21 de septiembre 2023
La mayoría de las 16 presas políticas del régimen orteguista, recluidas en la prisión de mujeres La Esperanza, en Tipitapa, permanecen en huelga de hambre desde hace diez días, en demanda de atención médica oportuna, acceso a agua potable de calidad y patio sol.
Desde su ingreso al penal, las reas de conciencia han sido sometidas al aislamiento. Todas permanecen en una sola galería de máxima seguridad, en celdas compartidas en entre dos o tres, confirmó la activista y opositora, Ivania Álvarez. No pueden comprar agua fresca en la tienda de la Penitenciaría, por lo que están obligadas a tomar el agua caliente que sale de la tubería, son fotografiadas al momento de recibir las medicinas que sus mismos familiares les llevan o cuando les entregan paquetería, además de no recibir atención médica de calidad, agregó Álvarez.
Las mujeres tampoco tienen derecho a actividades recreativas o a visitas sin vigilancia. Una fuente cercana a las presas políticas confirmó a CONFIDENCIAL que esta huelga de hambre es el único recurso del que se valen para expresar la “desesperación de estar ahí”, especialmente, las reas de conciencia que tienen hijos menores de edad.
“Estamos muertas en vida” le refirió una presa política a la fuente. Por su parte, familiares de la reconocida soprano de Niquinohomo, Masaya, Olesia Muñoz, de 52 años -y quien fue encarcelada en 2018-, dijeron a Voces en Libertad, estar preocupados por su salud, ya que podría descompensarse por su reclusión en un calabozo extremadamente pequeño y sin luz; principalmente, tras ser diagnosticada con diabetes.
“Las reclusas llevan varias semanas respirando su mismo aire y sin derecho a horas de patio sol”, dijo desesperado el familiar de Muñoz.
“Las tienen en celdas de castigo, ´la chiquita´, donde mandan a las (presas) comunes. Es un lugar horrible de castigo. Ahí un par de reclusas se escaparon de ahogar, ahora imagínate tres personas ahí dentro. Es un lugar muy oscuro”, denunció.
Las presas políticas están cansadas de ese aislamiento y lo que están pidiendo es que se les trate con los mismos derechos que tienen las reas comunes, reclama Álvarez. Como parte de la conmemoración de las fiestas patrias, las presas comunes realizaron un desfile, en el que además de ondear la bandera nacional, también se reconoció la enseña del Frente Sandinista.
Hasta ahora se desconocen detalles de cómo se está desarrollando la huelga de hambre, y sí ha habido algún tipo de represalia por parte de las autoridades penitenciarias.
“Esa huelga de hambre es positiva porque desde que se las llevaron a La Esperanza no reciben patio sol. Las tienen aisladas de las reas comunes porque habían presas que las ayudaban y se solidarizaron con ellas. Ahora, desde donde se encuentran, pueden gritar, lamentarse y nadie las oye”, señala el familiar de Muñoz.
16 presas políticas del régimen orteguista
A excepción de Martha Candelaria Rivas Hernández, de 44 años, que permanece en el Sistema Penitenciario de Granada, el resto de presas políticas está en La Esperanza.
Anielka Lucía García Zapata (27 años), Brenda Lee Baldelomar Alemán (48 años), Nelly Griselda López García (41 años), Olesia Muñoz Pavón (51 años), Martha Lorena Centeno Marín (49), Ivonne Patricia Espinoza Hurtado (56 años), Hazel del Socorro Martínez Ulloa, Melba Hernández (54 años), Adela Espinoza Tercero, Gabriela Morales, Mayela Campos y otras cuatro mujeres en anonimato, conforman la lista de reas políticas, según la actualización de agosto del Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas.
Según familiares de Muñoz, la rea de conciencia sufre el desprecio y la discriminación de las autoridades carcelarias. Relataron que las presas políticas son asistidas con “carretillas” durante la entrega de paquetería. Sin embargo, a Muñoz le negaron ese beneficio y estuvo obligada a cargar su paquetería. Y debido a una lesión en su brazo, no pudo sostener todos los productos y su comida y refresco terminó en el suelo.
“Nadie le ayudó con la paquetería, ni con la carretilla, ni la funcionaria. Todo el fresco se le derramó, se le cayó todo de las manos. Es grosería, no son humanos”, se quejó indignado el familiar.
De las 16 presas políticas, cuatro ya fueron condenadas por delitos como menoscabo o propagación de noticias falsas. Otras seis reas de conciencia están siendo procesadas y de los seis casos restantes se desconoce cuál es su estatus jurídico debido al hermetismo impuesto por la justicia orteguista en los procesos judiciales.
Los defensores de derechos humanos han señalado que los presos políticos recurren a someterse a una huelga de hambre como último recurso de protesta ante las constantes violaciones de sus derechos, a sabiendas que arriesgan su salud y vida. Según el Mecanismo en Nicaragua existen 89 personas privadas de su libertad por razones políticas, pero podrían ser más, debido a que muchos casos siguen en investigación y aprobación de sus familiares.