15 de septiembre 2023
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Nicaragua no se vestirá de azul y blanco en sus fiestas patrias, por cuarto año consecutivo, porque la población teme ser criminalizada y encarcelada por el uso del pabellón nacional, símbolo de la resistencia cívica en 2018, de acuerdo con algunos pobladores con los que conversó CONFIDENCIAL.
La ministra de Educación, Lílliam Herrera, incentivó el uso de la bandera en las afueras de las viviendas del país, pero la vicepresidenta Rosario Murillo aclaró que este es el “mes del azuliblanco y el rojinegro liberadores”.
Luisa, habitante de Managua, siempre izaba la bandera nacional en septiembre. La colocaba en la parte más alta de un árbol de mango en su patio. Pero desde 2018, cuando el régimen orteguista empezó a castigar con cárcel a quienes enarbolaban la bandera, y que no fueran sus partidarios, decidió no volver a usarla para “evitarse problemas” con los Consejos del Poder Ciudadano (CPC), el eslabón represivo de la dictadura en los barrios.
“Yo sacaba la bandera por patriótica, pero ahora no miro eso en ningún lado”, comenta la ciudadana.
Cada septiembre Javier colocaba una bandera azul y blanco en su vehículo. Era una forma de mostrar orgullo por su país. Sin embargo, desde que inició la crisis sociopolítica, lo único que siente “es lástima” por el rumbo incierto de Nicaragua y por eso —”no por miedo”— no usa más la bandera.
“Algunos pensarían que estamos en cualquier mes del año, menos en septiembre. Solo por las bandas (escolares), no hay nada patriótico”, opina.
El emblema patrio se convirtió en símbolo del movimiento autoconvocado en 2018. La Policía persiguió a cualquier ciudadano que izara la bandera en la vía pública, viviendas o vehículos. Los únicos que han podido enarbolarla con seguridad son los partidarios del Frente Sandinista, pero casi siempre en compañía de la rojinegra.
No creen en la palabra de la ministra de Educación
En el acto inaugural de las fiestas patrias 2023, en las que se conmemora el 202 aniversario de la independencia de Centroamérica de la corona española y el 167 aniversario de la Batalla de San Jacinto, la ministra de Educación alentó el uso de la bandera nacional. El llamamiento fue inusual, tras cinco años en los que el régimen se apropió del símbolo patrio y ordenó la persecución y cárcel a los opositores que la portaban en las calles o sus vehículos.
Por esos antecedentes y la permanencia del estado policial de facto impuesto por la dictadura desde septiembre de 2018, Claudia, originaria de Matagalpa, no creyó en las declaraciones de la ministra.
“Eso es una mentira. En las calles no se ven banderas, hay mucho temor, mucho miedo porque portar una bandera azul y blanco significa oposición al Gobierno. Eso no se puede hacer en estos momentos, hasta el día que estemos libres de dictadura”, señala.
Camila coincide con Claudia. Esta ciudadana originaria de Jinotega afirma que en esa ciudad norteña no se ven banderas nacionales en los portales de las viviendas “porque a la gente le da miedo”. Las banderas fueron colocadas únicamente en las escuelas y en los buses.
Retiran bandera de colegios parroquiales
La investigadora Martha Patricia Molina, quien mantiene un monitoreo de los ataques del régimen contra la Iglesia católica, sostiene que la Policía llegó a varios colegios parroquiales a retirar las banderas de Nicaragua que se observaban desde fuera de los centros escolares.
“Únicamente quitaron las que estaban en las astas puestas y recomendaron a los sacerdotes que no las volvieran a colocar porque sino iban a volver a recibir una visita o iban a ser llamados a la delegación policial”, dijo Molina a CONFIDENCIAL.
En el colegio de los hijos de Claudia, en Matagalpa, solamente adornaron de azul y blanco los salones de clases, pero no hubo banderas en la parte externa “por precaución”.
En las escuelas públicas, instituciones del Estado y algunos buses interlocales y rutas urbanas en Managua predomina el uso de la bandera nacional. Mientras que en los diferentes actos estatales permanece el uso de la bandera rojinegra junto a la enseña nacional.
Además, en los colegios estatales, el orteguismo utiliza las fiestas patrias para promover la propaganda política, destacando figuras claves del Frente Sandinista, como la misma pareja presidencial.
En un reportaje de la Revista Niú, publicado en 2019, el historiador Bayardo Cuadra (q. e. p. d.) explicó que desde que el FSLN obtuvo el poder en 2007, los símbolos patrios han sido secuestrados y, a su vez, reemplazados por los símbolos propios de este partido político.
“Los sandinistas como son totalitarios querían cambiar todo en Nicaragua, querían que nos olvidáramos de lo anterior y al final no les ha dado ningún resultado. Y eso nunca antes había sucedido en Nicaragua. (Entonces hubo) una especie de secuestro de los símbolos patrios”, indicó el historiador.
Escasa venta de banderas en Managua
En un reportaje publicado en agosto de 2023 por CONFIDENCIAL, comerciantes y dueños de librerías aseguraron que la gente no compra banderas por “miedo”. Y solamente se venden para uso escolar. La demanda era muy escasa, dijeron.
Esa realidad no cambió en esta semana patria. Este medio de comunicación constató que los vendedores ambulantes, que se ubican en los diferentes semáforos de Managua y adaptan su oferta de productos a las principales efemérides del año, no están vendiendo banderas azul y blanco.
Escasamente, solo dos personas en diferentes puntos de la capital tenían banderas nacionales.
La precaución es evidente entre los comerciantes, ya que la dictadura, en años anteriores, encarceló a vendedores por ofrecer el pabellón azul y blanco, como ocurrió con Tania Isabel González Solís, arrastrada por policías de San Carlos, Río San Juan, el 25 de agosto de 2020.
