31 de agosto 2023
Ante la alerta fitosanitaria declarada esta semana por el Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA) por la presencia en el país del caracol gigante africano, el epidemiólogo Leonel Argüello advirtió que la baba de este molusco es “muy peligrosa” para el ser humano, debido a que este caracol es “huésped de un parásito” producido por las ratas.
“Las ratas tienen en sus pulmones un parásito. Ese parásito ellas lo defecan y dejan las heces fecales en diferentes lugares. Y cuando este caracol se va moviendo, encuentra las heces fecales, se las come y le entra el parásito sin afectarlo. Una vez que ya le entró el parásito, este madura adentro del caracol y luego él lo expulsa a través de su baba”, explicó Argüello.
Agregó que, si el caracol gigante está de forma silvestre en el país, cualquier persona que lo toque o que tenga contacto con el rastro de baba o que consuman una fruta o vegetal infectado estaría en riesgo de contagiarse con el parásito.
El parásito “no se va a pasar por la mano, el problema con la mano es que las personas se tocan la boca, la nariz y los ojos”, precisó el epidemiólogo. Entonces, “si alguien toca al caracol o la baba, tiene que lavarse las manos inmediatamente y notificar a las autoridades”, apuntó.
Síntomas comunes
Argüello indicó que si alguna persona se contagia con el parásito, transmitido por la baba del caracol, podría presentar “síntomas que no son muy específicos”, como fiebre, dolor de cabeza, dolor en el cuerpo, lo que complica el diagnóstico médico.
Con esa sintomatología el médico podría sospechar que es “covid, influenza, dengue, una infección urinaria, una infección en la garganta. Es muy inespecífico, es muy difícil poder identificarlo”, subrayó Argüello durante una entrevista en el programa Esta Noche.
Además, indicó que en el país no hay “diagnóstico de laboratorio” para identificar este tipo de parásito, debido a que la presencia del caracol gigante africano es algo que no se veía en la región de Centroamérica hasta que fue detectado en Nicaragua la semana pasada.
Lo que sí puede hacer el médico si una persona presenta alguno de estos síntomas es “preguntar al paciente” si ha estado en contacto con el molusco o si vive o ha estado recientemente en Ticuantepe, donde fue establecida la zona afectada por la plaga.
El epidemiólogo también señaló que en la literatura médica “hay muy poca información” sobre la enfermedad causada por el parásito transmitido por la baba del caracol gigante africano. Agregó que existen pocos casos conocidos y que la mayoría están en África, donde la información no fluye rápidamente como en el resto del mundo.
“Hay un tratamiento que se da, que es antiinflamatorio, para que se inflame menos todo lo que son los nervios. No se da un medicamento para el parásito, porque eso no funciona, más bien se ha visto que exacerba el problema”, dijo.
Cuarentena es para estar alertas
Sobre la cuarentena establecida por el IPSA en un sector de Ticuantepe, donde fue detectado el caracol, el epidemiólogo señaló que ese es el procedimiento adecuado y que la medida se debe mantener hasta que haya “un control de foco” y un proceso de desratización.
Aclaró que la “cuarentena” no implica que la población no pueda salir de sus casas, como se hizo durante la pandemia del covid-19. Lo que se busca es que la población esté alerta y que notifique a las autoridades correspondientes en caso de que encuentren alguno de estos moluscos.
La semana pasada, después de haber alertado de la presencia del molusco, el IPSA habilitó la línea telefónica 2298-1330 para reportar la presencia del caracol gigante africano.
La recomendación principal es “el lavado de manos y el lavado de las frutas y verduras antes de consumirlas”, subrayó Argüello.