25 de septiembre 2023
La segunda posposición del inicio de clases, ahora indefinida, en la universidad estatal Casimiro Sotelo, tras la confiscación ilegal de la UCA, es una demostración de “ineptitud e incompetencia del Gobierno, no tienen estudiantes, no hay presupuesto, no han resuelto el problema de los profesores, y no saben qué hacer con una universidad de verdad”, afirma el académico Ernesto Medina.
Mientras tanto, más de 5000 estudiantes se encuentran en un limbo, y por lo menos la mitad de ellos están aplicando a las universidades jesuitas de El Salvador y Guatemala, para convalidar y continuar sus estudios, pero aún no existe una solución a corto plazo a sus expectativas.
En una entrevista con Esta Semana y CONFIDENCIAL, el exrector de la UNAN León y de la UAM, analiza la expectativa que tienen más de 2500 estudiantes de la UCA, que aspiran a seguir estudiando en las universidades jesuitas de Centroamérica, y el problema, más complejo aún, que enfrentan los universitarios que ya habían concluido su pénsum académico, y que sólo les faltaba algún trámite para que le entregarán el título.
Este lunes deberían empezar las clases en la nueva universidad estatal Casimiro Sotelo, después de más de un mes desde la confiscación ilegal de la UCA, pero el rector Alejandro Genet pospuso por segunda vez y ahora, dice, de forma indefinida, el inicio de clases. ¿Qué significa esta nueva posposición?
No es más que una demostración de ineptitud, por un lado, de incompetencia por el otro, y un desconocimiento total de lo qué significa administrar una institución de educación superior seria. Ellos están acostumbrados a creer que una universidad es una cuestión de tiza y pizarrón y de gente que agacha la cabeza y obedece lo que le dicen. Se encuentran frente a una realidad diferente, de una universidad de verdad, y no saben qué hacer con ella.
¿Hay algún problema presupuestario? ¿Puede el Gobierno asumir el presupuesto de la Universidad?
Otro de los problemas es ese, presupuestario, y tiene varios orígenes. Primero, la falta de previsión total y de haber creído que sólo era cerrar y volver a abrir como han hecho con las otras universidades. Se están encontrando que un gran número de muchachos no les aparecen porque no quieren estudiar en esa universidad. El tema de los profesores tampoco lo han resuelto y no hallan cómo hacer con el financiamiento porque la UCA. Una buena parte de sus estudiantes, becarios sobre todo, estaban siendo financiados con apoyos, con ayuda de gente solidaria y esa gente desapareció. No tienen cómo cubrir ese hueco presupuestario.
Y por otro lado, el golpe que ya venía recibiendo la UCA desde hacía tiempo con las reducciones de presupuesto, ahora les está cayendo a ellos, como “papa caliente". Del 6% es imposible que saquen porque significa recortar del presupuesto de las otras universidades y ninguna está dispuesta a soltar presupuesto. Y del presupuesto estatal, a estas alturas de la ejecución, no creo que puedan sacar recursos. Imagino que ahorita están tratando de negociar con los diferentes sectores que reciben presupuestos para ver quién sacrifica algo para mantener el mínimo posible de la UCA. Pero esto ya significa un daño enorme, porque hay cosas que no las van a poder financiar.
Esta nueva universidad estatal, a estas alturas ni siquiera tiene una personería jurídica, es decir, no se ha aprobado una ley en la Asamblea Nacional que la haya creado. ¿Qué consecuencias tiene que la universidad estatal Casimiro Sotelo legalmente ni siquiera existe?
Nadie confía en esta institución y por eso no le están llegando estudiantes y es una de las razones por la que están posponiendo la apertura. La otra, es que están quedando en evidencia como unos salvajes irresponsables que toman decisiones que son trascendentales para el país con el hígado. Porque eso es lo que han hecho con el cierre de la UCA. Sin haber examinado bien la situación, y sin haber preparado las condiciones para garantizar un mínimo de la continuidad de la que hablan en el seno del CNU (Consejo Nacional de Universidades).
Y este trámite, en los otros casos lo han hecho casi inmediatamente, a los dos o tres días se reúne la Asamblea y ya tienen listo el decreto del cierre y de la creación de la nueva Universidad. Ahora, cómo creen que pueden hacer lo que quieren y que nadie va a protestar, no le han prestado atención a ese detalle, pero obviamente una universidad sin personería jurídica, sin una base legal, no es nada. Los primeros que lo están resintiendo son sus estudiantes, los profesores y no digamos la comunidad internacional, que está a la expectativa de qué pasa con la UCA.
Más de 2500 estudiantes de la UCA buscan otras universidades
El impacto más visible es en la condición de los estudiantes que están en un limbo. Muchos están tratando de ser admitidos en otras universidades, pero hay otros que están intentando terminar sus carreras. ¿Se puede estimar cuál sería la matrícula de esta nueva universidad estatal?
Yo he escuchado cifras de esta iniciativa que tomaron los jesuitas días después del cierre de la UCA, de abrir un portal donde los muchachos interesados en continuar sus estudios con los jesuitas podían inscribirse reflejando su situación. Han recibido más de 2500 solicitudes. O sea que son 2500 muchachos que no quieren saber nada de esta nueva universidad creada por el Gobierno. Si partimos que la UCA tenía un poco más de 5000 estudiantes, significa que ahorita le están faltando 2500 muchachos. Pero hay un grupo de estudiantes que debe preocuparnos de manera particular, son los que ya habían concluido su pénsum académico, habían cursado todas las asignaturas del plan de estudios y que sólo les faltaba algún trámite para que le entregaran el título. Y estos muchachos y muchachas están en el limbo, no saben qué va a pasar porque no tienen su título.
**Ya terminaron las clases y la UCA no puede entregarles el título y la nueva universidad no ha dicho nada y lo más probable, es que no pueda. Ni los muchachos van a querer recibir un título de una universidad fantasma, pirata, en sustitución de su título de la UCA. Los muchachos que conscientemente decidieron estudiar en la UCA, los que pagaron por la UCA, sabían que estaban recibiendo una educación de calidad y no van aceptar que por esos cuatro años de sacrificio de ellos y de su familia, ahora les den un papel que no sirve para nada. Esa situación debe preocuparnos. porque tiene que encontrarse una respuesta y estos muchachos tienen que recibir el título de la UCA, que es lo que corresponde.
¿Qué pasa con esos más de 2000 estudiantes que han aplicado a las universidades jesuitas? Hay muchas preguntas sobre cuál es la capacidad de absorción que tienen la UCA de El Salvador o la Landívar de Guatemala. Ellos mismos han dicho que no estaban preparados para ofrecer una educación virtual en este momento.
Ellos están tratando de reactivar su oferta de estudios virtuales que tuvieron durante la pandemia. Obviamente en la filosofía educativa de los jesuitas, ellos prefieren el contacto personal con los jóvenes, pero dada la situación, están tratando de reactivar el estudio en línea, pero entiendo que no tienen capacidad para hacerlo con toda la oferta que tenía la UCA.
Entiendo que han hablado con algunos de los muchachos que han mostrado interés en continuar con los jesuitas y les han dicho que una de las opciones es que tengan que trasladarse a El Salvador o a Guatemala. Obviamente esto sólo podrá hacerlo un grupo muy pequeño de estudiantes de la UCA. Para poder vivir en El Salvador, por los datos que hemos recabado, anda por los 600, 700 dólares mensuales, viviendo como estudiante modestamente, en Guatemala es más caro, de 900 a 1000 dólares. Entonces no todos van a poder hacerlo.
Nosotros estamos viendo con un grupo de amigos, cómo podemos ofrecer estudios virtuales, tenemos la experiencia de los miles de muchachos y muchachas que están en Costa Rica, y que la mayoría está viviendo en condiciones muy difíciles y que no han podido reanudar los estudios.
¿Pero estás hablando en nombre de una institución académica, universitaria?
Es una iniciativa de amigos de la UCA y de Nicaragua. Estamos hablando con instituciones universitarias. La respuesta final la tendrán las universidades. Estamos identificando en la región qué universidades, que tengan un mínimo de calidad, tienen una oferta de estudio en línea que podría ser aprovechada por estudiantes de la UCA. Estamos en comunicación con los jesuitas porque quisiéramos articular este esfuerzo con lo que ellos están planificando.
¿Un ministerio de educación superior?
¿Qué pasa con el cuerpo docente de la UCA, con sus profesores y también con el personal administrativo? Prácticamente han estado cesantes más de un mes.
Del personal directivo, sé que todos están fuera de la UCA, no tienen acceso a ninguna información. Del personal administrativo, no sé. En la UCA había un sindicato plegado al Gobierno, que ha jugado un papel muy negativo en toda esta tragedia. El personal administrativo no creo que tenga muchos problemas. De los profesores sí creo que hay gente y por lo que he escuchado al rector, que están revisando minuciosamente los expedientes de estudiantes y profesores, me imagino que están revisando gente que no les resulta muy confiable y seguramente que no van a poder continuar en la UCA.
Me temo que muchísimos profesores en las condiciones actuales en que esta esa universidad, tampoco están dispuestos a trabajar. Yo creo que es otra de las razones para ir posponiendo la apertura que no tienen garantizado el cuerpo de profesores y se salen improvisando con profesores que vienen de los cuadros directivos de UNEN, como han hecho en otros lados. En la UCA eso tampoco les va a funcionar porque los muchachos no van a aceptar ese tipo de profesores.
Coincidiendo con la crisis de la confiscación de la UCA, en las universidades estatales controladas por el Frente Sandinista están discutiendo el borrador de un proyecto para crear un Ministerio de Educación Superior, porque dicen que el modelo del Consejo Nacional de Universidades ya se agotó. ¿Para qué necesitan ahora un nuevo ministerio?
Para afianzar el control total que quieren tener sobre las universidades, porque todo esto que han hecho en estos últimos dos años tenía como objetivo el control político total de las universidades para que no vuelva a repetirse una situación en la que de las universidades salgan los muchachos a protestar y a movilizar a la población para que eleve la voz y exija al Gobierno. Pero esto no es más que el regreso al pasado.
Se está tratando es de revivir la situación de los años ochenta, donde el Consejo Nacional de Educación Superior, el CNES, jugaba el papel de un Ministerio de Educación Superior. En esa época, los que decidían sobre la educación superior en Nicaragua eran los asesores cubanos que venían desde la realidad cubana, donde hay un Ministerio de Educación Superior y seguramente que ellos no lo hicieron en aquel momento porque había una sola universidad pública, que la dividieron, precisamente, por influencia de estos asesores.
Había un poco de escrúpulo, porque el triunfo de la Revolución fue posible gracias a que había un discurso de economía mixta, de pluralismo, tener un Ministerio Educación Superior que por naturaleza tenía como objetivo acabar con la autonomía universitaria y establecer una línea vertical desde el Gobierno hacia las universidades. Eso, pues, no caía muy bien, pero de hecho eso fue lo que sucedió.
Ahora ellos ya se dieron cuenta que, en su proyecto de control, la Ley 89 -Ley de Autonomía de las Instituciones de Educación Superior- crea muchas ambigüedades y por eso la manera de resolverlo es eliminando el CNU, creando este Ministerio, y de una vez, todas las universidades privadas que antes no se sabía exactamente quién las gestionaba administrativamente, ahora van a estar sujetas también a la autoridad de este ministerio.