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El golpe al IHNCA: La dictadura confisca las colecciones históricas de la UCA

Una inmensa pérdida para Centroamérica: El Instituto de Historia tiene un acervo de casi 70 000 documentos desde el siglo XVI

Edificio del IHNCA

Vista del edificio confiscado del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, en la UCA. Foto: Tomada de la UCA

Octavio Enríquez

24 de agosto 2023

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Las andanzas del filibustero William Walker, su paso por Nicaragua y Centroamérica en el siglo XIX, cautivaron a Víctor Hugo Acuña Ortega, desde antes de que se convirtiera en un historiador de renombre en Costa Rica y Centroamérica. A medida que escudriñaba en ese episodio, lo inquietó que el relato lo contaban de distinta manera en los países centroamericanos y en Estados Unidos.

El doctor Acuña, quien un día protagonizó el papel —en una dramatización escolar— del expresidente costarricense Juan Rafael Mora (1849-1859), decidió cotejar las versiones sobre la historia del aventurero Walker. El estadounidense llegó a Nicaragua en 1855 y un año después se impuso como presidente del país, instauró el inglés como idioma oficial y ordenó la quema de la ciudad de Granada.

“Si no hubiese tenido acceso al IHNCA-UCA (Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica) no hubiera podido hacer ese trabajo. Allí tuve acceso, además, a mucha bibliografía estadounidense. Esas investigaciones se convirtieron después en un libro y varios artículos”, explica el historiador.

Acuña es graduado en historia de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París (1978), catedrático y profesor emérito de la Universidad de Costa Rica (UCR). Repudia la confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA), en cuyo campus se encuentra el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, que alberga casi 70 000 volúmenes y otros recursos de gran valor para los investigadores de la historia. 

Instituto de Historia “Héroes de Nicaragua”


El régimen de Daniel Ortega ejecutó el robo de las instalaciones el 16 de agosto de 2023, después de congelar las cuentas de la universidad. Una jueza señaló a la institución de funcionar como “un centro de terrorismo” y ordenó la apropiación de los bienes. En cuestión de horas, el Estado bautizó el alma mater como universidad estatal “Casimiro Sotelo”. Izaron una bandera del partido de Gobierno y la “inauguraron” con la presencia de sus nuevas autoridades y las del Consejo Nacional de Universidades (CNU).

El golpe al IHNCA se concretó este miércoles 23 de agosto cuando el Estado lo reinauguró como Instituto de Historia “Héroes de Nicaragua”. Además, en su sede instaló el “Museo de la Cruzada Nacional de Alfabetización”, en ocasión de su 43 aniversario. El acto partidario fue saludado desde los medios oficialistas por la vicepresidenta y número dos del régimen, Rosario Murillo.

“Estaba cerrado ese espacio por los enemigos de la patria bendita y siempre libre. Hoy se reabrió y ahí está el espejo de lo que somos, adónde vamos”, dijo Murillo al rebautizar el IHNCA en su monólogo oficial.

Funcionarios orteguistas participan en la instalación del “Museo de la Cruzada Nacional de Alfabetización”, en la sede robada al IHNCA-UCA. Foto: Tomada de El 19 Digital

Antes de la confiscación de la UCA, el IHNCA era visitado regularmente por decenas de investigadores nacionales e internacionales, que acudían a su biblioteca y centro de documentación a estudiar la historia. Para construir su obra, que ha versado sobre la historia económica, social y cultural de Costa Rica y América Central en los siglos XVIII-XX, el doctor Acuña ha visitado archivos en varios países del mundo, pero también encontró información en Nicaragua. 

En el IHNCA halló colecciones valiosas, entre las que destaca como sus favoritas las de prensa del siglo XIX y del siglo XX. A estas las considera de “un valor excepcional” para conocer la vida cotidiana de Nicaragua y Centroamérica desde hace casi dos siglos.

Una pérdida para ciudadanos del mundo

“La confiscación de la UCA sólo puede ser vista como un crimen contra uno de los pilares de la sociedad nicaragüense”, afirmó Acuña.

“Es también —prosiguió— una inmensa pérdida para todas las personas que, desde distintos lugares del mundo, se interesan por la realidad pasada y presente de Nicaragua y Centroamérica”.

El valor del IHNCA fue reconocido con el premio Príncipe Claus, un galardón entregado en 2009 por la Fundación del mismo nombre con sede en los Países Bajos. El jurado destacó el trabajo riguroso de investigación y sus actividades para proveer el acceso a un patrimonio histórico. En ese momento, calculado en 50 000 volúmenes, además de periódicos, mapas, fotografías, grabaciones orales, vídeos, colecciones de máscaras y otros tesoros invaluables. Y que creció en años posteriores hasta sumar casi 70 000.

El origen del IHNCA se remonta a la fundación de la UCA hace 63 años, y al esfuerzo de los sacerdotes jesuitas Manuel Ignacio Pérezalonso y Álvaro Argüello Hurtado. Ambos se empeñaron en promover el estudio de la historia en Nicaragua y Centroamérica. 

El expresidente Enrique Bolaños otorgó a Pérezalonso, en 2006, la orden Rubén Darío por su aporte como catedrático y profesor “en el campo de la historia y la cultura”. En su última etapa, se desempeñó como rector de la Universidad Iberoamericana y director del Archivo Histórico de la Compañía de Jesús, ambos en México. Argüello, también historiador y educador, fundó el IHNCA y fue uno de sus exdirectores, un hombre humilde y sabio según quienes lo conocieron.

Acervo con información desde el siglo XVI

Las colecciones de los jesuitas son entonces las más antiguas y valiosas de este universo mágico del IHNCA. Tienen información incluso del siglo XVI. El Instituto sumó al patrimonio las donaciones particulares, archivos de intelectuales y la biblioteca del desaparecido Instituto de Historia de Nicaragua (1990). 

Parte de ese acervo es la Colección Dariana, con algunas ediciones príncipes de la obra del padre del modernismo y gran poeta nicaragüense. Así como la inmensa biblioteca del educador Carlos Tünnermann Bernheim. También información del Centro de Documentación de la Costa Atlántica (CIDCA) y bibliotecas personales como la actriz y promotora cultural Socorro Bonilla, fallecida en 2010.

El doctor Alberto Cortés, un prestigioso académico de Ciencias Políticas de la UCR y coordinador de la llamada Cátedra Centroamericana, lamentó el odio particular del régimen de Nicaragua contra todo aquello que pueda “generar pensamiento propio, una alternativa frente a la barbarie”.

Cortés hizo referencia a la represión, ejecutada por Ortega contra la ciudadanía desde 2018, cuando miles de ciudadanos salieron a las calles a protestar contra una reforma inconsulta a la Seguridad Social.

De acuerdo con la CIDH, asesinaron a 355 personas, más de 2000 resultaron heridos y otros miles de ciudadanos se exiliaron. La persecución del Estado ha continuado, sumando centenares de presos políticos, víctimas de fabricaciones judiciales. 

En febrero pasado, 222 de estos reos de conciencia fueron desterrados a EE. UU., despojados de su nacionalidad y declarados “traidores de la patria”. La represión ha cerrado también 27 universidades en dos años.

El profesor Cortés visitó durante tres meses el IHNCA, porque participó en una investigación sobre geopolítica. Reconoce de las autoridades de la institución su trabajo y la generosidad del personal para todos aquellos que llegaban a buscar conocimiento.

Fachada del edificio confiscado al Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, en la UCA. Foto: Tomada de la UCA

El intento por imponer una visión oficial de la historia

“El régimen de Ortega-Murillo no puede aceptar una interpretación de la historia y una construcción de la memoria que no sea la que ellos pretenden imponer”, añadió Cortés, quien dijo sentirse con “mucho dolor”, tras la noticia de la confiscación.

Otro historiador extranjero que visitó el IHNCA, en las últimas décadas, agregó que a los archivos acudieron periodistas, docentes, estudiantes y ciudadanos con un interés más allá de la historiografía. Las bases de datos de la institución sirvieron como fuente de reportajes, material para preparar clases o recurso para realizar asignaciones académicas en las aulas.

“La conciencia crítica no depende solo del acceso a archivos históricos. Un país sin información histórica que recoja diferentes puntos de vista, o que sólo represente el guion oficial o de una élite, pierde parte de su propia identidad. Esta, como sabemos, es factor cohesionador para las sociedades”, explicó.

El historiador Víctor Hugo Acuña Ortega, el investigador que escribió a profundidad sobre el filibustero Walker, lo dice de otra manera. Para él, la confiscación de la UCA es una “nueva tragedia” para Nicaragua y una inmensa pérdida para la ciencia, la cultura y educación centroamericana.

La Compañía de Jesús tiene también la biblioteca José Coronel Urtecho, bautizada en honor del poeta granadino y ubicada en las instalaciones de la UCA. Este centro de documentación fue también fuente de consulta de miles de estudiantes universitarios a lo largo de su historia. 

Un patrimonio de Nicaragua

La confiscación de la UCA provocó el repudio de los gobiernos de  Chile, Colombia y Estados Unidos, así como el rechazo mundial de académicos, la sociedad nicaragüense, centroamericana y de las máximas autoridades de la congregación religiosa que denunciaron la falsedad de las acusaciones del Estado y encontraron estas acciones como propias de regímenes totalitarios

Otro historiador centroamericano recordó bajo condición de anonimato que la colección en el IHNCA es un patrimonio de Nicaragua. Cuidada con esmero por un personal que lo organizaba, catalogaba y colocaba en condiciones adecuadas.

“Ese centro desarrolló a plenitud la misión de la UCA: Investigación, docencia y proyección social. Eso tuvo un efecto en la investigación de calidad, promovió una docencia innovadora, incentivó el pensamiento crítico y fomentó espacios democráticos en las aulas de clase”, explicó el especialista centroamericano.

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Octavio Enríquez

Octavio Enríquez

Periodista nicaragüense, exiliado. Comenzó su carrera en el año 2000, cuando todavía era estudiante. Por sus destacadas investigaciones periodísticas ha ganado el Premio Ortega y Gasset, el Premio Internacional de Periodismo Rey de España, el Premio a la Excelencia de la Sociedad Interamericana de Prensa, y el Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS).

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