuro mejor.
*Escrito junto con Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, y Odile Renaud-Basso, presidenta del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo. Originalmente publicado en Project Syndicate.
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Economista del Estado y alta funcionaria española de las instituciones europeas. Presidenta del Banco Europeo de Inversiones desde el 1 de enero de 2024. Ejerció como vicepresidenta primera del Gobierno desde julio de 2021 hasta diciembre de 2023 y de ministra de Economía desde junio de 2018 hasta diciembre de 2023.
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