4 de diciembre 2023
La última encuesta de opinión pública realizada por la firma costarricense CID Gallup en Nicaragua, auspiciada por CONFIDENCIAL, revela que “los nicaragüenses sienten que ya están tocando el fondo del barril” y piensan que “ya peor no podemos estar”, afirma el director de la investigación Luis Haug. “Hay una relación muy directa con la corrupción pública que está siendo señalada como la culpable de las penurias económicas que se están viviendo en el país”, indica el consultor costarricense.
Una segunda conclusión de la encuesta es que la simpatía partidaria por el Frente Sandinista se mantiene en su piso histórico más bajo de 14%-15%, pero “los simpatizantes del partido oficial ya no califican de forma sobresaliente a sus líderes, sino que hay cierto resquebrajamiento de sus posiciones y críticas hacia los líderes de la agrupación”, dice Haug.
El ejemplo más visible es el rechazo nacional a la condena a 26 años de cárcel a monseñor Rolando Álvarez, que entre la población suma 72% y solo tiene un respaldo del 9%, y entre los partidarios del FSLN el 42% opina que el obispo es inocente y debe ser puesto en libertad, mientras el 30% respalda la política oficial de encarcelarlo, y el 27% evitó responder la pregunta.
La encuesta telefónica se realizó entre el 17 de octubre y el 15 de noviembre de 2023, basada en una muestra de 800 personas con un teléfono celular activo, con un margen de error de + -2.93% y un nivel de confianza del 95%. El director de Cid Gallup admitió que existe un “factor miedo” que debe vencerse para lograr conversar con los nicaragüenses que viven bajo un estado policial desde hace cinco años, al extremo que para entrevistar a 800 personas es necesario antes llamar a entre 8000 y 10 000 personas, “Una vez que aceptan y se genera confianza, nos permite obtener respuestas honestas”, dijo el encuestador en esta entrevista con Esta Semana y CONFIDENCIAL.
La corrupción y “el fondo del barril”
Según la encuesta, el 60% de los nicaragüenses opina que el país va por el rumbo equivocado y el 29% dice que va por el rumbo correcto. ¿Esta es una tendencia constante en otras encuestas o hay algún cambio en relación a los meses o años anteriores?
Lo que ya estamos viendo es un constante pesimismo en la ciudadanía de Nicaragua con respecto al futuro que les espera en el país. Hay un deseo permanente de poder salir de Nicaragua, de emigrar a otros lugares, un negativismo con respecto a la situación económica de la familia, un negativismo con respecto a la corrupción que se percibe en el Gobierno y también en la persecuciones políticas que se están viendo en otra gente.
La gente menciona como principal problema del país, en primer lugar siempre el desempleo 24%, corrupción en el Gobierno 22%, costo de la vida y pobreza 17%, crisis política 12%, inseguridad, crimen y robo 7%. Estos temas económicos, de desempleo y costo de la vida han sido dominantes en los últimos años en otras encuestas, pero la corrupción pública nuevamente aparece destacada y el 52% dice que ha aumentado en los últimos seis meses.
Estamos viendo una relación muy directa y también similar a lo que se ha observado en otros países latinoamericanos, donde la corrupción está siendo señalada como la culpable de las penurias económicas que se están viviendo en el país. Cuando se percibe que los gobernantes, y las personas que están a su lado están trabajando para sí mismos, enriqueciéndose, tomando ventaja de las distintas posiciones que tienen para enriquecerse y no en trabajar en pos del pueblo. Todos estos problemas del costo de la vida, de no poder tener el dinero para comprar los víveres o adquirir un puesto de trabajo que le permitiera poder hacer frente en un futuro, se tienden a maximizar. Dado que hoy se percibe un culpable, un responsable de que esto no lo esté yo logrando.
Sin embargo, hay otra pregunta que parece indicar una tendencia distinta. ¿Cómo espera que esté el país en los próximos 12 meses? El 39% dice mejor, 33% dice peor y 28% dice igual. ¿Esa es una expectativa de mejoría económica?
Tristemente, no. Estuvimos hablando con ellos, después de las entrevistas también hacemos entrevistas a profundidad para entender un poquito mejor las distintas respuestas que la gente nos está brindando. Y algo que está sucediendo en Nicaragua es que mucha gente considera que ya estamos tocando “el fondo del barril”, ya peor no podemos estar.
Entonces hay cierta esperanza cuando se llega a estos niveles de que “si Dios quiere”, la situación puede que esté mejor en un futuro, pero no significa que un optimismo desenfrenado en el que las cosas van a mejorar, sino que ya yo estoy tan mal que mi situación no puede empeorar. Ya no tengo trabajo, el poquito dinero que tengo apenas me alcanza para hacer frente a mis necesidades básicas y por lo tanto solo puedo ir para adelante.
Hay otra pregunta que coincide con esa interpretación que está brindando: cuando preguntan ¿si tuvieran la posibilidad de emigrar se irían de Nicaragua?, el 60% dice que se iría del país y el 39% dice que no.
Definitivamente, vemos una situación que refleja las penurias que están viviendo las familias en Nicaragua. A donde estés se ve una mejor situación de vida de aquellos familiares o allegados que les comentan de cómo están viviendo en estos otros lugares y definitivamente si se les presentará la oportunidad, ellos saldrían.
Los que nos dicen en mayores proporciones que estarían fuera del país, normalmente son los menores de 40 años de edad, los hombres, personas con una educación media, que perciben tendrían un mejor futuro y mayores oportunidades saliendo de Nicaragua.
Cuando le preguntan a la gente cómo pueden materializar ese deseo, es decir, si va a emigrar efectivamente, solo el 26% dice que es muy probable que vaya a emigrar a Estados Unidos y el 21% emigrará a Costa Rica.
Son porcentajes altos, pero es ahí donde lamentablemente se ve el choque entre la expectativa y la realidad. Yo quisiera salir del país, no obstante lo anterior no me es tan fácil. Hay muchas cosas que hay que arreglar, que hay que pasar, antes de lograr traspasar esa frontera o cruzar ese río.
Amplio consenso: monseñor Rolando Álvarez es inocente
Esta semana monseñor Rolando Álvarez, el obispo de Matagalpa, cumplió 57 años de vida encerrado en una celda de aislamiento en la cárcel modelo condenado a 26 años de cárcel por supuesta traición a la patria. En la encuesta, el 72% de la población dice que está en desacuerdo con el encarcelamiento de monseñor Álvarez, que él es inocente y que debe ser liberado y solo el 9% dice que es culpable, y está de acuerdo que esté condenado y preso.
Hay un consenso muy fuerte y esta opinión la vemos consolidada en distintas preguntas a lo largo del estudio. Por ejemplo, la gran mayoría de personas considera que los sacerdotes que fueron expulsados del país deben tener el derecho de regresar a Nicaragua y poder participar en sus parroquias libremente.
Hay una opinión también bastante consolidada en toda la población, de que estas persecuciones son injustas de parte del Gobierno hacia los miembros de la Iglesia católica que, al mismo tiempo, cuando consolidamos con otras preguntas y analizamos, tienden a ver estos actos percibidos como corrupción.
Cuando separamos la opinión solamente de aquellos que simpatizan con el Frente Sandinista: 42% dice que está en desacuerdo que monseñor Álvarez este preso, dice que es inocente, un 30.4% dice que es culpable y también hay un porcentaje alto, el 27% que se rehúsa a responder a esta pregunta, pero la mayor parte de las opiniones dicen que es inocente.
Esta es parte de las distintas variables que estamos viendo en el paso del tiempo con respecto al partido sandinista. Hace unos años, veíamos una percepción de los simpatizantes del partido oficial muy consolidada, a donde había un apoyo casi mesiánico hacia sus líderes. Conforme han ido pasando los meses, el partido sandinista ha ido disminuyendo en número de personas que se declaran sus seguidores, pero al mismo tiempo también ya no observamos una opinión consolidada de todos ellos, sino que ya se empiezan a observar también cierto resquebrajamiento de sus posiciones y críticas hacia los líderes de la agrupación.
En el caso de los 12 sacerdotes presos políticos que fueron excarcelados y desterrados al Vaticano, el 46% dice que es positivo que estén libres porque son inocentes. El 26% dice que es negativo, y que deberían estar presos. Y cuando les preguntan sobre el destierro, aumenta considerablemente la opinión de la gente que dice que el destierro es negativo. El 59% dice que deben regresar a sus parroquias en Nicaragua y solo el 18% dice que es positivo que los hayan mandado fuera de su patria.
Es ahí donde vemos la posición que comentaba anteriormente de que ya el mismo sandinismo no está detrás de una sola posición, sino que ya se empiezan a ver diferencias con respecto a la evaluación del actuar de la Administración. Y por el otro lado, vemos una oposición bastante consolidada en su manera de pensar, una mayoría bastante relevante en contra de las acciones de expulsión hacia los miembros de la Iglesia católica, a donde se ve un deseo de que ellos vuelvan, y un rechazo bastante claro al encarcelamiento del monseñor.
Ortega y Murillo los más impopulares
Esta opinión sobre la inocencia de monseñor Álvarez y la demanda de su liberación coincide también con la opinión favorable que tiene la población sobre él. Monseñor Rolando Álvarez, preso político, es la personalidad que genera mayores opiniones favorables con 47% y menores opiniones desfavorables con 33% y le siguen otros dos obispos, el cardenal Brenes, con 46%, y el obispo Silvio Báez en el exilio con 43%. En cambio, los gobernantes Daniel Ortega y Rosario Murillo y su hijo, Laureano Ortega, reúnen el mayor porcentaje de opiniones desfavorables con 46%, 44% y 43% de opiniones negativas.
Ya vimos cómo esta imagen desfavorable se ve reflejada en los problemas que se percibe que tienen en estos momentos los ciudadanos enfrentándose con un gran porcentaje de personas que señalan la corrupción como el principal problema o principal barrera que tiene el país para poder desarrollarse y el rechazo que hay hacia las acciones que se han tomado con los líderes de la Iglesia católica y se expulsión a muchos de ellos hacia el Vaticano. De ahí que por ejemplo, vemos a monseñor Rolando Álvarez y al cardenal, con una imagen bastante positiva de la población, incluso de aquellos que no son católicos.
En el balance de estas opiniones favorables y desfavorables aparecen tres expresos políticos con más opiniones favorables que desfavorables: Miguel Mora, Juan Sebastián Chamorro y Medardo Mairena y también tres funcionarios públicos Fidel Moreno, el general Julio César Avilés y Gustavo Porras de la Asamblea Nacional. ¿Qué significa este balance de opiniones, es una aprobación o desaprobación política?
Es la imagen personal que tienen estos líderes, estas personas que son ya bastante conocidas por la población. No obstante, lo anterior, y lo vamos a ver después cuando conversemos sobre los partidos políticos, son también personas que no han logrado consolidar una posición o un número de seguidores fuerte fuera de lo que es el sistema sandinista o la gente en oposición o sin partido, dado que también tienen un alto porcentaje de opiniones desfavorables cuando se compara con las positivas que también reciben.
La caída de la simpatía por el FSLN
Cuando preguntan sobre cuál es el partido político de su preferencia, ninguno obtiene el 67 %. El Frente Sandinista tiene 15%. En la encuesta de junio era 14%, otros partidos legales 13%, y otros movimientos opositores 5%. ¿Este 15% del Frente Sandinista ya es también una tendencia?
Viene definitivamente cayendo. Es una tendencia que se ha mantenido en los últimos dos años, que inició fuertemente con la crisis de los estudiantes. A partir de ahí vemos cómo va paulatinamente disminuyendo y llegando ahora y manteniéndose en los últimos meses entre 14, 15, 16%. Lo que estamos notando en estos momentos es que ya incluso este este 15% tiene señales de que no está tan fuerte como lo estuvo en estudios anteriores, porque antes veíamos cómo había siempre un 15%, un número prácticamente total, similar a lo que eran los seguidores del sandinismo, opinando constantemente todo en favor del Gobierno. Ahora, ya dentro de los mismos sandinistas, estamos observando que hay ciertas posiciones en donde ya no califican de una manera sobresaliente el actuar de sus líderes. Eso no lo observábamos anteriormente, ya hay aproximadamente un 25% de quienes se declaran seguidores del partido oficial que empiezan a criticarlo.
Las expectativas de futuro: ¿Qué tan probable crees que en 2026 se celebren en Nicaragua elecciones libres? Poco probable dice 39%, improbable 18%, probable 21% muy probable 13%, no sabe o no responde 9%. Es decir, si agrupamos la respuesta negativa o pesimista, el 57% considera que es improbable que se celebren elecciones libres y el 34% dice que es probable.
Algo que estamos viendo en estos resultados y que también se consolida con las entrevistas a profundidad que realizamos y otros estudios, es la baja credibilidad que están teniendo las instituciones públicas en el país. El Tribunal Electoral no se salva de esa percepción negativa y ya un 57%, o sea, tres de cada cinco personas consideran que es poco probable. Ya tienen dudas sobre los resultados de que se realiza una elección limpia y con todos los estándares que esperaríamos en cualquier país democrático libre.
La pregunta sobre la sucesión en el régimen es ¿qué tan probable cree que en 2026 se elija Rosario Murillo como sucesora de Daniel Ortega? Poco probable dice 29%%, improbable 15%, probable 25%, muy probable 19%. Si agrupamos esas dos tendencias, son exactamente iguales. Improbable dice 44%. Probable dice 44%.
Aquí nuevamente vemos incluso a donde se empieza a quebrar la misma posición del partido sandinista y sus seguidores. Anteriormente veíamos un porcentaje bastante más alto de sandinistas que ya veían en la actual vicepresidente, la sucesora de Daniel Ortega, también cuando relacionamos la validez de unas elecciones libres con respecto a la sucesión, vemos incertidumbre en ambos lados con respecto a una posible elección de Rosario Murillo y lo que significaría esto en una elección libre.
CID Gallup preguntó qué desea la gente en estas fiestas de Navidad y en 2024. La respuesta que agrupa más opiniones es salud para mi familia 30%, más trabajo y progreso 19%. Y luego otras dos respuestas que son más de la aspiración de la nación, nuevas elecciones libres 18%, paz y democracia 17%.
Son los deseos que pedimos a fin de año en la famosa carta al niño. Tristemente, también cuando pedimos salud y conversamos con los ciudadanos, especialmente aquellos de menores recursos, es porque ya la expectativa de poder estar teniendo los empleos y comida dinero para poder acceder a las necesidades básicas del hogar están siendo difíciles y es por ello que comentamos que, bueno, espero estar mejor, pero ese mejor es porque ya estoy tan abajo que no creo estar peor.
Conforme vamos aumentando el nivel socioeconómico de las personas, donde ya ciertas necesidades básicas del hogar las tengo relativamente cubiertas y es entonces a dónde empiezo yo a desear un cambio para el país, que también directamente impacta en mi vida y en ello entra ya las elecciones libres, un cambio de gobierno, con menor corrupción. Que con ello ya yo espero que no solo la situación bajo mi techo mejore, sino que a nivel general en el país. Y esto lo vemos especialmente en aquellas personas que no son simpatizantes de la agrupación oficial.
La censura y los medios independientes
Por último, una pregunta que tiene que ver con el entorno del país, sobre el grado de libertad, o por el otro lado, de temor y de censura. La pregunta es ¿considera que en Nicaragua se censuran los medios de comunicación críticos del Gobierno? Sí dice el 65%, no dice el 26%. Y ese es un porcentaje bastante similar a aquel que dice que tiene temor de hablar con los medios independientes.
Definitivamente, cuando vemos la oposición al partido sandinista, se observa represión de parte de los entes gubernamentales hacia medios de comunicación, hacia líderes políticos, hacia líderes de la Iglesia católica. Todos aquellos que están expresando una u otra opinión en discordancia con lo expresado por la pareja presidencial, se percibe puede correr cierto peligro. Entonces los medios de comunicación no se ven con la libertad de hablar libremente lo que está sucediendo en el país, sea bueno o malo.
Y sin embargo, la gente sigue informándose a través de los medios independientes. Muchas de las noticias que se transmiten en Nicaragua, las obtienen a través de esos medios, porque los medios oficiales hablan de otra realidad y hay otros medios que están autocensurados.
Cuando conversamos, también la gente se sigue informando en los distintos medios y mucha de la credibilidad se está teniendo de aquellos que son independientes, porque también recordemos la realidad que cada uno en sus hogares está viviendo. Por un lado, se les está presentando un cielo azul sin ninguna tormenta. Por el otro, se les presenta también que hay momentos de días claros, pero también se viven momentos difíciles, expulsión de líderes católicos, encarcelamientos de oposición a donde se oyen distintas, "visitas" a medios de comunicación que no se les deja trabajar.
Todo eso lo escucha la gente y pone en una balanza. Bueno, lo que yo estoy escuchando de un medio de una línea, de medios independientes en otra, y lo que estoy viviendo yo en mi casa. Al final la credibilidad cada ciudadano la otorga, pero entonces es muy difícil también creer en ciertos medios oficiales, cuando la situación que yo estoy viviendo directamente y los seres allegados a mí es otra.
El factor miedo: cómo se hace una encuesta bajo dictadura
Esta encuesta se hizo de forma telefónica entre 800 ciudadanos de todo el país, mayores de 18 años, con teléfonos celulares activos entre el 17 de octubre y el 15 de noviembre de este año. ¿Cómo se selecciona la muestra y cuál es su representatividad?
Si, la muestra, la seleccionamos aleatoriamente de todos los teléfonos celulares activos. Tenemos una base con todos las raíces genéticas activas en estos momentos en la telefonía nicaragüense y con ella se generan aleatoriamente los últimos cuatro dígitos. A estos les estamos llamando para tener una representatividad de toda la población nicaragüense residente en el país en estos momentos. Con ello nos aseguramos de tener cobertura en todos los departamentos y las distintas edades y educación de la población de 16 años y más.
Pero tomando en cuenta que en Nicaragua se vive bajo un estado policial y no hay libertad de expresión, ¿Cómo logran entrevistar efectivamente a esas 800 personas? ¿A cuántas personas llamaron para poder obtener esas respuestas?
Logramos conversar con aproximadamente 9000 personas, antes de que lográramos encontrar a esos 800 ciudadanos que estuvieran dispuestos a conversar con nosotros. Es una incidencia un poco más baja que lo que encontramos en otros países, dadas las distintas situaciones que se están presentando en Nicaragua en estos momentos. Una vez que el ciudadano decide hablar con nosotros, se ha generado esa empatía, donde las respuestas que nos está brindando son las que la persona considera.
Estadísticamente, la encuesta tiene un margen de error de + -2.93% y un nivel de confianza del 95%. Pero ¿qué nivel de confianza real le atribuyen ustedes a estas respuestas? ¿Influye de alguna forma lo que en Nicaragua se habla del factor miedo para opinar o de desconfianza en los encuestadores?
Definitivamente, entra el factor miedo en aquellas personas que nos están rechazando la entrevista. Una vez que contestan el teléfono entran en la confianza de que saben que somos nosotros, saben que se le está llamando de un número en el extranjero, normalmente el temor se disminuye y se oyen ya respuestas honestas a las preguntas. Pero todo el proceso inicial, aproximadamente de 8000 a 10 000 cuando ya alguien me contestó al otro lado con el que hablamos y le dijimos que, por favor, de una entrevista que le estamos llamando de Costa Rica, que es sobre temas generales. A partir de ahí tenemos que generar una confianza, una relación positiva, informante-entrevistador, que nos permita obtener respuestas honestas.