21 de agosto 2023
La rapidez con que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo confiscó la Universidad Centroamericana (UCA), el pasado 16 de agosto, dejó “perplejos” a jesuitas y académicos de diferentes partes del mundo. Quienes, valoran que es momento de pasar a la “búsqueda de apoyo internacional” para castigar estas “acciones arbitrarias” y respaldar a la comunidad estudiantil afectada.
Si bien la deriva autoritaria del régimen nicaragüense es ampliamente conocida, “quedamos perplejos de ver hasta dónde llega el afán por concentrar el poder y el totalitarismo”, expresó el rector de la Universidad Alberto Hurtado, de Chile, y vocal del Consejo Directivo de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL), Eduardo Silva.
Manifestó que los miembros de la Compañía de Jesús están “indignados” por lo sucedido con la UCA de Nicaragua. Pero valoró que es momento de “pasar de la perplejidad a buscar apoyo internacional”, puesto que la concentración de poder “es intolerable”.
Silva destacó que hay algunos instrumentos internacionales mediante los cuales podría castigarse a los responsables de lo sucedido con la UCA de Nicaragua, pero advirtió que desconoce su eficacia.
“Sabemos que los países estarían facultados para pedir la extradición de algún funcionario del régimen cuando no esté en Nicaragua. Pero eso depende de los propios poderes judiciales de cada uno de los países”, dijo durante una entrevista en el programa Esta Semana.
“Lo que nosotros podemos hacer es crear más conciencia de la injusta situación que está padeciendo el pueblo de Nicaragua”, advirtió Silva.
Para el rector de la Universidad de Costa Rica (UCR), Gustavo Gutiérrez Espeleta, todas las instituciones de educación superior tienen el deber moral de condenar “este acto atroz de represión”, solidarizarse con el pueblo de Nicaragua y reclamar ese derecho a la educación superior, libre, crítica y de calidad.
Gutiérrez Espeleta advirtió que la confiscación de la UCA tendrá un impacto negativo en el desarrollo de investigaciones e incluso en el desarrollo del país. “Es algo extremadamente lamentable, a lo cual hay que poner muchísima atención”, subrayó.
Acoger a la comunidad educativa
Silva también indicó que la asamblea de AUSJAL se reunirá en los próximos días y que tratarán de “ver cuáles son los caminos con los que podríamos colaborar y con los que podríamos ayudar” a la comunidad estudiantil de la UCA.
Advirtió que todavía no tiene una respuesta sobre las acciones que realizarán las universidades jesuitas, pero indicó que hoy día las comunicaciones a distancia permiten ofrecer posibilidades educacionales más allá de las fronteras.
“Tendremos que verlo, tendremos que estudiarlo. Nosotros estamos como ustedes, tan sorprendidos como ustedes, tan perplejos, y tendremos que pasar de la perplejidad a la acción”, enfatizó.
Mientras tanto, agregó Silva, “hemos tomado la decisión de ayudar con la vocería”, manifestando “nuestro rechazo a una medida tan injusta, tan calumniosa y tan indebida”. Valoró que, en este caso, “la salida es tomar conciencia del abuso de un régimen no democrático y sabiendo que no tenemos el poder en nuestras manos, pero sí la posibilidad de crear conciencia en quienes puedan tomar las medidas”.
En ese mismo orden, el rector de la UCR señaló que en esa universidad hay una población muy importante de estudiantes nicaragüenses que han salido del país huyendo del régimen Ortega-Murillo, “Quisiéramos tener o poder aceptar a más personas de Nicaragua”, apuntó.
Además, la universidad costarricense tiene abierta la convocatoria para el programa Campus Centroamérica, una iniciativa que inició el año pasado con el fin de apoyar a tres personas de la región, que se encuentren en situación de persecución o exilio, para que participen durante un año como docentes e investigadores de la UCR.
“Algunas de esas personas están haciendo tres cosas al mismo tiempo por un año. De tal forma que son absorbidos como profesores de planta de nuestra institución por un año”, comentó Gutiérrez Espeleta.
Impacto “nefasto” en Centroamérica
Al ser consultados, sobre las consecuencias de la confiscación de la UCA, Silva y Gutiérrez Espeleta señalaron que este hecho tendrá “un impacto nefasto” en Nicaragua y en toda la región centroamericana.
Silva advirtió que “lo que uno puede esperar es que el Estado (de Nicaragua) no tenga la capacidad ni la finura de implementar y continuar con los proyectos” que venía implementando la UCA.
Además, remarcó que cuando las instituciones educativas quedan en manos de un Estado sin contrapesos es como liquidarlas, pues las universidades “justamente son la palabra capaz de forzar una crítica al poder constituido” y todo eso se pierde “cuando el único interés es la acumulación del poder”, dijo el también vocal de AUSJAL.
Para el rector de la UCR, la confiscación de la UCA “afecta muchísimo al pueblo de Nicaragua” y el cierre de todos sus centros de investigación representa “una gran debilidad” para el área centroamericana.
“El legado académico de la UCA es indiscutible, como primera universidad en Nicaragua que tuvo esa visión de ofrecer carreras tan importantes en el desarrollo social como Psicología, Sociología, Comunicación Social, Economía. Aquí está, quizá, la amenaza que siente la dictadura Ortega-Murillo”, destacó Gutiérrez Espeleta.
Rechazan y condenan lo sucedido
El rector de la UCR también reiteró su protesta por el “cierre” de la Universidad Centroamericana y manifestó que “este lamentable acto” refleja, el “temor del régimen a las voces críticas y al pensamiento independiente y autónomo que, por Constitución, debe destacarse en instituciones de educación superior”.
“Entendemos perfectamente las razones, pero jamás podemos justificar que esta dictadura Ortega-Murillo proceda con la clausura de universidades”, insistió Gutiérrez Espeleta.
Por su parte el vocal de AUSJAL expresó que, los jesuitas pueden “acreditar la calidad académica, el compromiso social, la calidad humana” de la UCA, y consideró que los argumentos utilizados por el régimen para cancelarla “son calumnias que nadie las cree”. Agregó que “de las calumnias se pasa a la apropiación indebida, al robo, a la cancelación”.