7 de julio 2023
En Nicaragua, la gente paga en córdobas, pero piensa en dólares. Por eso, la idea de sacar al país de la órbita de influencia del dólar estadounidense, (o simplemente desdolarizar la economía para recordobizarla), es calificada por economistas nacionales como una ridiculez, un delirio demencial, “un abuso más de la ignorancia de la gente que los sigue”, o “una muestra de ignorancia, testarudez, e incompetencia de los políticos”.
El miércoles 26 de abril, Laureano Ortega Murillo, hijo de Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, auguró el fin de la “dictadura mundial del dólar” y el nacimiento de un nuevo orden mundial, al dictar la lección inaugural del año lectivo de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua).
Ortega Murillo -al que las autoridades universitarias impuestas por sus padres otorgaron el título honorífico de visitante distinguido- indicó que “ya se están llevando a cabo transacciones e intercambios sin usar el dólar estadounidense. Es decir, se da por terminada la dictadura mundial del dólar”. “Nicaragua no puede ni debe quedar excluida en esta nueva y tan necesaria modalidad de trabajo y cooperación financiera”, añadió.
El economista Enrique Sáenz valora que “eso no es más que la expresión de un delirio demencial y una forma de aparecer a nivel internacional -que también es delirante- alineados con los adversarios de Estados Unidos y de Europa y, de paso, trasladar un consuelo a los seguidores que les quedan, que ven la situación adversa en que se vive en Nicaragua -al punto que hay una estampida hacia el imperio- así que les traslada algún mensaje que sostenga la escuálida esperanza que algunos puedan tener”.
Las relaciones económicas (no solo comerciales) de cualquier país, están determinadas en gran medida, por la zona de influencia en la que se encuentra ese país, y de ahí deriva la moneda con la que hará sus transacciones en el ámbito internacional. “No es una cuestión de voluntad, o de decisión politica: es una manifestación de la realidad económica”, cifró Sáenz.
Así, se explica que existan la zona euro, la del yen, o la del dólar, del mismo modo que alguna vez el rublo llegó a tener su propio peso y su propia zona, dado que las transacciones con Europa del Este se realizaban en rublos, moneda que quedó confinada a Rusia y a algunos países de su entorno, luego de la caída del ‘Telón de Acero’.
Tratar de separar la economía nicaragüense de su moneda de referencia -el dólar- es una tarea aún más difícil, si se considera que muy probablemente nunca en la historia económica reciente del país, nuestra economía había dependido tanto de la estadounidense y, por consiguiente, de sus vínculos con el resto de países que orbitan alrededor de esa moneda.
Algunos datos aportados por el experto remarcan que casi la mitad (45.5%, o 1792.4 millones de dólares, según datos de la Ventanilla Única de Comercio Exterior de Nicaragua (Vucen), de los USD 3940.8 millones que el país ingresó en concepto de exportaciones de mercancías en 2022, provienen de Estados Unidos, y que buena parte (924.3 millones o 23.5%) viene del resto de países del istmo, “y ninguno de ellos hace sus transacciones en rublos o yuanes”.
Otro tanto se demuestra al ver al detalle, cuál es el destino de las exportaciones de zona franca del país: la gran mayoría va a Estados Unidos y a México. Las remesas por su parte, sirven para remarcar esa dependencia: el 81.7% (1488.1 millones) de los 1820.8 millones de dólares recibidos en remesas a mayo de 2023, provienen de Estados Unidos, según datos oficiales publicados por el Banco Central de Nicaragua.
Otras fuentes de ingresos, como los créditos del BID, BM, FMI, BCIE, etc., se cifran en dólares, no en yuanes, ni en rublos. En el caso del turismo, Sáenz cuestiona cuántos rusos o iraníes se ven en nuestros hoteles o restaurantes, mientras que las inversiones que llegan desde los tres países de Norteamérica o de Europa, no están en yuanes, riales iraníes, ni rublos.
“Si hasta [el presidente de China] Xi Jinping cuando habla de comercio internacional, habla de dólares, no de miles de millones de yuanes”, complementó.
El dato mata al relato
El economista Marco Aurelio Peña señala que, aún si la decisión solamente incluyera desdolarizar la economía para iniciar un proceso de recordobización, (como se vio en enero, cuando se ordenó a las tiendas establecer sus precios en la moneda nacional), eso sería bastante difícil, pues la gente confía más en el dólar, porque las megadevaluaciones de los años 80 siguen muy presentes en la memoria colectiva del nicaragüense, al punto que la mayoría de los depósitos bancarios -y la mayor parte de los préstamos concedidos- están en dólares.
“Desde un punto de vista convencional y de la sicología del dinero, el dólar está muy arraigado en la mente del nica, y eso no va a cambiar de la noche a la mañana, a menos que implementen una política de control de divisas, que tendría consecuencias negativas”, porque “ese tipo de medidas provoca traumas, y más en una economía tan dolarizada como la nuestra, que está muy acostumbrada al uso de esa moneda”, explicó.
Un proceso de recordobización de la economía, requiere devolver la confianza en la moneda nacional, pero también que el país muestre mayor crecimiento y fortaleza económica, para que los agentes económicos no sientan la necesidad de usar el billete verde como un valor de refugio para sus ahorros.
Este experto tampoco cree que el país esté en la capacidad de sustituir al dólar por cualquier otra divisa extranjera. Ni siquiera por el renminbi (el verdadero nombre de la moneda china), porque no hay condiciones para ello, aún cuando se sabe que Pekín entregó a Argentina el equivalente a 5000 millones de dólares en yuanes para hacer transacciones con esa moneda.
“No veo a China yenizando a Nicaragua, por el peso insignificante de Nicaragua en el comercio mundial, o en las relaciones bilaterales. No lo han hecho ni siquiera con Costa Rica, que es una economía mucho mayor que la nuestra”, comparó aseverando que “el dato mata al relato… en este caso, el relato político”.
Si bien admite que China es una realidad económica global importante, también remarca que Nicaragua no está bajo su esfera de influencia económica, sino de la estadounidense, que es nuestro mayor comprador y está más cerca, lo que disminuye los costos de transporte de mercaderías. Y aunque la Unión Europea está más lejos que Estados Unidos, la existencia del Acuerdo de Asociación ofrece un marco legal para desarrollar el comercio.