4 de julio 2023
El obispo de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, monseñor Rolando José Álvarez, fue excarcelado en la noche de este lunes 3 de julio de la cárcel Modelo por órdenes del gobernante Daniel Ortega, y se encuentra bajo resguardo de la Conferencia Episcopal.
Fuentes eclesiales y diplomáticas confirmaron a CONFIDENCIAL que monseñor Rolando Álvarez, “ya no está en la cárcel Modelo”, donde se encontraba en una celda de máxima seguridad desde el 9 de febrero de 2023, después de haber sido condenado en un simulacro de juicio exprés a 26 años y cuatro meses de cárcel por los presuntos delitos de “conspiración contra la soberanía nacional y propagación de noticias falsas”.
“Sabemos que existen contactos entre el Gobierno, la Conferencia Episcopal, y el Vaticano para liberarlo y enviarlo al exilio”, indicaron dos fuentes diplomáticas, pero dijeron desconocer cuáles son los términos de la negociación y si el obispo aún se encuentra detenido.
Su encarcelamiento
Monseñor Álvarez fue arrestado y trasladado a Managua, la madrugada del 19 de agosto de 2022, después de permanecer dos semanas bajo arresto domiciliario en la Curia Episcopal de Matagalpa.
En el operativo policial también fueron trasladados cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo que lo acompañaban. El religioso fue trasladado a Managua bajo arresto domiciliar y los demás fueron encerrados en la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como El Chipote.
Durante su encarcelamiento, la dictadura de Ortega mostró públicamente al obispo solo en dos ocasiones. La primera fue en diciembre de 2022 cuando el sacerdote fue trasladado a los juzgados del Distrito Penal de Audiencias de Managua donde fue acusado de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense.
La segunda ocasión fue el 25 de marzo de 2023, cuando la dictadura publicó, a través de sus medios de comunicación, una serie de fotografías y videos de un encuentro que tuvo el obispo con dos de sus hermanos. Las imágenes mostraron al obispo visiblemente delgado, pálido y canoso. Desde entonces no se conoce cómo está su salud ni si estado físico.
Condenado a 26 años de cárcel
Monseñor Álvarez es el primer obispo de Nicaragua en convertirse en preso político. Por su voz profética fue perseguido desde antes de su arresto. En mayo de 2022 tuvo que refugiarse en Managua después que la Policía allanara la vivienda de su hermana. En represalia también le cerraron los medios de comunicación, de televisión y radio, de las dos diócesis que administraba.
El 10 de febrero de 2023, la justicia del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo finalmente lo condenó a 26 años y cuatro meses de cárcel en un juicio exprés realizado un día después que el prelado se negara a abordar un avión que lo trasladaría a Estados Unidos junto a otros 222 excarcelados políticos que fueron desterrados. Ese mismo día también fue desnacionalizado.
Desde entonces, el obispo fue trasladado al Sistema Penitenciario Nacional Jorge Navarro, mejor conocido como “La Modelo”, donde permaneció permaneció en una celda de máxima seguridad conocida como “El Infiernillo”, que según describen algunos excarcelados políticos, la celda es de unos dos metros y medio de largo por dos metros de ancho, insalubre y sin ventilación.
Ahí “el bochorno provoca mayor ansiedad, desesperación, ganas de salir corriendo”, dijo el excarcelado político Yubrank Suazo, quien estuvo allí en dos ocasiones.
El encarcelamiento del obispo ha provocado olas de solidaridad a nivel internacional. La última fue impulsada por el Parlamento Europeo, quienes pidieron que “se demuestre que el obispo Rolando Álvarez está vivo”. Los eurodiputados también pidieron reiteraron “su llamado a su liberación inmediata e incondicional y a la de todos los presos políticos”.
En marzo pasado, el régimen de Daniel Ortega rompió las relaciones con el Vaticano horas después que el papa Francisco lo calificara en una entrevista concedida a Infobae como una “dictadura hitleriana” y opinara —“con mucho respeto”— que padece “un desequilibrio” mental. A la par, elogió al obispo Álvarez, de quien aseguró: “Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”.
La persecución a la Iglesia
Tras el arresto de monseñor Álvarez, la dictadura de Daniel Ortega incrementó la represión en contra de la Iglesia católica a través de prohibiciones de actividades religiosas, congelamiento de cuentas bancarias, asedio en las parroquias y la expulsión de al menos 84 religiosos, entre sacerdotes y monjas, incluidos el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio José Báez.
Según un monitoreo realizado por la investigadora nicaragüense exiliada Martha Patricia Molina, se calcula que 44 religiosos y 40 monjas han salido del país en estos últimos cinco años, pero con mayor énfasis, entre 2022 y el presente.
Las últimas en sumarse fueron las monjas de la Fraternidad Pobres de Jesucristo, de origen brasileño, que fueron expulsadas de Nicaragua el pasado domingo 2 de julio.
El 28 de junio de 2023, La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) emitió una resolución en la que ordena a la dictadura Ortega Murillo la liberación del obispo. Esta resolución se suma a otras que la Corte IDH giró durante meses en favor de decenas de personas consideradas como presos políticos en Nicaragua, la última de ellas en enero de 2023, sin que fueran acatadas por el Gobierno de Ortega.