28 de diciembre 2023
La Policía Nacional —bajo el mando de Daniel Ortega y Rosario Murillo— secuestró este jueves 28 de diciembre de 2023 a monseñor Carlos Avilés, vicario general de la Arquidiócesis de Managua, denunció en redes sociales la abogada e investigadora Martha Patricia Molina, quien ha dado seguimiento a los ataques de la dictadura contra la Iglesia católica en Nicaragua.
Monseñor Avilés ha sido un abierto crítico de la pareja presidencial y en una entrevista, en junio de 2022, afirmó que el pueblo de Nicaragua “quiere que este Gobierno se vaya”.
Fuentes cercanas a la Iglesia católica indicaron que a CONFIDENCIAL que, hasta el momento, solo conocen que Avilés fue detenido por agentes policiales luego de salir de una reunión en las oficinas de la Curia Arzobispal, en la zona de Las Sierritas de Managua.
“El clero de la Arquidiócesis de Managua en oración ante tanta arbitrariedad. La vida de monseñor Avilés se encuentra en peligro. Que la dictadura respete su integridad física”, publicó Molina.
De acuerdo con la investigadora, el secuestro del vicario general es la “primera arbitrariedad” del recién resucitado Ministerio del Interior (MINT), antes el Ministerio de Gobernación (Migob).
La opositora Unidad Nacional Azul y Blanco también denunció la detención del sacerdote de la Arquidiócesis de Managua, que dirige el cardenal nicaragüense, Leopoldo Brenes, quien aún no se refiere a esa denuncia.
Detienen al sacerdote Héctor Treminio
El sacerdote Héctor Treminio, tesorero de la Arquidiócesis de Managua, fue detenido por la Policía la tarde de este jueves. Testigos publicaron en las redes sociales fotografías de un vehículo sedán marca Yaris placa placa ES 15748, en el que presuntamente trasladaron al religioso.
Treminio, párroco de la iglesia Santo Cristo de Esquipulas en Managua, fue uno de los que condenó la quema de la venerada imagen de la Sangre de Cristo, calcinada el 31 de julio de 2020 en su capilla en la Catedral de Managua en un incendio involuntario, según las autoridades, y de acuerdo con la Iglesia Católica, en un acto terrorista.
En esa misma homilía, ofrecida en agosto de 2020, Treminio también criticó el enriquecimiento de la familia Ortega, de los que dijo “hoy son los mayores capitalistas de nuestro país”.
“¿Acaso no son los que iban a velar por los pobres y hoy son los que se mueven en carros que valen 240 000 dólares? ¿Y dónde está la consigna de los pobres?”, reprochó.
Se suman a otras detenciones
Las detenciones de Avilés y Treminio se suman a la de otros religiosos en las últimas semanas, quienes fueron secuestrados por haber elevado oraciones en nombre del obispo Rolando Álvarez, que el día de Navidad cumplió 508 días en cautiverio.
El sacerdote Jader Guido, segundo vicario de la catedral San Pedro Apóstol de Matagalpa, fue detenido tras la misa del IV Domingo de Adviento, el 24 diciembre, en la que oró por Álvarez, además de “por todos los sacerdotes, religiosos y religiosas de nuestra Diócesis”. Fue liberado antes de la medianoche de ese mismo día.
La detención del Guido ocurrió luego de varios días de asedio policial en la Curia de Matagalpa y de hostigamiento en contra del vicario general de la Diócesis, monseñor Óscar Escoto Salgado, quien fue secuestrado por policías y civiles armados la noche del 21 de diciembre, liberado en la mañana siguiente y luego, por la noche del 22, fue forzado a salir de la residencia episcopal de Matagalpa para llevarlo a Managua. Fue dejado en libertad en la víspera de Nochebuena.
Otro de los ataques contra la Iglesia sucedió días antes en La Cruz de Río Grande, en el Caribe Sur, donde policías y civiles armados secuestraron al obispo de la Diócesis de Siuna, monseñor Isidoro del Carmen Mora Ortega, y a los seminaristas Alester Sáenz y Tony Palacios, quienes permanecen en condición de desaparición forzada.
Nadie del régimen y tampoco de la Iglesia nicaragüense se ha referido oficialmente a las detenciones del obispo Mora y los seminaristas.
Las relaciones del régimen de Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas, y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.