28 de febrero 2024
A escasos días de las votaciones regionales, previstas para el domingo 3 de marzo en las Regiones Autónomas de la Costa Caribe de Nicaragua, la persecución de la dictadura orteguista se ha extendido contra cualquier liderazgo del partido Yapti Tasba Masraka Nanih Asla Takanka (Yatama, o Hijos de la Madre Tierra, en lengua miskita), obligando a decenas de indígenas al exilio o la clandestinidad, y sepultando lo poco que quedaba de la autonomía regional, sostienen analistas y políticos originarios de la Costa Caribe.
Yatama ya había decidido no participar en las votaciones regionales, cuando la dictadura ordenó encarcelar a sus dirigentes, Brooklyn Rivera y Nancy Elizabeth Henríquez, y cancelar su personería jurídica, entre finales de septiembre y principios de octubre de 2023.
Ahora, en la boleta que presume el Consejo Supremo Electoral (CSE), bajo control orteguista, sólo hay cinco partidos, todos nacionales, y ninguno regional.
El partido indígena Yatama era “la única organización con capacidad política para disputarle votos al FSLN en la Costa”, asegura Miguel González, antropólogo nicaragüense originario de Bluefields, ciudad cabecera del Caribe Sur.
González sostiene que, aunque existen otros cinco partidos regionales “ninguno representa una competencia electoral real para los partidos nacionales en la Costa, y especialmente (para) el Frente Sandinista”.
Más grave aún, advierte, es que ninguno de esos partidos compite en su propia casilla, sino bajo alianza de partidos nacionales. “En la historia de la Costa Caribe esto nunca había sucedido”, apunta el también autor de Etnicidad y Nación: El desarrollo de la autonomía de la Costa Atlántica de Nicaragua.
Miguel González
Antropólogo costeño
No hay alternativas políticas autónomas en las que los costeños tengamos la posibilidad de votar (...) Este contexto me parece motivo de una gran frustración, pero también la expresión de una violación a los derechos autonómicos de la Costa Caribe”.
Los otros partidos regionales en la Costa Caribe son:
- Partido Movimiento de Unidad Costeña (Pamuc)
- Partido Indígena Multiétnico (PIN)
- Partido Autónomo Liberal (PAL)
- Partido Movimiento Yapti Tasba Masraka Raya Nani (MYATAMARAN)
- Partido Movimiento Indígena Progresista de la Moskitia (Moskitia Pawanka)
“Elecciones Victoriosas Caribe 2024” sin garantías mínimas
El CSE, en sintonía con los medios de propaganda orteguista, han bautizado las votaciones regionales como “Elecciones Victoriosas Caribe 2024”.
Sin autonomía regional y con una boleta dominada por el gobernante Frente Sandinista y sus últimos cuatro partidos cómplices, los liderazgos indígenas no esperan un desenlace diferente a las “farsas” de las votaciones nacionales de 2021 y municipales de 2022, en las cuales el FSLN se impuso sin competencia por cuarto mandato presidencial consecutivo y en los 153 municipios del país.
Anexa Alfred Cunningham, integrante del consejo directivo de Yatama, afirma que en las comunidades indígenas ya había consenso de “que no tenía sentido” participar en unas votaciones que “no reconocen la voluntad del pueblo”.
La abogada misquita, desterrada de facto por su trabajo en el mecanismo de expertos sobre derechos de pueblos indígenas de la ONU, agrega que “no hay garantías mínimas” de que las próximas elecciones regionales vayan a ser “transparentes, justas y observadas”.
George Henríquez, exaspirante presidencial de Yatama y también exiliado, denuncia que el hostigamiento constante ha forzado a “algunos liderazgos indígenas al exilio y otros a permanecer escondidos” dentro del territorio nacional. “La mayoría (de esas personas) están en silencio, viendo cuál es la mejor forma de acercarse, porque es bien sabido que si realizan algún tipo de denuncia corren el riesgo de ser encarcelados”, detalló.
Orteguismo va por el control absoluto de Nicaragua
Días después de que la dictadura encarceló a los dos principales dirigentes políticos de Yatama, el CSE canceló la personería jurídica del partido indígena el 3 de octubre de 2023, argumentando supuesta “traición a la patria”.
Luego, los nombres de Rivera y Henríquez, diputados propietario y suplente ante la Asamblea Nacional, fueron eliminados y sustituidos sin el debido proceso de desafuero.
En las semanas posteriores, funcionarios del régimen en el Caribe se encargaron de “notificar” a los 14 concejales de Yatama en el Caribe Norte y Sur, electos en las votaciones de 2019, que debían “afiliarse al Frente Sandinista”. Además, agrega Alfred, “les pidieron la lista de las autoridades, los representantes o de los liderazgos a nivel comunitario”, en una “clara persecución contra todos los miembros de la organización”.
La anulación de Yatama “cristaliza la desaparición del régimen autonómico”, alerta Alfred. La abogada misquita sostiene que el orteguismo se adjudicará el control absoluto de los Gobiernos regionales, como hizo con los municipios en 2022, y como ha hecho en el Caribe por la vía de los hechos.
“Todas las decisiones se toman a nivel central (el Poder Ejecutivo), los concejales y el gobernador ya no tienen ninguna función”, reclama Alfred. Ejemplifica que “el gobernador del Caribe Norte, Carlos Alemán, es una ficha más del régimen para perseguir a la gente en la Costa Caribe” y no para trabajar en función de la demanda histórica al derecho a la libre determinación.
Anexa Alfred
Abogada miskita
Estas elecciones básicamente son una bofetada a los indígenas y afrodescendientes que demandamos y exigimos respeto al derecho a la libre determinación mediante el régimen autonómico al imponernos partidos nacionales. Pero sobre todo, son unas elecciones donde no hay ninguna garantía y donde la comunidad y el pueblo están siendo perseguidos, están siendo criminalizados y están siendo desaparecidos”.
Henríquez destaca que el Gobierno central históricamente ha querido tener el control político, social y económico de las regiones autónomas. Pero, alerta que sólo el orteguismo lo ha conseguido a través de la creación de gobiernos comunales paralelos, la invisibilización de la participación de partidos regionales, la persecución de liderazgos indígenas y afrodescendientes, el avance de la frontera agrícola y ganadera, y la falta de acceso a la justicia.
Yatama, aliado y enemigo del Frente Sandinista
La cancelación de la personería jurídica de Yatama es el último de una serie de encuentros y desencuentros con el Frente Sandinista. ¿Es el fin de Yatama?
El 12 de diciembre de 2023, el CSE convocó a las votaciones regionales para designar a 180 concejales propietarios y suplentes ante los Consejos Regionales Autónomos de la Costa Caribe Norte y Sur (90 para 45 escaños en cada región). Junto al FSLN están inscritos el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), la Alianza por la República (APRE), el Partido Liberal Independiente (PLI), y cinco pequeños partidos regionales en “alianza” con los partidos nacionales, y ninguno por cuenta propia.
La inhibición de Yatama es parte de sus encuentros y desencuentros con el FSLN. Durante el primer Gobierno de Daniel Ortega, en los años ochenta, los líderes misquitos fueron perseguidos y señalados de “contrarrevolucionarios”. Luego, en 2006, fueron parte de la “Alianza Unida Nicaragua Triunfa”, que organizó el FSLN para regresar al poder en las votaciones del año siguiente.
En aquella alianza, el FSLN se comprometió con Yatama “a avanzar en el proceso de titulación y saneamiento de los territorios indígenas y afrodescendientes”, pero en 2014 Yatama abandonó la alianza “por la falta de cumplimiento del FSLN de estos acuerdos”, escribió el antropólogo costeño Miguel González en el artículo La cancelación de Yatama: Un error del pasado y del presente, publicado en CONFIDENCIAL en octubre de 2023.
En 2018, el partido regional indígena se posicionó como opositor e incluso integró la ahora extinta Coalición Nacional, que lo expulsó en 2021 porque el presidente nacional de Yatama, Brooklyn Rivera, respaldó la reelección del magistrado orteguista de origen costeño, Lumberto Campbell, en el tribunal electoral.
Rivera endosó a Campbell a pesar de que el partido indígena denunció un fraude electoral en las votaciones regionales de 2019, en las que obtuvo los 14 concejales en el Caribe Norte y Sur, que ahora perderá.
Y además, Yatama fue el único partido político independiente que participó en la farsa electoral de 2021, organizada por Ortega y Murillo para reelegirse sin competencia política. Fue en esa participación individual que Yatama obtuvo (sin la anterior alianza con el FSLN) los votos para los curules de Rivera y Nancy Elizabeth Henríquez, ahora encarcelados por órdenes de la dictadura.
Yatama ya fue inhibido antes, y el caso llegó a la Corte IDH
Esta no es la primera vez que el partido indígena es excluido de una contienda electoral. En 2000 —cuando Yatama ya había participado en dos elecciones bajo la figura de asociación por suscripción popular— una reforma a la Ley Electoral excluyó este tipo de asociaciones y sólo permitió la participación de partidos políticos. Yatama intentó ser reconocido como partido político regional, pero su solicitud fue denegada, y no pudo participar.
En 2001, el caso de Yatama fue presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y en 2003 fue remitido a la Corte IDH para que el Estado de Nicaragua respondiera por los hechos. En 2005, la Corte determinó que el Estado de Nicaragua violó sus derechos de participación política protegidos en la Convención Americana de Derechos Humanos, y ordenó una serie de medidas de reparación que el Estado no cumplió en su totalidad.
“La sentencia del caso Yatama vs Nicaragua, de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 2005, es una sentencia que claramente dice que las organizaciones de los pueblos indígenas y afrodescendientes podemos participar en la vida política del país sin tener que pertenecer a un partido político y sin tener que ser un partido político”, explica Anexa Alfred Cunningham, abogada misquita e integrante del consejo directorio de Yatama.
Sin embargo, cuestiona que la sociedad nicaragüense “nunca vio la oportunidad que representaba la sentencia de la Corte”.
“Esta sentencia no era sólo para Yatama, sino que manda a reformar la Ley Electoral y que se garantice la participación política de los pueblos indígenas, basada en su forma de organización tradicional, es decir que permite otras formas de participación no sólo a través de partidos políticos”, subraya.
El activista creole y también integrante de Yatama, George Henríquez, señala que el cumplimiento de la sentencia “es algo que Yatama siempre trató de hacer”, y recuerda que —inclusive— fue parte de los acuerdos programáticos que Yatama suscribió en 2006, cuando participó en la Alianza Unida Nicaragua Triunfa, y que el FSLN no cumplió.
El antropólogo costeño Miguel González asegura que, aunque la sentencia de la Corte IDH no fue cumplida en su totalidad, “el espacio internacional sigue siendo relevante”, y agrega que la denuncia es “el único recurso que queda” y por eso es “importante” hacer el vínculo entre la sentencia de 2005 y esta cancelación de Yatama que el Frente Sandinista vuelve a cometer.
“Esto ya tuvo un costo político para Nicaragua y un costo jurídico también”, advierte. González subraya que “este error que vuelven hacer, en algún momento también se va a tener que volver a pagar”.
No será el fin de Yatama
Sin personería jurídica, Yatama quedó fuera de las votaciones regionales de 2024, en las que igual ya había decidido no participar. Sin embargo, descartan que vaya a desaparecer, porque aseguran que es una organización arraigada en la identidad del pueblo misquito y las comunidades indígenas del Caribe.
González asegura que “Yatama no es simplemente un partido que nace en el contexto de un proceso de participación política reciente, sino que —lo que actualmente se conoce como Yatama— es el resultado de un proceso larguísimo de formación política, de organización política y social, especialmente del pueblo misquito”.
Sus orígenes se remontan a la década de los años setenta, como una organización civil nacida en las comunidades indígenas del río Coco, explica González, que también es profesor e investigador de la Universidad de York en Toronto, Canadá.
En los ochenta, la organización intervino en el conflicto armado que atravesaba Nicaragua, y en los noventa participó por primera vez en elecciones.
Henríquez, quien fue el primer aspirante presidencial por Yatama, asegura que esta organización representa “la deposición de la lucha armada de los pueblos indígenas para participar en la vida sociopolítica del país”.
“Puede ser que Yatama pierda su personería jurídica –afirma–, pero no pierde su historia, no pierde su lucha”.