16 de mayo 2023
En Nicaragua existe suficiente evidencia y testimonios para auditar y demandar ante tribunales internacionales de justicia, al presidente Daniel Ortega, la vicepresidente Rosario Murillo y a las máximas autoridades del Ministerio de Salud, por el mal manejo de la pandemia de la covid-19, coincidieron los epidemiólogos Leonel Argüello y Álvaro Ramírez.
“Hubo mucha irresponsabilidad (en el manejo de la pandemia) y hay una cadena de responsables, que va desde el presidente, la vicepresidenta, hacia abajo”, detalló Argüello en un panel compartido con Ramírez, en el programa Esta Semana, donde valoraron la gestión de la covid-19 en Nicaragua, tras el anuncio del fin de la emergencia sanitaria internacional por parte de la Organización Mundial de la Salud.
“El Ministerio de Salud (Minsa) —prosiguió— es el primero que debe actuar porque tiene un equipo de auditorías médicas”. Estos auditores están obligados a investigar lo ocurrido y “aplicar las diferentes sanciones, ya sea administrativa o de remisión a la parte penal”.
Explicó que puede hacerse una “autopsia verbal” sobre la pandemia, que consiste en hablar con los familiares de los fallecidos y los médicos que trataron los casos, para “reconstruirlos” y que sean usados en una acusación por “mala administración”.
Ramírez, quien fue director de epidemiología del Minsa en los años 90, recordó que hay antecedentes sobre procesos de investigación parecidos, pero se necesitará de una “reconstrucción forense” para medir el impacto de la pandemia en los nicaragüenses, y atribuir las responsabilidades judiciales “a la gente encargada de lo que debió haber sido una respuesta sanitaria internacional”.
“El presidente de Sudáfrica (Thabo Mbeki) está siendo llevado a tribunales internacionales por el mal manejo de la epidemia del Sida, e igual está pasando en Brasil (con la covid). Esto va a necesitar un engranaje, un tinglado internacional, en el cual se pueda reconstruir lo que pasó en Nicaragua”, destacó el médico.
Si bien, Nicaragua está suscrita al Reglamento Sanitario Internacional de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que aconseja a los Gobiernos cómo proceder cuando ocurre un problema de salud como la pandemia, no puede obligar o sancionar a los países que no cumplan.
Para Argüello, quien fue director general de Higiene y Epidemiología del Minsa en los años ochenta, la OPS tiene algún grado de responsabilidad, así como quienes están dando millonarios préstamos al régimen para atender una pandemia que ellos asegura controlaron.
“La OPS (no) tenía porque haber dicho que Nicaragua estaba superpreparada. Prácticamente se plegaron (al discurso del régimen) hasta que la realidad fue más grande; tuvieron que dar un giro de 180 grados. Ellos también tienen responsabilidad en este asunto”, subrayó el epidemiólogo.
Ortega solo reconoce 245 muertes en tres años
La dictadura de Daniel Ortega minimizó la pandemia de la covid-19 y a pesar del alto número de hospitalizaciones y de fallecidos que se reportaron de forma independiente, el Minsa asegura que solo hubo 245 fallecidos, la última muerte que reconocen ocurrió a principios de julio de 2022. Sin embargo, los análisis de sobremortalidad, basados en datos oficiales, desmienten esta versión.
“El último estudio que realizó (la revista médica) The Lancet sobre exceso de mortalidad está planteando que en Nicaragua fallecieron unas 32 000 personas. Y yo creo que están bastante cerca de la realidad. 32 000 es una barbaridad, es como que hubiéramos tenido una guerra en Nicaragua y efectivamente eso fue, una guerra unilateral”, opinó Argüello.
Ramírez, que ha realizado estimaciones de sobremortalidad, afirmó que, en el mundo, solo en tres países hubo un “evidente mal manejo de la covid-19”: Nicaragua, Bielorrusia y Tanzania.
“En estos tres países se omitió completamente el seguimiento, se disminuyó el impacto y no se cumplieron con las obligaciones de internacionales de informar a la comunidad acerca del número de casos oficiales y, por lo cual, no se sabe oficialmente los datos y hay mucha duda en torno a esto”, refirió.
Agregó que en el caso de Nicaragua, con los estudios de sobremortalidad nacionales, se calcula que hubo un exceso de 16 700 muertes por diabetes, neumonía, hipertensión e infartos entre 2020 y 2023, este excedente de fallecidos en estas cuatro causales es atribuible a la covid-19 y al considerarse otras causas se eleva aún más.
En Nicaragua, el Minsa usó estas cuatro causas de muertes para ocultar los fallecidos por covid-19. Según confirmaron médicos y familiares de los fallecidos, los pacientes se contagiaron del coronavirus y esto agravó las condiciones médicas preexistentes que estos tenían. Sin embargo, la causa principal de su fallecimiento fue la epidemia.
Los estudios de sobremortalidad ubican a Nicaragua como el país de Centroamérica con mayor exceso de muertes atribuibles a la pandemia. “Todos los países tuvieron un exceso de mortalidad, pero la cantidad de muertes en Nicaragua era una cosa absolutamente evitable, porque sabíamos de qué estaban falleciendo”, lamentó Argüello.
Sociedad civil fue clave en el manejo de la covid-19
Ambos médicos coincidieron que el Ministerio de Salud desaprovechó la voluntad de los nicaragüenses para responder a la emergencia internacional, por lo cual tuvieron que organizarse y protegerse con sus propios medios.
“A pesar de contar con voluntarios de salud, con una estructura del Ministerio de Salud en diferentes lugares, de una población que estaba dispuesta realmente a trabajar en la epidemia. No se aprovechó, más bien se desechó”, dijo Argüello, quien se encuentra en el exilio por su labor en la pandemia.
El médico, quien lideró el Comité Científico Multidisciplinario que brindó información preventiva durante la pandemia y se disolvió por las presiones del régimen, explicó que el apoyo de la población hacia la comunidad médica fue desmedido. “Todo el mundo se dispuso a apoyar y más bien, a veces uno no tenía capacidad de atender a tanta gente que quería ayudar; eso es grandioso”.
“Nosotros metimos equipos de protección en todo el país, excepto un hospital en Matagalpa que nos lo pararon, después lo tuvimos que meter en otro lado, porque habíamos dicho que los íbamos a sacar en los medios de comunicación si no nos regresaban los equipos, pero se logró hacer (que los devolvieran). Y todo eso se logró hacer con fondos que la gente dio, tanques de oxígeno que le llamamos a la gente a su casa para que no falleciera”, relató.