29 de febrero 2024
El líder misquito y presidente nacional del partido indígena Yatama, Brooklyn Rivera, cumple cinco meses como preso político de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que también ordenó cancelar la personería jurídica del partido para sacarlo de la competencia en las votaciones regionales, e imponer su control absoluto en la Costa Caribe de Nicaragua.
Rivera fue detenido el 29 de septiembre de 2023, aproximadamente a las 8:30 de la mañana, en su casa de Bilwi, ciudad cabecera del Caribe Norte, y desde entonces ningún familiar lo ha visto.
A principios de octubre, su familia supo que Rivera, de 71 años, fue trasladado a un hospital, porque tenía presión arterial alta. También escuchó que habría sufrido un derrame cerebral, pero no han podido corroborar la información.
Familiares de Rivera relataron a CONFIDENCIAL que Rivera fue arrestado con engaños, después de una visita de supuestos trabajadores del Ministerio de Salud que supervisaban la zona en una campaña contra la malaria. Los oficiales “no mostraron ningún documento” ni brindaron explicación alguna, simplemente “entraron, les quitaron los teléfonos a todos y se lo llevaron”, relató un familiar.
Volvió al Caribe, tras ser desterrado de facto
La dictadura tampoco ha informado sobre el paradero de Rivera y no se ha presentado ninguna acusación en su contra que justifique la privación de libertad. Por el contrario, desde el oficialismo emprendieron acciones para usurpar el escaño del partido indígena en la Asamblea Nacional.
El 13 de octubre de 2023, el escaño de Rivera fue designado por el oficialismo a la diputada suplente del Frente Sandinista, Ana Valeria Rafael Alfred, una acción al margen de la legalidad, porque ocurrió sin que existiera un proceso penal en contra del diputado Rivera y sin cumplir con su desafuero en el Parlamento. Además, Rafael Alfred era la suplente del diputado del Caribe Sur, Antenor Urbina, del FSLN.
El artículo 130 de la Constitución Política de Nicaragua establece que “se podrá declarar la privación de inmunidad para diputados con el voto favorable de la mayoría de los miembros de la Asamblea Nacional", pero que "mientras gocen de inmunidad ningún funcionario podrá ser detenido ni procesado”.
Rivera fue desterrado de facto en marzo de 2023, cuando la dictadura le impidió regresar al país tras participar en el Foro Permanente sobre asuntos indígenas en la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Pero reingresó al Caribe Norte en abril de 2023, a través de puntos ciegos de la Mosquitia y estuvo moviéndose en casas de seguridad.
Brooklyn Rivera
Líder de Yatama
Yo tuve que buscar otras opciones de cómo regresar al país, porque yo tengo responsabilidades de liderazgo, con el pueblo, con la organización Yatama, y también mi trabajo en la Asamblea Legislativa, tengo a mi familia”.
En la víspera de su detención, Rivera llegó a su vivienda de Bilwi porque supuestamente se preparaba para volver a salir del país.
Representante legal de Yatama aislada en La Esperanza
En simultáneo al arresto de Rivera, la Policía orteguista ocupó la Casa Verde, como se le conoce a la sede de Yatama, en Bilwi. También ocuparon las instalaciones del partido en Waspam, ciudad fronteriza con la Mosquitia en Honduras, y cancelaron la radioemisora comunitaria Yapti Tasba Bila Baikra, afín a Yatama.
Menos de 96 horas después de llevarse a Rivera, la dictadura ordenó el arresto de su diputada suplente y representante legal de Yatama, Nancy Elizabeth Henríquez.
“Los subieron en una camioneta y según los llevaban al Distrito II, luego cambiaron la ruta al Distrito III. Desde el momento que la llevaron al Distrito III empezaron los gritos y las amenazas hacia ella, la encerraron y no sabemos nada de ella”, denunció en su momento una familiar.
Henríquez permanece aislada en una celda de la cárcel de mujeres La Esperanza, en Managua. Sus familiares la han visto “muy desmejorada y ha perdido mucho peso”, refirió la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en una resolución del 22 de diciembre de 2023 sobre la adopción de “medidas urgentes” a favor de los dos líderes de Yatama.
Lo sucedido con Rivera y Henríquez “afecta el ejercicio de sus derechos políticos y además tiene un efecto amedrentador respecto de los demás miembros de la organización Yatama, de poder verse expuestos a similares hechos, si tienen una participación activa en el ejercicio de sus derechos políticos, reivindicaciones sociales y críticas a las autoridades” advirtió la Corte IDH.
Demandas de liberación ante una dictadura sorda
La Corte IDH también requirió al Estado de Nicaragua que “proceda a la liberación inmediata” de Rivera y Henríquez y que “adopte las medidas necesarias que permitan que los beneficiarios puedan continuar ejerciendo sus derechos políticos como diputados regionales indígenas, principal y suplente, según corresponda, de la Asamblea Nacional de Nicaragua”.
La presidencia de la Corte además constató que estos hechos “se enmarcan y se ajustan al referido contexto de persecución, detenciones y procesos judiciales llevados a cabo contra personas que tienen una posición crítica hacia el Gobierno” indica la resolución.
El politólogo de origen costeño, radicado en Canadá, Miguel González, aseguró a CONFIDENCIAL que la negación del derecho a participar en las próximas elecciones regionales y la persecución a los líderes de Yatama constituyen “una violación a los derechos históricos y políticos del pueblo misquito, en particular, pero, más generalmente, es un ataque a la autonomía regional”, ya que ésta reconoce la participación política social de los pueblos de la Costa Caribe en los asuntos de la región.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) también señaló, el 29 de enero de 2024, que Rivera y Henríquez se encuentran en “desaparición forzada” y abogó por su liberación.
Sin embargo, la dictadura orteguista no ha respondido a las demandas, al igual que antes ha callado sobre otras demandas de liberación y medidas cautelares para decenas de presos políticos, una actitud que la Corte IDH ha calificado como “desacato”, sin que la dictadura tampoco reaccione.