13 de abril 2023
Una filtración de documentos del Pentágono revelada por The Washington Post contiene una referencia a Nicaragua, en la que se confirma la preocupación de Estados Unidos por el activo papel que juega la diplomacia china en América Latina, en especial ahora que Rusia tiene casi toda su atención centrada en su imposibilidad para cumplir sus objetivos militares en Ucrania.
La inteligencia y la justicia estadounidenses investigan la filtración de decenas de documentos en los que hacen referencia a varios de sus aliados, pero en especial, a las capacidades militares de Ucrania y de Rusia, cuando faltan pocas semanas para la largamente anunciada ofensiva de primavera, que podría marcar cambios importantes en los mapas y las estrategias militares de ambos contendientes.
Una buena parte de los documentos hace referencia precisamente a ambas naciones en guerra, aunque también a Canadá, Turquía, Irán, Israel, Egipto, Haití y Corea del Sur, entre otros. En las menciones a China, hay un párrafo en el que se dice que en 2022, “una empresa de ingeniería respaldada por el Estado chino” negoció con el régimen la construcción de un puerto de aguas profundas, lo cual “generó preocupaciones militares”.
Según ese mismo documento, la dictadura “probablemente consideraría ofrecer acceso naval a Beijing a cambio de una inversión económica”, lo que ha estado en el centro de su interés de manera infructuosa, desde que se tomó la decisión de romper relaciones con Taiwán para establecerlas con la República Popular China.
El periódico The Washington Post -que tuvo acceso a los documentos filtrados- revela la existencia de un tercer documento que revela “negociaciones secretas entre China y Nicaragua para construir un puerto de aguas profundas en Bluefields, en la costa caribeña del país. Citando la inteligencia de señales, el informe dijo que China Harbor Engineering Company había estado negociando para realizar estudios iniciales del sitio y discutir operaciones futuras desde mediados de 2022”.
También se indica que “los funcionarios de Taiwán advirtieron por primera vez del interés de China en construir un puesto de avanzada naval en Nicaragua a finales de 2022”, intención que estaría detrás de las citadas “preocupaciones militares” en Washington.
Hasta ahora, la estrategia del régimen, de buscar alianzas con los adversarios de Estados Unidos, solo le ha servido para que algunos de ellos no voten en su contra -o se abstengan- en Naciones Unidas, pero la solidaridad no ha servido para lograr que las palabras se conviertan en rublos, yuanes, pesos cubanos, bolívares, liras de türkiye, o riales iraníes.
594 millones para construir puerto
“El punto clave es que los documentos filtrados muestran que la relación diplomática con China tiene un propósito estratégico que va justo en la dirección de otorgar al país un espacio geopolítico más que comercial”, aseveró Manuel Orozco, director del Programa de Migración, Remesas y Desarrollo, del Diálogo Interamericano.
“Sin embargo, la vinculación con Nicaragua refleja mas que todo un interés de Nicaragua de apalancar su antagonismo con Estados Unidos ofreciendo su territorio a China. Ya lo hizo primero con el tratado del Canal, y ahora con estos rumores de construcción de un puerto”, añadió.
“Ese comportamiento repite un error histórico de Ortega”, dijo un legislador retirado, en referencia al ofrecimiento del territorio nicaragüense en los años 80 del siglo pasado, para construir una base rusa de submarinos en el mismo puerto de Bluefields, así como la construcción de una pista en Punta Huete, (Managua), en la que pudieran aterrizar aeronaves rusas de combate.
“Ambas propuestas movilizaron a los gringos, porque vieron que era pasar de las palabras a los hechos, y estoy seguro que si avanza este proyecto de permitir que China construya un puerto en el Caribe, otra vez van a reaccionar igual”, vaticinó.
Junto con la decisión y toda la preparación de estudios ingenieriles y ambientales, también hará falta garantizar los 594 millones de dólares en que está valorada la obra, según un estudio de factibilidad ordenado por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
En septiembre del año pasado, el presidente ejecutivo del BCIE, Dante Mossi, dijo que estaban explorando opciones para renovar el puerto de Bluefields, aunque el modelo de financiamiento propuesto, y la falta de inversionistas ante el clima de inestabilidad predominante en Nicaragua, no despejó la incertidumbre.
Entre las opciones propuestas, está la figura de arriendo (un inversionista construye el puerto, y lo entrega al país para que lo use y le pague la inversión con las ganancias que genere), o fideicomiso (una persona, empresa o país le entrega a una instancia como el BCIE el dinero que cuesta construir un puerto, para que este vigile el proyecto sin que el dinero se pierda en el proceso, y luego le cobre a Nicaragua), para desarrollar la obra, sin elevar la deuda pública del país.
China Harbor Engineering Company Ltd, conocida por las siglas CHEC, junto con China Civil Engineering Construction Corporation (Ccecc), son dos empresas chinas que manejan fondos directos del Gobierno de su país, y tanto ellas como sus subsidiarias, tienen presencia en Nicaragua gestionando proyectos de gran importancia, dijo a CONFIDENCIAL el funcionario de una empresa china con presencia en un país de Centroamérica.
Una búsqueda en el sitio web de CHEC, menciona que tienen oficinas en México, Costa Rica y Panamá, así como en Jamaica, Grenada, Bahamas, Guyana y Trinidad y Tobago en el Caribe, además de Colombia, Ecuador, Bolivia y Chile en el sur del continente, pero no hay mención a Nicaragua.
La página de Ccecc tampoco hace mención a Nicaragua. De hecho, ni siquiera menciona tener operaciones en el continente americano, pero sí es muy activa en África, Asia, y algunos países de Europa.