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Los “grandes” importadores del Oriental usan acuerdo con China para incrementar sus negocios

Con el apoyo de la DGI, DGA y alcaldías, cercan a comerciantes para sacarlos del negocio, u obligarlos a trabajar con ellos

Mercado Oriental

Unos trabajadores acarrean mercadería en el Mercado Oriental. Foto: Cortesía/Voces en Libertad

Iván Olivares

24 de mayo 2023

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La entrada en vigencia del ‘Acuerdo de Cosecha Temprana’ entre Nicaragua y China, ayudó a reforzar el esquema de corrupción imperante en el Mercado Oriental, que CONFIDENCIAL denunció en 2012, corroboran los testimonios de seis empresarios, gerentes y economistas que explicaron desde el anonimato, cómo se ha modernizado y sofisticado ese mecanismo de desfalco al fisco.

Hasta hace unos años, cualquier comerciante con el dinero y la iniciativa suficiente, podía importar su propia mercadería y venderla en ese populoso mercado, hasta que cinco protegidos del Frente Sandinista comenzaron a acaparar las importaciones.

Mientras dos de ellos se deshacían de la competencia, la incorporación de la Dirección General de Servicios Aduaneros (DGA), la de Ingresos (DGI), y las alcaldías, en especial la de Managua, (ALMA), construyeron un cerco fiscal y delictivo alrededor de los importadores para sacarles del juego, (elevando sus costos de operación, o atrasando la entrega de su mercadería, para que no estuviera disponible en cualquiera de las cinco grandes temporadas anuales del comercio), y obligarles a trabajar subordinados a ellos.

El Acuerdo de Cosecha Temprana ha generado incertidumbre entre los comerciantes, temerosos de que el nuevo esquema haga más ricos a quienes concentran la importación de mercaderías, versus todos los que no forman parte de su círculo de cómplices. La instalación de comerciantes chinos en el Oriental, cercanos a dos hijos de la pareja presidencial, o a alguno de sus testaferros, hace temer a los comerciantes que las dificultades serán cada vez mayores.


“Lo que van a importar son bienes terminados, y eso supone una competencia directa con el comercio, porque son bienes que no se producen acá; solo se transan”, explicó un economista que accedió a explicar la situación creada, pero bajo condición de anonimato. “Existe la percepción de competencia desleal con los comerciantes establecidos, porque quienes manejen las importaciones sean allegados al poder y actúen con favoritismo”, dando ventajas a sus protegidos en la relación con China.

“Producto chino siempre ha habido, porque todo lo que se vende en Nicaragua es chino”, dijo a CONFIDENCIAL “Juan”, un pequeño comerciante que se suple en el Oriental. “Hasta hace unos años, los importadores nacionales iban a la Zona Libre de Colón, en Panamá, asumiendo grandes gastos, hasta que comenzaron a traer directo desde China, sus contenedores con mercadería de calidad A, AA y AAA”, añadió.

Después que se redujo a dos el número de importadores con manos libres para operar, y que se involucraran la DGI, DGA, y ALMA, los comerciantes ven cómo los chinos se instalan en Nicaragua para vender lo mismo que ellos, con la ventaja de que “traen los productos con todos los beneficios que les da el Gobierno, se instalan sin supervisión, y venden sin factura, mientras que el comerciante formal debe vender con factura para recuperar el 15% que pagó por adelantado”, explicó.

Cigarrillos: C$1 millón menos por contenedor

Operar en el Mercado Oriental tiene varias ventajas: es una plaza de compras enorme, se vende de todo, prima la informalidad, y la mayoría de los negocios tributan como ‘cuota fija’, en vez de retener y enterar el 15% sobre ventas al fisco, así que no requieren entregar facturas a sus clientes.

Ese mismo panorama es válido para la inmensa mayoría del país, por lo que, quienes operan al amparo del poder, incursionaron en diversos rubros, entre ellos los cigarrillos, los materiales de construcción, y mercadería diversa.

“En Nicaragua hay un gigantesco contrabando de cigarrillos, que equivale al 70% del volumen que antes se vendía de manera formal y pagaba impuestos, y que en los últimos dos años está entrando de contrabando”, detalló rogando anonimato, el administrador de una empresa que produce y comercializa alimentos.

Esta fuente advirtió que “hay un chino importando desde una empresa llamada Andrés Castro, cigarrillos marca Modern” que acaparó muchísimo mercado gracias a sus menores precios. Importaciones Andrés Castro está vinculada a la empresa Ometepe, que maneja uno de los hijos de la pareja presidencial, explicó a CONFIDENCIAL un comerciante que también pidió mantener su nombre en reserva.

El comerciante dijo que el importador único de las marcas de cigarrillos chinos Modern, y Elefant, es la empresa Ometepe; y que la protección oficial con que cuenta, daña la industria fiscal, porque paga solo 200 000 córdobas por cada contenedor de 14 millones de unidades, así que el Estado pierde un millón de córdobas por contenedor. 

El administrador narró que “en los últimos meses surgieron otros chinos importando Modern, afectando al chino que cuenta con respaldo del poder político. Hace un mes, la Policía impulsó operativos en varios mercados del país, entre ellos el Oriental, el de Masaya y otros más, decomisando cigarros en los negocios que no presentaban factura de compra de sus inventarios. Aparentemente, los contrabandistas menores afectaron los intereses de los grandotes y estos ordenaron atacarlos”.

Un comerciante que se retiró de ese negocio por causa de la competencia desleal, confirmó que esa forma de operar está vigente desde hace varios años, por lo que el daño a las recaudaciones tributarias viene desde mucho tiempo atrás.

Comerciantes viven con el credo en la boca

El administrador dijo que “ya hay chinos importando materiales de construcción, como cerámica y cielos rasos de PVC, que se venden en los mercados con precios que son hasta 30% menores, que los que uno puede encontrar con importadores tradicionales fuertes como Sinsa y Fetesa, esta última propiedad del IPSM del Ejército”.

El dueño de una pequeña ferretería que fue consultado por CONFIDENCIAL, explicó que en su negocio no venden material pesado para la construccion, pero sí otras líneas, como los cables de electricidad, en especial de la marca Conducen, de origen mexicano, “que es de muy buena calidad, pero sus precios se han disparado”.

La razón para explicar el declive del cable mexicano, es que “ha aparecido un cable chino que tiene abundante nylon (como protección), pero menos fibras de cobre, así que tienen menos resistencia, aguantan menos amperaje, y pueden quemarse con más facilidad”, lo que lo hace peligroso, si se pretende usarlo para conectar un refrigerador, por ejemplo.

Esos cables los venden pequeños negocios (tramos) en los mercados, que no pagan impuestos ni cotizan al seguro social, y aparentemente, no han llegado al comercio formal, asevera dudando que se vayan a utilizar en un proyecto grande de construcción, pero sí percibe que se le dé más uso domiciliar, básicamente por su precio.

“Empresas como Edison Electric y Fetesa han bajado sus importaciones, al punto que ya no tienen la variedad que tenían antes. Esas empresas eran el principal proveedor de los negocios formales, que por eso ya no pueden tener el mismo inventario que tenían hace cinco años, por lo que la opción parecen ser los productos chinos, igual que está ocurriendo en el Oriental, donde se están abriendo grandes tiendas con fondos provenientes de la familia gobernante o de sus allegados, cuyo objetivo es que los pequeños negocios del Oriental se suplan de ellos o importen con ellos”, detalló.

“Juan”, el pequeño comerciante citado antes, refirió que cuando alguno de sus competidores se aventuraba a traer un contenedor de alambre eléctrico, por ejemplo, el semáforo aduanero siempre se ponía en rojo, lo que significa revisión obligatoria, dudas de valor, y el cobro de los impuestos que la Aduana decida, lo que pone en desventaja al comercio formal, y los empuja a usar el mecanismo de defraudación aduanera instaurado en el Oriental para poder sobrevivir.

“Si ellos ven que un producto está pegando, te sacan del negocio, y luego ellos mismos te lo ofrecen, para obligarte a que les compres a ellos. Los comerciantes viven con el credo en la boca, porque no saben cuándo les va a caer la DGI, o les van a subir arbitrariamente los impuestos, y no hay dónde recurrir”, concluyó.

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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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