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Empresas de Zona Franca han perdido 15 000 empleos en 2023

Bajan exportaciones, empresas reducen personal, vacaciones forzadas, y trabajadoras se han ido del país

Trabajadores de una zona franca en Managua

Trabajadores de una zona franca en Managua. Foto: Archivo

Iván Olivares

11 de septiembre 2023

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Cuando New Holland Apparel cerró su fábrica en Nicaragua, a finales de mayo de 2021, “Fernando” fue uno de los varios miles de trabajadores que de pronto se vio en el desempleo. Poco más de dos años -y dos empresas de zona franca después- no descarta que cualquier día le digan que no vuelva más, en especial porque ha visto cómo se va reduciendo la planilla.

“A la mayoría de los trabajadores solo les están pagando el salario básico, además que están despidiendo gente porque al no haber contratos, no están comprando materia prima, y a los que seguimos ahí, nos ponen metas altísimas porque hay menos gente para fabricar, y como no logramos cumplirlas, sacamos solo el básico”, detalló “Fernando”.

Según este informe del Banco Central de Nicaragua (BCN), entre enero y julio de este año, las exportaciones de Zona Franca disminuyeron 6.4% (USD 143.1 millones), a pesar que hubo un aumento interanual promedio de 4.1% en los precios de los bienes de zona franca. Por rubro, las mayores caídas fueron en textiles (-USD 195.0 millones); aceite de palma (-USD 18.7 millones); productos de la pesca (-USD 18.6 millones), y cartón (-USD 12.5 millones), lo que fue parcialmente compensado por aumentos en la exportación de arneses (USD 129.1 millones) y tabaco (USD 25.5 millones).

El resultado es una disminución de más de 15 000 puestos de trabajo en una industria que llegó a emplear a casi 141 000 personas en agosto del año pasado, aunque “Cristopher”, un padre de familia que tiene más de dos décadas de trabajar en empresas del sector textil -primero como operario, y más recientemente, como supervisor- tiene una teoría adicional: la migración.


“De una pelota de ocho amigos que tenía en la última empresa de zona franca en la que trabajé por seis años, solo quedamos dos. Los otros seis se fueron a Estados Unidos”, refirió. “Antonio” coincide con él, al relatar que sus compañeros de trabajo comentan los planes que están haciendo para renunciar e irse del país buscando mejores oportunidades en otro lado para mejorar su nivel de vida, y más al ver las limitaciones que ponen muchas empresas para contratar personal.

“Fernando” complementa esta tesis, al aseverar que las empresas están despidiendo personal porque no consiguen renovar los contratos internacionales para elaborar prendas, mayoritariamente para el mercado estadounidense, pero señala que hay gente que renuncia para irse del país, agobiada por el incumplimiento de pago, malas condiciones laborales, y bajos salarios. “Creo que unos 500 trabajadores de la empresa en la que estoy, se han ido del país porque la vida está dura, la canasta básica está cara, y con un salario de 3000 córdobas (unos USD 82) no alcanza para una familia de cuatro o cinco integrantes”, valoró.

Vacaciones forzadas

Las historias compartidas por “Fernando”, “Cristopher” y “Antonio”, revelan un panorama en el que las empresas de Zona Franca tratan de adecuar su plantilla para sobrevivir, en un entorno en el que escasean las órdenes para fabricar nuevas piezas de vestir lo que, a su vez, se ve reflejado en la menor compra de materia prima en los mercados internacionales, al punto que las importaciones de zona franca disminuyeron 19.0% (-USD323.5 millones), indicó el citado informe del BCN.

“Cristopher” refiere la situación de una empresa que cerró varias líneas de producción porque su cliente estadounidense dejó de pedirle ‘pantalones de trabajo’ (jeans, básicamente), así que tuvieron que despedir a unas 200 personas, “casi la mitad del personal”. Otra empresa que también fabricaba prendas para el mismo cliente extranjero, tuvo que despedir personal, narra recordando otra empresa que cerró un módulo completo, donde había 160 personas.

“Antonio” -que trabaja en una de esas empresas- recuerda que cuando comenzó a trabajar ahí, a principios de este año, “la situación era regular, pero se puso crítica en mayo, cuando comenzaron a darle a la gente dos días de vacaciones a la semana, porque no había material para trabajar, y le redujeron la tarea diaria a las líneas de producción”.

Él y el resto de sus compañeros de trabajo están angustiados porque les dieron tres días (del lunes 11 al miércoles 13) a cuenta de vacaciones, pero no saben si será solo por comodidad administrativa, para que vayan “limpiando” días de vacaciones, o si la falta de material que han venido observando es señal de que vienen nuevos despidos.

“En una línea de producción de pantalones están sacando 600 piezas diarias, cuando antes sacaban más de mil al día. Si antes había dos contadores por línea, ahora solo hay uno”, explicó relatando que los trabajadores más antiguos le cuentan que han despedido bastante personal. Como resultado, los que quedan tienen que asumir más funciones… aunque ganan un poco más, porque les pagan por producción.

Después de ver cómo en la empresa que estaba antes, bajó la productividad por falta de materia prima después que les cancelaron varios contratos para producir chaquetas y pantalones cortos, y los problemas que hay en la empresa actual, con pobres condiciones laborales, atraso en los pagos (incluso al personal de Recursos Humanos), “Fernando” teme que pronto tendrá que volver a salir a la calle a vender alimentos para alimentar a su familia.

En 2021, cuando estuvo desempleado cinco meses, él y su esposa se pusieron a vender platanitos con ensalada; hielo; frijoles cocidos... no ganaban mucho como para decir que podían progresar, pero “sí para medio comer”. A inicios de 2023, cuando volvió a quedarse sin trabajo por otros cuatro meses, volvió a vender platanitos y frijoles cocidos, además de trabajar como barbero, así que sabe (o espera) que “de hambre no nos vamos a morir”.

Y si todo le falla, siempre le queda la opción que muchos han tomado antes que él: emigrar.

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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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