17 de agosto 2023
A medida que se acerca el balotaje electoral este domingo 20 de agosto de 2023, la situación de incertidumbre es creciente en Guatemala, aunque los datos que arrojan las encuestas favorecen claramente al candidato presidencial Bernardo Arévalo, secretario general del Movimiento Semilla.
El excanciller guatemalteco y analista político Edgar Gutiérrez dice que el clima es tenso y lleno de campañas de desinformación.
Según el resultado de la encuesta de CID Gallup, presentada este miércoles 16 de agosto de 2023, Arévalo tiene el 61 % de la intención de voto contra el 39 % a favor de Sandra Torres del Partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).
Sin embargo, el ex canciller Gutiérrez considera que, de ganar Arévalo, se abrirá un proceso de impugnaciones en contra de la elección en la que no se descartan acciones penales en su contra y una eventual invalidación del partido Semilla, como parte del proceso que lleva a cabo en su contra la Fiscalía.
En una entrevista con el programa Esta Noche, transmitida a través de redes sociales este miércoles, Gutiérrez advirtió sobre un enconado conflicto político jurídico que se podría dirimir hasta el 14 de enero de 2024. Sí Arévalo gana por la diferencia que proyecta la encuesta (15 puntos), tendrá mayor legitimidad para aplacar las acciones penales en su contra, pero si la diferencia es menor “va a tener problemas de legitimidad y puede arreciar la persecución penal, en que el Congreso podría emprender un juicio político y destituirlo para ganar la Presidencia que han perdido en las urnas”, alertó Gutiérrez.
La segunda encuesta de la firma costarricense CID Gallup sobre las elecciones del 20 de agosto de 2023 en Guatemala. ¿Cuáles son las principales proyecciones?
La principal proyección es una diferencia de 22 puntos porcentuales, aventajando Bernardo Arévalo a Sandra Torres. La relación porcentual es más o menos de 39 a 61. Otro dato que llama la atención es que el porcentaje de voto nulo disminuye en relación a la primera vuelta, cuando fue de 17% y ahora se proyecta un 5%. Es decir, para quien está dispuesto a asistir a las urnas el próximo 20 de agosto de 2023, hay opciones para elegir.
Esos datos que mencionas están basados en la proyección de los votos válidos. ¿Cuánto recibe en esta encuesta de voto directo Bernardo Arévalo y Sandra Torres?
La proporción es la siguiente: Bernardo Arévalo, 50%. Sandra Torres 32%. Voto en blanco, 13. Voto nulo 5%.
¿Esto quiere decir que, según las mediciones de CID Gallup, Arévalo habría aumentado las proyecciones de voto en las últimas dos semanas?
Es correcto. Conocimos una encuesta en julio y más o menos daba esa proyección con la diferencia que Arévalo ha ganado terreno entre población de mediana edad, es decir, de 35 a 51 años. Y también en zonas suburbanas en varias provincias del noroccidente del país, población predominantemente indígena, donde era un cuartel fuerte de Sandra Torres.
La ventaja con que entró Torres a esta elección—de tener más apoyo en el interior del país— ¿no le está favoreciendo en esta segunda encuesta?
Arévalo en la primera vuelta únicamente ganó tres distritos de 22. Y ahora, aunque la encuesta no es distrital, porque la muestra no es lo suficientemente representativa, lo que arroja es la proyección de que Arévalo conquista varias plazas tradicionalmente fuertes para Sandra Torres, sobre todo en el noroccidente y nororiente del país. Eran los bastiones de Torres con bolsones de población en pobreza y predominantemente indígena.
¿Cuál es el nivel de confianza y credibilidad que tiene en Guatemala esta y otras encuestas, tomando en cuenta lo que ocurrió en la primera vuelta?
Tradicionalmente las encuestas le han atinado. La primera vuelta fue excepcional en varios sentidos. Recordemos que los tres candidatos preferidos de la población, según las encuestas, fueron eliminados uno a uno. En segundo lugar, que se judicializó excesivamente el proceso electoral y también se emprendieron procesos penales contra varios candidatos.
Todo esto impactó en la población en el sentido de cuidarse de expresar su intención de voto, porque cada vez que expresaba su preferencia hacia un candidato u otro, este era eliminado de la lista si no pertenecía al statu quo. El comportamiento de la población fue anormal. Y cuando uno hace una lectura en retrospectiva, encuentra que en las escuchas de las redes sociales indicaron en la última semana que la población preguntaba quién era Semilla, quién era Bernardo Arévalo.
Y ahí comienza uno a ver la inquietud de la población. Y que me llevaron a la conclusión que realmente fue la gente la que buscó a Arévalo y no fue Arévalo o Semilla el que buscó a la gente.
¿Cuál es el clima que se ha vivido en este cierre de campaña? Entiendo que persiste la acusación de la Fiscalía contra el Movimiento Semilla.
Es un clima tenso, de acusaciones y campañas de desinformación, tanto de tierra como de aire, a un clima en que, además, se introducen elementos que hasta ahora no habían sido relevantes en el debate electoral.
Por ejemplo, la Agenda 2030 está siendo satanizada por Sandra Torres, el matrimonio gay, en fin, las libertades sexuales y reproductivas. Estos no son temas de la mayoría de la población, pero ella los está introduciendo para atacar a Bernardo.
Por otro lado, están entrando actores que nunca, de manera sistemática, había o formaban parte del paisaje electoral. Por ejemplo, los pastores evangélicos—tanto los líderes de las megaiglesias neopentecostales como líderes de iglesias regionales— han manifestado un decidido apoyo para Torres. Justamente fundados en esta agenda de ataques ideológicos y de derechos contra Bernardo.
La encuesta que comentamos de Gallup muestra que las iglesias están incidiendo en un porcentaje aproximado del 12% a favor de Torres. Ese es el abono que le están dando a Sandra. El involucramiento de la religión evangélica en este caso.
¿Cuál es el papel de la Fiscalía y la Corte de Constitucionalidad? Mucho se habla de la posibilidad de que esta elección no termine el 20 de agosto y que, incluso, se pueda abrir un expediente de impugnación contra el propio candidato Arévalo si resulta ganador, el Movimiento Semilla y la misma elección.
Es correcto. Todo parte de resoluciones de la Corte de Constitucionalidad, que ha ido en dos sentidos. Por un lado, ha fortalecido la institucionalidad y reconocido el voto ciudadano al validar la primera vuelta, y eso ha permitido entonces abrir la campaña para la segunda y la realización efectiva del balotaje el próximo domingo 20.
Pero, por otro lado, dejó abierta la posibilidad de que la Fiscalía siga investigando penalmente a Semilla y a sus candidatos, principalmente a Bernardo Arévalo y al líder parlamentario Samuel Pérez. De manera que, aunque la elección se lleve a cabo de manera correcta, el proceso penal contra Semilla y sus dirigentes va a continuar y eso abre escenarios de riesgo en los próximos dos meses. La obligación del Tribunal Supremo Electoral es calificar este balotaje a más tardar el 31 de octubre de 2023. Esa es la fecha máxima que tiene para que se resuelvan impugnaciones, querellas y demás.
En caso de ganar, Arévalo con el porcentaje que proyecta esta encuesta, que sería un poco más del 60% del voto válido, sin embargo, estaría gobernando no solamente con esas impugnaciones, sino con minoría en el Congreso. ¿De qué dependería la gobernabilidad en Guatemala?
Si la Fiscalía tiene éxito en anular la personería jurídica del Movimiento Semilla, esto debilita al partido en el Congreso, puesto que sus diputados—aunque pueden participar sin tener un partido, una institución política detrás— no pueden presidir comisiones legislativas y pierden también representación en el bloque de jefes de bancada, que es donde se toman las decisiones principales. Así que las posibilidades para Bernardo y Semilla serían bastante disminuidas en cuanto a poder de negociación y tendrían que extender alianzas políticas en el Congreso y políticas y sociales con diversos sectores sociales, empresariales, etcétera, para ganar cierta gobernabilidad.
¿Cuál es el sentimiento que predomina en este momento en la mayoría de la población en Guatemala? ¿Es de esperanza o temor?
Hay una mezcla, esperanza y hay un tanto de temor e incertidumbre, sobre qué va a ocurrir a partir del 21 de agosto y hasta el 31 de octubre de 2023 y más allá hasta el 14 de enero de 2024.
Considerando la fragilidad de este proceso es que el Consejo Permanente de la OEA decidió el viernes de la semana pasada ampliar el mandato de la misión de observación hasta el 14 de enero de 2024, reforzándola con expertos en transición y temas de gobernabilidad. Es decir, es un proceso que tiene que ser cercanamente observado por la comunidad internacional como un recurso de disuasión para aquellos que quieren generar focos de ingobernabilidad en este período.
Si gana Arévalo la presidencia en este entorno de presiones y de conflicto, ¿su principal desafío no será necesariamente gobernar, sino afianzar la legitimidad de ese Gobierno?
Aquí yo veo dos escenarios. Si Bernardo gana, con la diferencia que está proyectando la encuesta, tendrá una mayor legitimidad como para aplacar las acciones penales en su contra.
La Corte de Constitucionalidad es altamente probable que lo apoye y, como todo lo que ocurre en Guatemala pasa y se resuelve por la Corte Constitucional, eso le daría de cara al 14 de enero de 2024 una mayor estabilidad.
Ahora, si la diferencia es menor de 15 puntos en el balotaje, entonces sí va a tener problemas de legitimidad y puede arreciar la persecución penal, lo cual quizá—es muy atrevido decirlo—, le presentará a Bernardo un escenario en que el Congreso podría emprender un juicio político y destituirlo y por esa vía ganar la Presidencia que han perdido en las urnas.
¿Todo depende del resultado del 20 de agosto, del margen que proyecte esa victoria de Arévalo?
El Tribunal Supremo Electoral está de alguna manera presionado para dar los resultados en el menor tiempo posible. Yo estaría esperando que tipo ocho o nueve de la noche ya sepamos quién es el presidente de la república y oficializar lo más pronto que posible, antes de que se acumulen las querellas o las impugnaciones.
Va a ser clave también en los siguientes días los informes que puedan dar las misiones de observación nacionales, porque no tienen el requisito que sí tienen las internacionales de esperar la oficialización de los resultados para pronunciarse.
Las misiones nacionales pueden dar a conocer el resultado de su conteo rápido que, durante 20 años, nunca ha fallado. Siempre ha estado a un décimo de los resultados oficiales. Así que factores de gobernabilidad como estos, en este caso actores nacionales de la sociedad, van a ser muy importantes para atajar intentos de desestabilización o descalificación del proceso.