16 de julio 2023
Nicaragua recibió 1294 millones de dólares en inversión extranjera directa (IED) en 2022, lo que fue 6% más alto que el año anterior, según el informe ‘La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2023’, preparado por la Comisión Económica para América Latina, (Cepal), aunque eso sigue sin traducirse en un aumento del empleo, tal como lo ha reconocido de forma recurrente el Banco Central de Nicaragua (BCN).
El Informe Anual 2022, preparado por el BCN, asegura que la tasa de desempleo se ubicó en 2.6% en diciembre de 2022, siendo menor al 3.5% con que cerró diciembre de 2021, asegurando que la pandemia de la covid-19 “ha generado una recomposición entre la oferta y la demanda de trabajo, dando lugar a una menor tasa de participación laboral en comparación a los niveles previo a la pandemia”.
El BCN considera ‘subempleado’ a cualquier persona que haya trabajado aunque sea una hora en el período analizado. De ahí que sus tasas de desempleo sean tan ridículamente bajas, al punto que podría decirse que en el país hay pleno empleo.
El informe de la Cepal muestra que en el quinquenio 2013 - 2017, el país recibió inversión externa por más de 5000 millones de dólares (1007 millones en promedio anual), destinado mayoritariamente a actividades de servicios y manufactura. El monto disminuyó entre 2018 y 2022, cuando se recibieron 4602 millones, para un promedio anual de 920.4 millones.
El informe, presentado este lunes en Chile por el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar Xirinachs, detalla que el crecimiento de las inversiones recibidas en Nicaragua el año pasado, se explica por el aumento en 54%, de las entradas en concepto de reinversión de utilidades, que es el componente con mayor peso en el país (73% del total).
EE. UU. y México lideran ranking
Los demás componentes, (aportes de capital; 24% del total, y préstamos entre empresas 3% del total), cayeron 14% y 84% respectivamente, al compararse con la recepción de IED registrada en 2021. “El país no da información por sector u origen de la IED, por lo que no es posible identificar hacia dónde se dirigieron estos recursos o de dónde provienen”, especifica el documento.
Aunque a partir de 2019, Nicaragua dejó de especificar en qué rubros era más exitosa atrayendo inversiones, se conoce que históricamente ha sido para los sectores de manufacturas, servicios y ‘otros’, con montos menores para invertir en recursos naturales.
A partir de 2014, el país dejó también de publicar el origen de la IED captada, pero los datos muestran que en el período 2007 – 2013, Estados Unidos fue el origen del mayor monto captado (910 millones), con México (819), y Venezuela (718), como fuentes de la mayor parte de la inversión captada. España, con 333 millones, y Panamá con 200, ocuparon el cuarto y quinto lugar.
En un fenómeno que es común a las economías de la región, la mayor parte de los 1294 millones de dólares en inversiones captadas en 2022, correspondieron a ‘reinversión de utilidades’, con 946 millones; ‘aportes de capital’ con 308 millones, y ‘préstamos entre compañías’ con 39 millones.
Si bien el ranking es idéntico al de 2001, año en que se recibieron 1220 millones, (aunque ese año, las cifras estuvieron mejor repartidas, con 615, 359 y 247 millones), destaca el hecho que, entre 2012 y 2019, los mayores flujos que llegaban al país, eran en concepto de aportes de capital, lo que significaba bocanadas de recursos nuevos para apuntalar la economía, en vez de simplemente reinvertir las ganancias.
Nicaragua, la última de Centroamérica
Aunque el reporte no lo dice de forma explícita, las condiciones de la economía nicaragüense han mostrado un marcado deterioro a partir de 2018, mezclándose decisiones eminentemente políticas (aumento de la represión, ataques a las empresas, una reforma tributaria y otra del sistema de pensiones que restó capital a los empresarios), con las que se derivan de la pandemia de covid–19 y la guerra de Rusia contra Ucrania.
El reporte también detalla que, entre 2001 y 2022, el país recibió inversión extranjera por 12 500 millones de dólares, acumulado que nos coloca por encima de naciones como Bolivia, Paraguay, Belice y Surinam; casi nos empata con El Salvador (12 863 millones), y nos deja muy atrás del resto de Centroamérica, donde destaca Costa Rica con 57 380 millones, Guatemala, con 22 507, y Honduras con 19 104 millones de dólares.
La inversión extranjera captada por Nicaragua ha servido para aumentar las exportaciones –principalmente de la maquila textil, y materia prima de origen agropecuario- y generar empleos masivos, pero de baja calificación, incrementando las exportaciones, en especial las de bienes producidos en empresas adscritas al régimen de zonas francas; además de oro, productos del mar, e inversión en comunicaciones, entre otros, dijo a CONFIDENCIAL un economista que pidió el anonimato.
Si bien a partir de 2015, se han anunciado proyectos energéticos (petróleo, carbón, gas natural) por más de 70 000 millones de dólares, Nicaragua solo participa de esa estadística con un monto muy pequeño, que probablemente se refiera a la planta generadora a gas, que New Fortress Energy anunció en 2020, y que tres años después, sigue pendiente de comenzar a operar.
Inversión extranjera se reduce en Centroamérica
Los datos de Nicaragua se enmarcan en un mundo donde la IED global cayó en 12% en 2022, al pasar de 1.48 billones (millones de millones) de dólares en 2021, a 1.29 billones en 2022. La caída se explica fundamentalmente por las ‘desinversiones’ observadas en Luxemburgo y en Países Bajos, al punto que, sin esas desinversiones, la IED crece 11% en vez de caer 12%.
A nivel regional, destacan los 224 000 millones de dólares recibidos por América Latina y el Caribe en 2022, (que es la más alta desde que se llevan registros), con Brasil recibiendo 91 502 millones de dólares (41% del total, y 97% más que en 2021), seguido por México (38 932 millones, o 17% del total de la región).
La inversión recibida por los cinco países de Centroamérica disminuyó en 12%, aunque esa caída se explica porque Guatemala recibió un monto extraordinario en 2021, pero la cantidad recibida en 2022 está dentro del promedio. El Salvador es el único que está en terreno negativo (-101 millones), “por desinversiones en el sector de manufacturas (-294 millones de dólares), que no pudieron compensarse con las inversiones en servicios, que también se redujeron con relación a 2021 (-35%)”, señala el informe de la Cepal.
De hecho, las inversiones que recibe El Salvador están en constante disminución a partir de 2019, año en que Nayib Bukele llegó al poder.
Finalmente, se hizo hincapié en que, si bien es cierto que la recepción de IED no necesariamente implica desarrollo por sí sola, (y hace falta contemplar otros indicadores sociales), eso no le resta importancia, al punto que se hace necesario crear condiciones en los territorios —y no solo en los sectores y regiones geográficas tradicionales— para atraer inversiones de alta calidad que beneficien a más personas.