4 de enero 2024
El balance de un año de una región tan compleja y heterogénea como América Latina es un ejercicio que requiere un equilibrio entre los asuntos relevantes seleccionados y los países objeto de atención. En su mayoría aquellos tienen un carácter transversal, pero a veces el perfil es singular. En esta tarea elucido la situación al cerrar el año a través de una serie de nombres propios enunciados de manera sucinta arriesgando dejar en el tintero otros no menos importantes. Un ejercicio útil para avizorar también los temas y escenarios de 2024.
Nayib Bukele ha conducido a El Salvador a la violación de su Constitución al postularse a la reelección, uno de los males históricos de la política latinoamericana, siguiendo los pasos que emprendió hace tres lustros su vecino Daniel Ortega. Amparado en una maquinaria de propaganda sin precedentes, su ejemplo traspasa fronteras bajo el señuelo de haber contribuido, aparentemente, a controlar una de las lacras de la región como es la violencia en la que Colombia, México y Paraguay se sitúan entre los cinco peor clasificados del índice Global del Crimen Organizado 2023 que analiza todos los países del mundo.
Las élites económicas de Guatemala mantienen un control del país apoyadas en un sistema de partidos muy débil y desinstitucionalizado, unas bajas tasas de participación popular, y una clase política muy corrupta. Las elecciones celebradas en 2023 dieron el triunfo a Bernardo Arévalo, alguien ajeno a ese escenario. Sin embargo, los sectores más recalcitrantes de la judicatura y del ministerio fiscal están haciendo todo lo posible para que no tome posesión a pesar del apoyo social que tiene, incluido el mundo indígena mayoritario en el país, y de la comunidad internacional.
Durante casi ochenta años la pugna entre peronismo y antiperonismo ha definido la política argentina, pero la llegada de Javier Milei a la presidencia ha supuesto un cambio rotundo de consecuencias imprevisibles. Además, empata con los tiempos actuales de políticos singulares que no cuentan con maquinaria partidista, desafían teóricamente al statu quo, canalizan la frustración social y muestran posiciones radicales en temas identitarios
Claudia Sheinbaum no es la candidata tapada de MORENA, el movimiento del presidente Andrés Manuel López Obrador. Aunque solo sea una diferencia espuria con respecto a las prácticas clásicas del PRI, el partido hegemónico que gobernó México durante siete décadas hoy prácticamente desaparecido. Su nominación fue producto de un proceso de consulta interna a los militantes mediante encuestas previo visto bueno del líder que deposita en ella sus expectativas de continuidad de la 4T, el término dado a su visionario proyecto.
Junto con Uruguay y Costa Rica, Chile encabeza las distintas clasificaciones que miden el rendimiento de la democracia en América Latina. Sin embargo, tras cuatro años en el empeño ha sido incapaz de sacar adelante una deseada reforma constitucional a pesar del ingente trabajo llevado a cabo. Ello evidencia las dificultades hoy de establecer consensos mínimos en situaciones de aguda polarización ideológica y afectiva.
Las elecciones locales colombianas de 2019 anticiparon el giro que llevó a la presidencia en 2022 por primera vez al candidato de la izquierda que asumió el poder en un contexto de enormes expectativas. La apuesta de Gustavo Petro por la paz total propició un gabinete ministerial plural que, sin embargo, desmanteló a los pocos meses. En octubre, las elecciones municipales supusieron una derrota del gobierno reproduciendo en sentido inverso lo acontecido cuatro años antes. Medellín, donde en 2019 había triunfado un candidato próximo a Petro, atestiguó el regreso de su antagonista, Federico Gutiérrez, que obtuvo el 73.6% del voto.
Desde comienzos de siglo China ha logrado convertirse en el primer socio comercial e inversor de América latina. Presente en prácticamente todos los países, solamente Paraguay reconoce a Taiwan, cuenta con un poder blando cuya expresión es difícil de medir. Chancay, en el litoral peruano a 60 km de Lima, es la gran obra portuaria que simboliza dicha presencia a la vez que representa la apertura del continente hacia el océano Pacífico. Brasil también será usuario del puerto acortándose en dos semanas el tiempo medio del transporte de los fletes.
El Amazonas es el epítome de los argumentos variopintos vinculados con la agenda de la COP28 en cuya cumbre los gobiernos latinoamericanos estuvieron presentes. La limitación de los combustibles fósiles contrasta con la ambigua posición brasileña que plantea incorporarse a la OPEP como país observador o la del gobierno colombiano recalcitrante en asuntos vinculados con la minería y la extracción de gas y petróleo. Pero también Minera Panamá ha convulsionado la vida de un país cuya economía pasa una mala racha debido al descenso por la sequía del número diario de buques que atraviesan el canal. La explotación del cobre a cielo abierto desde 1997 supone el 5% del PIB anual del país y cataliza ahora la conciencia ecológica popular movilizada como pocas veces antes.
La Bestia es el sumario de la emigración que asola a buena parte de la región, como lo es el tapón del Darién. Un tren reflejo del sistema ferroviario mexicano en el que en sus vagones de carga se subieron alrededor de medio millón de migrantes en su última etapa de la larga ruta hacia el norte. Venezolanos, principalmente, pero también haitianos y ecuatorianos, así como de otros continentes, se hacinan en busca del “sueño americano” generando incluso tareas cooperativas a través de las redes sociales que aminoran el papel desempeñado hasta ahora por los traficantes denominados coyotes.
El Esequibo es muy probablemente tierra venezolana, pero ningún tribunal internacional se ha pronunciado al respecto. Provocar la adhesión inquebrantable de la población mediante un plebiscito que la avale desde una atalaya autocrática y sin ningún tipo de garantías procedimentales es un grito vano en el vacío, irresponsable y siniestro. Supone la adhesión a un nacionalismo huero y manipulador que oculta el propósito de distraer la atención para mantenerse en el poder el gobierno autoritario de Nicolás Maduro aun a costa además de amagar un conflicto bélico.
*Este artículo se publicó originalmente en Latinoamérica 21.