29 de junio 2023
Diferentes actores de la oposición nicaragüense en el exilio conforman “Grupo Monteverde”, una nueva iniciativa de concertación política basada en la pluralidad de sus integrantes. Su apuesta es consolidarse como un bloque unificado para “acabar con la dictadura de Daniel Ortega y construir la base para la fundación de una Nicaragua en paz, justicia y democracia”. Sin embargo, aclaran que aún están “en un proceso incipiente”.
La iniciativa nació con un grupo de representantes de organizaciones y líderes de distintos sectores de la oposición nicaragüense, quienes se reunieron en Monteverde, Costa Rica a finales de octubre de 2021. Con la excarcelación y destierro de 222 reos políticos, en febrero pasado, varios exprecandidatos presidenciales fueron invitados a participar en un encuentro celebrado esta semana en Estados Unidos. Juan Sebastián Chamorro, Medardo Mairena, Félix Maradiaga y Miguel Mora fueron los cuatro exaspirantes a la presidencia que estuvieron en la reunión, además de otros exreos políticos y miembros de diversos sectores de la sociedad civil.
En entrevista con el programa Esta Noche de CONFIDENCIAL, Chamorro aclaró que Monteverde no busca “arrogarse el monopolio o la supremacía” de la oposición nicaragüense, ya que existen otras plataformas, igualmente importantes. Sin embargo, el objetivo es materializar la unidad de diversos actores en un frente común contra el régimen de Daniel Ortega.
Mairena señaló que Monteverde inició con los principales liderazgos de oposición en prisión, pero ante la actual coyuntura —con su excarcelación— “ya no es viable”, por lo que acordaron transformarlo en “un proceso de unidad abierto a todas las plataformas opositoras, sin considerarnos como los únicos representantes de esta, dispuestos a trabajar juntos con nuestro pueblo para ponerle fin cívicamente a la tragedia que estamos viviendo... esto es lo que la población espera de nosotros y no podemos fallarle”, se lee en un comunicado publicado en su cuenta de Twitter.
“La idea es generar un diálogo entre estructuras opositoras para poder llegar a una unión operativa, sobre todo, una unión en la acción que lleve a la caída de la dictadura de Daniel Ortega”, expresó Chamorro.
La iniciativa está conformada por integrantes de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, Ciudadanos por la Libertad (CxL), Movimiento Campesino, Unión Democrática Renovadora (Unamos), entre otros actores que se mantienen en el anonimato por seguridad.
Primer paso: consolidar unidad política interna
Juan Diego Barberena, integrante de la UNAB, explicó que la propuesta para encontrar una salida pacífica a la crisis sociopolítica de Nicaragua tiene ejes claves: la liberación inmediata de los presos políticos, la restitución de las libertades y el retorno seguro de los exiliados. Eso conlleva un repertorio de acciones a nivel internacional, que requieren una voz en los distintos foros de incidencia, generar mayor conexión con el liderazgo territorial dentro de Nicaragua y desde luego, tener un consenso interno con un propósito común.
En 2021, antes que el régimen orteguista lanzara una redada contra los principales liderazgos políticos y sociales, la UNAB y Alianza Cívica, las dos principales fuerzas opositoras no lograron consolidarse como un solo bloque para enfrentar a la dictadura orteguista.
“Las lecciones aprendidas de los errores cometidos en el pasado reiteran la importancia de reconocer la existencia de otros espacios opositores y concentrarse en la unión en la acción”, destacó Chamorro.
“Se está invitando a un proceso de unión más amplio. No es cometer el mismo error del pasado de querer poner todo en una sola casilla de una sola organización con reglamentos y con estructuras, que se asemejan a un partido político”, comentó.
“No necesariamente (es) hacer una organización nueva, sino un proceso en el cual todos los opositores nicaragüenses que nos consideramos demócratas podamos tener un espacio de concertación, de diálogo respetuoso, maduro, respetando los puntos de vista políticos de todos y ponernos de acuerdo en acciones importantes para llevar al cambio de Nicaragua”, continuó Chamorro.
Explicó que el primer gran paso de Monteverde es mantener la convocatoria abierta para nuevos grupos opositores y consolidar las bases de la unidad para lograr un frente “unificado”, encargado de conversar con las distintas autoridades, gobiernos e instituciones multilaterales sobre lo que está pasando en Nicaragua.
“Es sumamente importante enviar un mensaje de la voluntad de diálogo interno que hay entre los liderazgos para mostrar a una oposición responsable que trata de desprenderse de estas dificultades que han habido en los últimos años y estar unidos en el objetivo de acabar con Ortega”, subrayó Chamorro.
No hay un proceso de reclutamiento
Alexa Zamora, también integrante de la UNAB, indicó que las temáticas sobre las que trabajarán son justicia, trabajo internacional y el fortalecimiento de la oposición, tanto dentro como fuera de Nicaragua, siempre utilizando métodos seguros para la “gente que sigue haciendo oposición dentro del país”.
Para integrarse a Monteverde no hay un proceso de reclutamiento, sino que deben ser actores de la oposición con representación en sus propias organizaciones y que estén alineados a encontrar una salida a la crisis de Nicaragua, aclaró.
Barberena destacó que están conscientes que lograr un cambio político en una Nicaragua, dominada por un estado policial de facto y de terror, conlleva grandes complejidades. Por eso, consideran necesario partir de un diagnóstico de la situación actual de las distintas fuerzas políticas y sociales que conforman Monteverde, y definir posiciones para ejercer acciones en unidad.
“Su objetivo y éxito (de Monteverde) depende de los efectos que pueda generar dentro de Nicaragua. La tarea es compleja y el reto también es mayúsculo, todo dependerá, de que podamos crear ese consenso político y que podamos articular las acciones de incidencia internacional que logren aislar aún más a la dictadura”, subrayó.
El también abogado reconoció que pese a todas las expectativas sobre esta nueva propuesta política, en este momento “estamos todavía en un proceso incipiente. Estamos regenerando la confianza. Estamos teniendo una mirada autocrítica del pasado reciente, donde cometimos muchísimos errores y que además de eso requerimos de una serie de acuerdos internos, institucionalidad interna que nos permita avanzar en una alianza política sólida”.